sábado, 31 de diciembre de 2011

Tinker Tailor Soldier Spy

Qué manera de tirar a la basura 12.50 dólares canadienses :( Hacía MUCHO TIEMPO que no veía una película TAAAAAAN mala, neta estuvo cañón. No sabía si salirme, reír o llorar. Literalmente no le entendí nada, pero de verdad, ¡¡ABSOLUTAMENTE NADA!! Y según yo tonta no estoy, pero es que era indescifrable. Pensé en cerrar los ojos y sólo escuchar los diálogos, pero salió peor la cosa, porque entonces mi mente se puso en acción y “me fui” -muuuuy lejos, por cierto. Para cuando regresé, pues aún peor el asunto porque literal seguí sin entender hasta que prendieron las luces y me reuní con mi primo… ah, porque nos tocó en asientos separados (la sala estaba llena believe it or not). Lo único que recuerdo es que salía Colin Firth, que había como dos o tres actores guapos (que en su casa los conocen), que no me gusta Gary Oldman (por un momento pensé que me TENÍA que gustar), y que mi helado Dippin’ Dots estuvo muy rico (¡hacía tiempo que no probaba uno, yummy!). Mmm, también que la chinita de al lado se molestaba porque volteaba mucho “a verla”, pero no la veía a ella, sino a mi primo –para ver si se quería salir, pero nunca hicimos eye contact así que me aguanté (después de todo yo escogí la película).

pd. sabrá Dios cómo la vayan a traducir al español, pero ¡¡estén alertas!!, fíjense bien para que no vayan… FLASHNEWS: Me informa mi primo que se llama "El Topo" en español. Don't go! jajaja
pd2. al salir había una promoción para una rifa (de una lap, creo) y como Cruz se registró, le regalaron un mouse pad, mismo que me donó porque me gustó que tiene almohadilla... a ver si así me deja de doler la muñeca :)

miércoles, 28 de diciembre de 2011

MI4: Ghost Protocol (MI4: Protocolo Fantasma)


LO QUE MÁS ME GUSTÓ:
· Tom Cruise… I love him!!!
· Los detalles “chuscos” que tiene: las caras, las señas…
· La tecnología; está cañóna la imaginación de los genios.
· Que en el audio de las misiones siempre dice “should you choose to accept it” (osea que NO es a fuerzas, en teoría tendrían la libertad de negarse).
· El Burj Jalifa, el rascacielos más alto del mundo, ubicado en Dubai, ¡¡wwoooww!!
· La música (theme song)
· Que la vi con mi papá y mi hermano en la pantalla IMAX más grande de Arizona :)
LO QUE NO ME ENCANTÓ:
· La tormenta de arena (se ve fumadíiisima!)
· Salí con la presión alta de tanta ansiedad, no me pareció equilibrada, es 100% adrenalina todo el tiempo y eso también cansa.
· Que todo el mundo miente; le estoy empezando a creer al Dr. House :(

martes, 27 de diciembre de 2011

La mujer que buceó dentro del corazón del mundo

“Quiero una novela que no pueda parar de leer”. Eso fue lo último que dije antes de salir de mi casa rumbo al aeropuerto del DF (por si se preguntaban, iba a Mazatlán). Afortunadamente Editorial Planeta mandó una copia de “La mujer que buceó dentro del corazón del mundo” a Caras, misma que tomé, también por fortuna.
El libro –de Sabina Berman–  es una delicia J Hace reír, reflexionar, pensar, analizar, y al final (recordemos que pareciera que es mi costumbre), llorar. ¡¡Se muere un personaje importante, qué puedo hacer!!
Por si no lo piensan leer –o sí, da igual– el libro trata sobre una chava autista (Karen) que está entre la imbecilidad y la estupidez en unas áreas, y entre la genialidad y la brillantez en otras. Digamos que es pésima para las relaciones humanas pero es genial para dibujar.
Lo mejor es que el personaje en cuestión, así como casi todo lo que se narra, pasa en ¡¡¡MAZATLÁN!!! Ja!, nunca me había tocado que una novela tuviera como escenario principal el puerto que tanto amo (por la gente y el malecón principalmente, ¡ah!, y La Panamá).
Entre las cosas que más me gustaron fue que ese autismo que padece le da una libertad muy cañona a la protagonista. Tipo cero se ilusiona con nadie –llámese galán, amig@ o familiar– porque se apega muchísimo a la realidad, y eso me dio una eeeenvidia. De la mala, obvio.
Porque yo, al igual que el 90% de las mujeres (creo), soy una romántica ilusionista de lo peor. Salgo con un cuate dos o tres veces y ya me vi, ojalá que en el altar, ¡¡ya me vi con hijos y de viejitos!! ¿Así o peor? Si no hacemos click entonces lo visualizo en una tumba o en China tipo, ¡o con otra!, esa es la clave cuando no me gusta alguien que sí me cayó bien; pienso “ay Diosito, mándale a alguien”.
Pero también me pasa con las amigas. Conozco a alguien que me cae perfecto y ya me imaginé que seremos best-friends-4-ever y haremos mil viajes juntas e iremos a cientos de fiestas y conoceremos a mil “hombres” y la pasaremos increíble y…
Y eso, a lo largo de 30 años, puedo decir que es un pésimo hábito. Lo mejor, como dice el libro y también mi sensei papá, es no esperar nada de nadie. Así seríamos más felices, pero eso a mí no se me da. Trato, de verdad, pero no está en mí, así que estoy destinada a sufrir. Ja! Qué dramática.
En fin. Un “episodio” que me hizo reír mucho es cuando la chava va a entrar a la universidad y entonces le enseñan a hacer 25 caras humanas; esto porque ella sólo tiene tres y la gente se descontrola porque estamos acostumbrados a reaccionar y a que los demás reaccionen ante lo que hacemos o decimos. Yo, por ejemplo, cuando digo un chistorete, de inmediato busco a alguien que se ría… Se siente horrible cuando nadie lo hace, pero creo que son las menos (veces). Fiuf.
Pero volviendo a Karen, a ella le vale la gente: lo que piense, haga o deje de hacer, a ella la tiene sin cuidado. Y parte de su autismo la lleva a desconectarse cuando así lo quiere/necesita. ¿Verdad que no se oye tan mal? Uno de los puntos débiles, eso sí, es que nunca ve a los ojos y como el ser humano “normal” la ve como rara, suele hacerle cosas non-gratas L Buh.
Para Karen, la única preocupación en la vida son los atunes. Eso también está increíble: esa conexión que tiene con los animalitos. Yo antes pensaba que las personas primero nos deberíamos preocupar por las demás personas (huérfanos, viejitos), pero la verdad sí tiene sentido preocuparse también por los animales (perros, tiburones, osos) porque finalmente vivimos todos en el mismo planeta, y si se acaba uno se acaba el otro y luego el otro y luego el otro, y así… y a nadie le conviene esa situación.
El libro está escrito de una manera que atrapa cañón. Yo de verdad no podía parar de leer. Porque además retrata muchas cosas que a nosotros se nos hacen lógicas, y que realmente no lo son. Por ejemplo, se pregunta cómo puede alguien “buscarse a sí mismo” o “aburrirse de tener tanto tiempo libre” o porque la gente finge sentir algo que no siente o dice algo totalmente contrario a lo que piensa “por quedar bien”; suponer y pensar por los demás tampoco es una de sus habilidades… lo cual yo más bien diría que es una cualidad, no un defecto, pero bueno.
Es chistoso también como a lo largo del libro se nota una pasión y amor por todo lo dicho por Darwin y un total desdén hacia la frase más famosa de Descartes: “Pienso, luego existo”, la cual –me convenció– es una reverenda tontería. Porque aunque yo no piense, existo; aunque una persona esté en coma o discapacitada, existe. O en su caso, con todo y autismo, Karen existe, antes aún de pensar. Qué mal que nos machaquen tanto esta frase en la escuela…
Si tienen chance y les gustan las novelas, no dejen de leer “La mujer que buceó dentro del corazón del mundo”. Está un poco largo el título, pero es parte de su "jocosidad". Vale la pena.

La Femme Nikita

En honor a mi papá, quien insistió durante AÑOS para que viera la serie completa.
¿300 veces? 350, 400 o quizá más me pidió, imploró, suplicó mi papá: “¡¡Ve la Femme Nikita!!”. ACLARACIÓN: No la nueva, sino la que protagoniza Peta Wilson. Era como una obsesión; cabe mencionar que cuando yo ocupaba dinero o algún favor, le mandaba un mail firmado por La Femme Bian-kita y mi papá no podía resistir J Pero no la veía (la serie), era puro truco mío.
Finalmente, hace dos años que fuimos a Phoenix, mi papá compró todas las cinco temporadas y se las tomé prestadas. La verdad prefería ver “Sex & the City” o “Gossip Girl”, pero como mi papayo insistía, me di a la tarea de empezar a verla.
Al principio fue chistoso porque, les comparto, la teoría de mi papá es que yo me meto en muchos problemas porque hablo de más, soy muy sincera, muuuuy sensible y todo me lo tomo muy en serio (no tanto personal, sino en serio, que según yo no es lo mismo). Entonces cuando le contaba que en el trabajo me habían regañado o llamado la atención o que me creía la abogada y defensora de todas las almas y causas periodísitcas, antes de darme cualquier consejo, lo primero que me preguntaba era si ya había visto Nikita. No pude más con la presión…
Cuando la empecé a ver le reclamé porque le dije que Nikita era como yo: muy humana, sensible, preocupada por los demás, buena onda, ilusa, inocente, llorona, enamoradiza… Y entonces sufría igual o más que yo porque los jefes de Section One eran peor que los míos (del Reforma, aclaro).
Avanzadas las temporadas, Nikita sufre un cambio, o bueno, en teoría porque luego salía que era actuado con el fin de sobrevivir ese infierno. Pero ahora, para hacerlo diferente (el escrito sobre mi opinión), procederé (soné a tránsito) a analizar personaje por personaje, empezando por Michael, el objeto (sujeto más bien) del afecto de Nikita.
MICHAEL (Roy Dupuis): ¿Así o más callado? A ese hombre le comieron la lengua los ratones, a grado tal que de repente desespera. Su rostro no muestra una sola emoción NUNCA. Creo que en las cinco temporadas sonríe un total de cero veces. Lo peor es que cuando veía las “deleted scenes” sí se reía o contaba algún chiste, pero en la serie es un ser humano sin sentimientos, aunque la realidad es que se súper enamora de Nikita, osea que sí tenía. Me shockeó mucho cuando ella le dice que no lo ama, él se corta el lagrimal con una navaja. ¡¡Pues claro, el pobre no ha usado esa “herramienta” en siglos!! Necesitaba de ayuda para mostrar su tristeza, y bueno, se raja la cara y llora sangre, literal L. Al actor no lo he vuelto a ver en ninguna serie ni película… Raro porque actúa bien. By the way, se ve MUCHO mejor de pelo corto. No sé por qué algunos hombres creen que se ven sexys con el pelo largo, NOOOOOOOT.
MADELINE (Alberta Watson): Es la jefa más bitch que he visto en mi vida, pero mis respetos para sus conocimientos y la forma tan perruna de aplicarlos. Es una master de la manipulación pero en una forma que no es muy frecuente, es decir, directa. Ella no se anda por las ramas, ¡¡a lo que le truje chencha!!, aunque eso no le quita lo manipuladora. Su papel es como una especie de psicóloga pero igual, sin remordimientos ni culpas ni meditaciones. Tiene muy claro siempre su objetivo y le vale lo que tenga que hacer/decir para lograrlo. En las cinco temporadas sólo hubo un capítulo en el que me hizo llorar, que es cuando acepta “hacerse más humana” (obvio dentro el marco de una misión) y se enamora de un señor al cual matan y entonces llora y llora y llora. Fuera de ahí, she’s a total bitch que, además, tiene sus “queberes” con el jefe… Comentario: Le UUUUURGEENNN TOOOODOS los productos Kérastase posibles. OMG el nivel de maltrato de cabello que maneja. Ya me hice la nota mental que si algún día lo llegara a tener así (cancelado tres veces) ¡¡me rapo como favor a la humanidad!!
OPERATIONS (Eugene Robert Glazer): Es el jefe de Section One. Pobre porque es una chambota, ya que sobre sus hombros está la responsabilidad de todas las misiones, los “operatives”, y bueno, en teoría la salvación del mundo, el cual evita a toda costa caiga en manos de terroristas, que brotan como flores en primavera. En el fondo no es tan malo, pero su reto es no mostrar un solo sentimiento jamás porque se interpreta como signo de debilidad. Quiere mucho a Michael, Madeline es su segunda-de-abordo-amante-consejera y Nikita no es santa de su devoción desde el principio, por lo cual le mete el pie miles de veces, pero bien que mal se toleran mutuamente. En la sección reina el amor apache, porque como que todos los “empleados” lo odian pero lo respetan, dado que sí es muy bueno en lo que hace. Durante la serie se avienta varias puntadas que hacen que salga su lado humano y al final hace un acto heróico que lo limpia de toda culpa, bueno, de casi toda.
BIRKOFF (Matthew Ferguson): Seymour o Jason, da igual porque es el mismo actor. ¡Muy bueno! Es el súper master de las computadoras, medio tímido, introvertido, pero eso no le quita lo fregón. Desgraciadamente una creación se le sale de las manos y es como llega su hermano, que es mucho más cool, ligador y desenfadado, pero igual de genio para eso de la tecnología. Su amor platónico es Nikita, ¡¡y se le hace!! No con la real, sino con una estafadora, pero bueno, lo bailado nadie se lo quita.
WALTER (Don Francks): Era un viejito súper alivianado, enamorado de Nikita. Es curioso, pero todos se enamoran de ella. Daniel decía que a mi papá la serie en realidad le enloquecía por Peta Wilson, jaja, es que sí está muy guapa. Pero bueno, como decía, este hombre era muy buena onda, fresh, relajado, y si estaba en sus manos, ayudaba a quien se lo pidiera. Me gusta que a pesar de que es de los que más años tenía en la sección, conservaba ese corazón limpio y un tanto inocente. También era súper sentimental, lo cual lo metía en muchos aprietos.
NIKITA (Peta Wilson): Es una fregona ¡¡¡y además está guapísima!!! Cambia de looks y a cuál más de todos, siempre se ve bien. Fuera de lo físico, durante la serie cambia cañón. Se vuelve –en teoría– más “pensante”, más bitch, menos sensible. Al principio mete mil patas porque se deja llevar por las emociones pero conforme pasa el tiempo aprende que ser buena no la lleva a ningún lado, entonces se hace una tremenda coraza y debo decir que son los capítulos que más me gustaron porque le sale el black swan que tod@s llevamos dentro. Al final del día pasan cosas medio fumadonas, pero se termina quedando con la chamba de Operations. Creo que este podría ser catalogado como el ascenso más costoso –en términos sensibles– de la televisión porque la pobre tiene que sacrificar su vida personal con tal de triunfar en su profesión/carrera a petición de su padre, quien hace un sacrificio muy cañón, así que ni cómo decirle que no. Otro de los aspectos que más me gustaron es que le sabe sacar provecho a la sensualidad con tal de lograr sus objetivos, es decir, en lugar de que ser mujer sea un problema (por el tema físico, etc.) ella hace que sea un plus. Y está padre que aunque de repente es medio masculina, como que en la intimidad de su casa o con Michael y sus amigos, es muy femenina. Se me hizo padre esa bipolaridad, sobre todo porque no es con las personas en sí (ella siempre trata de ser buena onda), sino es más bien una actitud la que toma en la oficina y otra la que toma en la vida cotidiana, que obviamente es la menos, pero bueno, la tiene. Yo creo que el mensaje al final del día es que podemos tener sentimientos, ser buenos, cuidar a la gente, respetarla y al mismo tiempo saber claramente lo que queremos y lo que necesitamos –y no– para lograr nuestros objetivos. Hay que buscar el equilibrio, el balance, pensar antes de hablar, pero al mismo tiempo no exagerar en ser negro o blanco... a veces el gris no es tan malo como nos dijeron. Hay que valorar las circunstancias y entonces decidir, elegir, pero siempre tomar en cuenta todas las variables. Como reza el dicho: “ni tanto que queme al santo, ni tanto que ni lo alumbre”.
Cuando vuelva a tener una perrita, le voy a poner Nikita J

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Una vida sin límites

Hace un tiempo (como en octubre) hice un reportaje en la revista CARAS (donde trabajo) que se llamaba “21 historias (libros autobiográficos) dignas de leer”. La verdad hice “chanchullo” porque obviamente no he leído los 21; hay algunos que sinceramente no se me antojan, pero el de Nick me hacía ojitos desde hace tiempo y finalmente lo encontré en Sanborns. 
La primera vez que escuche hablar de Nick Vujicic fue en 2006, cuando trabajaba en Fundación Altius. Mayu nos daba una clase los viernes de valores, algo así, y nos platicó de su caso. Yo la verdad me hiper traumé porque se veía bastante contento a pesar de no tener ni brazos ni piernas. 
Creo que el libro lo terminé de leer –a pesar de que no me mega fascinó– porque (Nick) tiene autoridad moral sobre mí. Como que yo soy de esas personas que toma las cosas de quien vienen (la mayoría de las veces, por lo menos), entonces por supuesto que me interesaba saber la clave para ser feliz de acuerdo a la experiencia de este muchachito australiano. 
Su historia es bastante traumante al principio porque tipo los doctores nunca les advirtieron a sus papás que el niño “venía mal”, entonces claro que fue un shock súper duro, a tal grado que la mamá no lo quería ni cargar :( Pero la fe les ayudó y no sólo lo aceptaron, sino que han sido su principal apoyo. 
Lo padre es que Nick no la pinta que siempre fue wow ser especial, ni que era súper cool ser “el marciano” de la escuela (le decían eso y cosas peores). Acepta y admite que hubo una etapa en la que estaba de la patada carecer de extremidades, en la que se creía “un error de Dios” y en la que incluso pensó en suicidarse (durante la adolescencia, que es la etapa en la que más nos importa el “qué dirán”).
Después cuenta cómo –a través de la oración y de estar MUY cerquita de Dios– descubrió su vocación, que era predicar el amor de Dios en el mundo entero poniéndose él como ejemplo de que, por más mal que se vean las cosas, todo pasar por algo y para algo, y que Dios nunca se equivoca.  
El nombre del libro se debe a su misión en la vida: transmitir el mensaje de que “vivir sin límites significa saber que siempre tendrás algo para dar, algo que pueda aligerar la carga de otros”. Esto es porque cuando él sentía que era el ser humano que más sufría sobre la faz de la tierra, se encontraba a alguien peor: más triste, más pobre, más enfermo, más solo... 
Entonces se dio cuenta que cuando ayudaba, no sólo la otra persona se sentía mejor, sino él mismo también. Algo similar me pasaba a mi en las Misiones; yo sentía que yo recibía MUCHO más de lo que daba, y me conflictuaba porque yo que me quería creer la Madre Teresa, pues nada... Así no funciona. De hecho alguna vez leí que la verdadera pobreza no radica en NO TENER, sino en NO PODER DAR. ¿Qué fuerte, no? 
En honor a la verdad no es un libro que regalaría porque no me encantó la forma en la que está escrito. No soy fan de los libros de autoayuda tan “destapados”, es decir, me gusta que me ayuden, pero este en especial –en mi opinión– raya en la motivación de la que la mayoría huímos: “vamos, tú puedes, si yo fue capaz, tú también, no te des por vencido nunca”. Y sí, el mensaje y los testimonios son increíbles y muy valiosos, pero el tono es lo que no me acabó de convencer. 
Sin embargo, quien aguante (como yo) léalo porque sí vale la pena, sobre todo en cuanto a los tips que da en relación a que lo más importante en la vida es pasársela padre, aceptar los retos y afrontarlos con una buena actitud.  Y si nos sentimos víctimas de la vida o nos sobra autocomprasión (“pobre de mí”, “nadie sufre como yo”), basta con mirar alrededor para darnos cuenta de la cantidad de bendiciones que tenemos y que no vemos por andar de necios enfocándonos en lo que nos falta. 
Mi pendiente ahora es ver la película que hizo (en la que sale Eduardo Verástegui también): The Butterfly Circus. Por cierto que en el Teletón pasado estuve en el Auditorio Nacional cuando salieron los dos... les digo que Dios los hace y ellos se juntan, jeje :) Me llamó mucho la atención, me acuerdo, que Nick dio unas palabras y luego luego nos puso a rezar. Él no se anda por las ramas, tiene muy claro a quién sirve. 
Curiosamente, mi frase favorita del libro (¡trae muchas!) fue una de Marilyn Monroe: “La imperfección es belleza, la locura es genialidad, y es mejor ser absolutamente ridículo que absolutamente aburrido”. 

lunes, 12 de diciembre de 2011

Conviction (Hermanos por Siempre)

Es la versión gringa de “Presunto Culpable” y me dio la misma tristeza y coraje que –por gente estúpida– personas inocentes estén tras las rejas. 
En este caso fueron ¡¡¡¡18 años!!!! los que Kenny Waters se aventó en la cárcel. ¿¿Así o más traumante?? Neta yo creo que la (mujer) policía que lo condenó con trampas va a arder en el infierno. O chance y agarra a Dios de buenas, pero ya ni la muela la condenada... 
La película está basada en la vida real, y aunque no ha tenido el éxito que se esperaba, creo que es lo mínimo que se merece Betty Anne Waters, la protagonista: que millones conozcamos de lo que fue capaz por amor a su hermano Kenneth (Kenny). 
Lo que más me gustó es que ella NUNCA NUNCA NUNCA JAMÁS duda de la inocencia de Kenny. Nunca si quiera se pregunta si “chance” lo hizo, no se lo permite nunca, literal, ni en pensamiento ni palabra. Creo que esa convicción, esa seguridad 100% a prueba de todo es lo que la motiva a estudiar y graduarse como abogada para representarlo. 
La fe que tiene también es digna de admirarse. Me traumó cuando le dicen que la evidencia del caso ya no existe ¡¡¡y no se rinde!!! Algo que queda muy claro es que si queremos que las cosas pasen 1) las tenemos que hacer nosotros mismos y 2) tenemos que ir en persona... nunca es lo mismo por teléfono. Ella va y se planta en las oficinas, y ruega y pide y convence y logra. Nunca se rinde. Obvio dedica cuerpo y alma al asunto... 
... y entonces viene la escena más fuerte –en mi opinión– que es cuando les pregunta a sus dos hijos si ellos harían lo mismo que ella estaba haciendo por su hermano; y primero, entre broma y broma, dicen que no y después que claro que sí. Entonces uno contesta: “¿de verdad sacrificarías tu vida entera para ayudarme?” y el otro: “bueno, si lo pones así, no, olvídalo”. 
Ella, traumada. “¿Creen que he sacrificado mi vida por Kenny?” Y pues a lo mejor ella no lo veía, pero la verdad es que sí ¡y al mil por ciento! La neta está cañona porque el amor tan grande que siente por su hermano hace –directa o indirectamente– que pierda a su esposo, a sus hijos (no los pierde al 100% pero dejan de vivir con ella)... Se pelea con la amiga, con la mamá y en síntesis con todo aquel que siquiera insinúe que su hermano es culpable. 
Así como en “Presunto Culpable”, también hay la policía corrupta, los testigos inventados, las amenazas estúpidas, los jueces vengativos, el sistema absurdo... pero también los familiares fieles/perseverantes y los abogados que se la rifan con tal de ayudar a inocentes que ni siquiera conocen. 
Un detalle que también me llamó mucho la atención fue que hablan mucho de la infancia que tuvieron los Waters. Léase que la mamá tenía 9 hijos de 7 diferentes papás, osea ¿qué onda? ¿Así o más de la moral distraída la señora? Entonces los hijos crecieron y se educaron a como Dios les dio a entender, y eso en un pueblo... pues claro que cargan con el estigma de ser niños desatendidos con todos los contras que eso significa (porque sinceramente no veo ningun “pro”). 
Ambos, ya que están grandes, tratan de ser la/el mejor mamá/papá posible, justo para evitar ser como su mamá, pero está cañón... porque los mueve –creo– más el miedo a imitar a la madre que el amor a sus hijitos, que obviamente a ella se le da natural (por instinto, digamos) y él la verdad es que resulta ser un súper buen padre. Me dio mucho gusto que la hija lo perdonara y bueno, se entiende que inician una relación :) 
A Betty Anne Waters toda mi admiración. Porque además, súper humilde, ante la prensa dice que ella sólo se hizo abogada para ayudar a su hermano, pero yo creo que al conocer que hay miles de casos como el de él, se dedica a ayudar a más personas junto con el otro abogado que la apoyó. ¡¡¡Qué padre que haya personas así!!! Me recordó mucho también a la película de Erin Brockovich. Son personas que se apasionan aparentemente por el momento, pero resultan tan talentosas que no les queda más que compartir con el resto ese don que Dios les dio. 

Aplausos al director Tony Goldwyn por tomar el caso y hacerlo película, y también aplausos para Hilary Swank, quien aceptó hacerla por amor y no por dinero (porque la movie es independiente, osea que cero presupuesto hollywoodense).

Last but not least, aplausos para Kenny (interpretado por Sam Rockwell) porque tampoco está fácil aguantar casi dos décadas de encierro. De hecho la película está dedicada a él, y me parece justo, porque si bien Betty Anne se lleva las palmas, es Kenny el que baila con la más fea durante muchísimo tiempo. Y todo para que después de 18 años le digan "usted disculpe". No mam... Pero qué bueno que ya está gozando al 100 su libertad y su familia :) 

jueves, 1 de diciembre de 2011

Breaking Dawn (Amanecer)

Esta opinión sí va a estar muy humilde porque como no he leído los libros de la saga de Twilight, pues debo confesar que no tengo mucha idea de “la magia” que rodea a las películas. Honestamente sí he visto las anteriores, pero no soy fan. Me han gustado, pero normal. No son tanto mi estilo... 
Mis comentarios sobre esta movie son muy básicos: 

1. Bella Swan sale ¡¡¡¡FLA-QUÍ-SI-MA!!!! Way too much, demasiado, la actriz pesa ¿qué? ¿40 kilos? Se ve muy bien, pero no inventen, está esquelética. 

2. La boda estuvo padre, la decoración me fascinó y el vestido me gustó (Carolina Herrera); me encantó que Bella tenía cara de pánico y cuando ve a Edward, ¡pum!, le cambia a una de seguridad y felicidad absoluta. Buena señal. 

3. El destino de la luna de miel me rayó, pero más que eso, la actitud de ambos. Me pareció como de mucha intimidad, de gozarse el uno al otro y no andar turisteando como locos, como es nuestra costumbre.  

4. Me gusta que es una película pro-vida (es decir, antiaborto). 

5. Me llamó la atención la parte sexual de la pareja. Si bien estaremos de acuerdo que no es lo primordial, hay que aceptar que sí es un aspecto muy importante de un matrimonio saludable... 

6. ¿Qué onda con el embarazo/parto? ¿Así o más complicado? ¡Qué terror verte así! Se supone que es una etapa de ilusión y tal, y Bella se ve más enferma que nada. ¡Muy buenas las escenas de cuando se le rompen los huesos! :0

7. Me pareció interesante la postura de Edward: primero ve por él y no quiere que nazca el bebé, pero después se da cuenta de su egoísmo y entonces apoya la decisión de su esposa de tener al bebé.

8. Se me hizo padre que la familia de él los apoye tanto... los papás me cayeron perfecto, tienen muchos valores. Los hermanos también, buena onda :) 

9. Jacob... Tengo sentimientos encontrados. Por un lado: get a life. Por otro, admiro la lealtad hacia su “amiga” y hacia él mismo por hacer lo correcto y no lo que debe o lo que se espera de él (por pertenecer a otro bando).

10. La cuatita del final ¡¡se llama Bianca!! jajajaja, qué mala pata que la matan :( Me hubiera gustado oír mi nombre en la segunda parte de la peli. Como dicen por ahí: “vanity is my favorite sin”. 

martes, 22 de noviembre de 2011

In Time (El Precio del Mañana)

Bien acertada la traducción como siempre, jaja. 
Esta película la vi hace 15 días, osea que ya no tengo las ideas taaaan frescas, pero bueno, sí tengo algunas reflexiones que compartir: 
La primera es que Dios es TAN, pero TAAAAAN sabio que no nos permite saber la hora exacta de nuestra muerte. Recuerdo la película “The Bucket List”, en la que Morgan Freeman decía que saber la fecha exacta de su muerte sería buenísimo, pero cuando lo declaran paciente terminal y le dan “x” tiempo de vida, dice: “turns out it doesn’t help”. 
¡¡Siento que a mí me daría mucha angustia!! Más porque tipo –en la película– traen como una especie de reloj, entonces saben con horas, minutos y segundos lo que les queda de vida, ¡¡¡qué terror!!! Una cosa es saber que nos vamos a morir, tener conciencia al respecto, pero otra muy distinta es saber hasta la hora, eso no está padre :( 
Claro que tiene su lado positivo: nos haríamos tiempo para las cosas importantes, no sólo las urgentes; la pensaríamos dos veces antes de prolongar ese beso, ese abrazo, esa disculpa, esa comida, ese viaje, ese reencuentro, esa reunión... porque qué tal que se nos acaba el tiempo. 
Me imagino que las discusiones durarían menos, pero también creo que dormiríamos poco, comeríamos (aún más) aprisa, no sé, no me late la idea, prefiero disfrutar mi día a día. Y creo que ese es el reto: vivirlo como si fuera el último sin tener la psicosis de que neta ¡¡me quedan tres horas!! Chance y de hecho me quedan tres, pero bendita ignorancia. Prefiero gozarlas y aprovecharlas que sentir que quiero hacer mil cosas y no me va a dar tiempo para todo. 
La escena más triste, de hecho, es cuando se muere la mamá de Justin Timbelake (no recuerdo el nombre de su personaje). Me hizo llorar. Buuhhh!!! Y la gente no le dona ni un segundo porque, claro, valoran su vida al máximo, y entonces cada quien ve únicamente por sí mismo. No hay espacio para la caridad ni la generosidad. ¡¡Primero tengo que estar bien yo!! Esa es un poco la regla en la jungla en la que viven, que cambia mucho de zona a zona. 
Me gustó mucha la escena cuando Justin le dona a una niña 5 minutos de su tiempo. Siento que es muy literal de cuando, por ejemplo, alguien nos aborda en el camino para pedirnos alguna opinión o platicarnos algo. ¿Se los donamos con alegría o con cara de “apúrale que mi tiempo es valiosísimo”? Y obvio sí lo es, pero hay que ser generoso. 
Para mí esta movie es la versión ciencia ficción del dicho “time is money”. Como que el creador se lo tomó muy a pecho y bueno, le quedó padre. Creo que tiene lecciones valiosas. 
Otro detalle que me llamó la atención –y que al principio no capté– es que la gente para de envejecer a los 25 años. Me parece un poco joven, yo hubiera preferido 35, jejeje. Pero bueno, eso está como de la patada –y no: sí porque qué terror verte igual por los siglos de los siglos y además “empatar” en look/apariencia con tu mamá, tu hermana, tu suegra, tu amiga... qué rareza. Y un súper plus pues es que el bótox, los liftings y las operaciones de ese tipo no existirían porque ¡¡nadie envejece!!
En cuanto a “los ricos”, pues se ve que la pasan muy bien porque, justamente, no tienen esa psicosis: comen lento, caminan tranquilos, duermen mucho. Entonces cuando Justin “se cuela” a su mundo, lo notan de inmediato porque todo lo hace rápido... Bueno, no todo, jaja. Eso dice él. 
Lo chistoso es que los millonarios traen guaruras y guantes. Me dio mucha risa porque se asemeja mucho a la realidad. Nada más que en la peli la riqueza no es el carro, la casa o el reloj, es el tiempo, ¡¡que también les pueden robar!! 
Muy buena película. Aplausos para Justin, que ha resultado ser un magnífico actor :) 

lunes, 21 de noviembre de 2011

Rojo

Qué bueno que Carlos me invitó porque de otra forma nunca hubiera ido a ver esta obra. Está buena, sí, pero no es mi estilo. Me pareció medio heavy…
Actúan Víctor Trujillo (Brozo) y Alfonso Dosal (muuuy guapo) y el guión es de John Logan. La obra fue ganadora del premio Tony en 2010 y se basa en la vida del pintor Mark Rothko y su asistente Ken.
La trama tiene lugar en 1958, cuando al pintor expresionista (primero se llamó Marcus Rothkowitz, pero se lo cambió por considerarlo demasiado judío) le pidieron una serie de murales para el restaurante Four Seasons de Nueva York, lo cual parecía como el contrato más atractivo de la historia del arte moderno.
Durante dos años dedicó cuerpo y alma a pintar estos murales en su estudio (que en otro tiempo fue un gimnasio) con la ayuda de Ken, quien también quería ser pintor.
Como dice en el programa: “Cuando Ken gana la confianza suficiente para cuestionarlo, Rothko comienza a agonizar, pensando en que el gran logro de su carrera podría representar paradójicamente su muerte como artista”.
El meollo del asunto, y en lo que se basa toda la mi reflexión, es que esa precisa “muerte” de Rothko no es más que un ego súpermegahiper inflamado, el cual lo lleva a considerar a los “ricos” como indignos de sus obras.
En el programa dice: “Rojo retrata la ambición y la vulnerabilidad del artista al momento de crear el trabajo más trascendente de su vida”. Yo más diría que más que ambición es un serio complejo de “genio”, el cual, obviamente, al ser cuestionado, lo hace MUY vulnerable, a grado tal que se suicida (a los 66 años).
Durante las dos horas que dura la obra, uno observa que la actitud del artista es bastante pedante. Lo curioso es que la mayoría estaremos de acuerdo en que los artistas, entiéndanse actores, bailarines, poetas, escritores, músicos, tienen una sensibilidad más “a flor de piel” que el resto de los mortales.
Pero creo que esa sensibilidad mal manejada (como en este caso) puede causar muchos estragos en la propia vida, además de dañar a quienes rodean al artista en cuestión, ya sea por la excesiva –y constante– explosión de emociones o por diferentes tipos de “obsesiones”.
Lo que quiero decir es que en estas carreras se da mucho el ego inflamado. ¡Vamos! La mayoría cree que es la/el número 1, la/el más guap@, la/el mejor. No quiero generalizar, pero de verdad que tengo casos cercanos (tanto a nivel personal como profesional) en el que los artistas no dejan de asombrarme con sus peticiones/obsesiones/requerimientos. Caen en lo ridículo, en lo absurdo, en lo absolutamente banal y superficial.
Esta obra eso refleja: Rothko, ok, es bueno en lo que hace, ¿pero como por qué ha de considerar a los comensales del Four Seasons como tarados indignos de apreciar su arte? ¿En qué momento el se hizo superior al resto? ¿Qué lo hizo pensar que era taaaaaaan especial?
Yo creo que lo más padre de alguien, de hecho la virtud que yo más admiro en alguien, es la humildad. Me fascina cuando conozco a gente que digo ¡¡wow!!, pero que reconocen que son igual al otro sólo que con más oportunidades, cuando se saben igual que el vecino nada más que con más talentos, cuando se identifican con el resto del mundo con la conciencia de saberse más responsables porque tienen mayor influencia. Pero ¡qué padre que la persona se mantenga auténtica, leal, original, humilde!, sin poses ni actitudes falsas y ridículas que sólo disfrazan su vulnerabilidad.
Claro que este pintor se las daba de “muy acá” (no encuentro la palabra ideal para describirlo, creo que sería como “clasista” pero en sentido cultural), entonces cuando Ken le cuestiona su coherencia, pues lo desarma: “¿No que los “ricos” son unos tarados? Pues entonces no acepte su dinero, sino cállese… porque si juega su juego quiere decir que es igual a ellos: vende su arte al mejor postor sin importarle más”. Obviamente no lo dice con estas palabras, pero es lo que yo capté (ja!).
Si de por sí la humildad es una virtud muy poco vista hoy en día, en el medio artístico (en general, no sólo en la tele o el cine) creo que lleva algunos siglos extraviada al 100%. No quiero decir que TODOS son iguales, estoy segura que por ahí habrá alguna actriz, algún pintor, algún músico, alguna cantante, algún escritor, alguna escultora, algún bailarín, que sepa lo que vale (tanto personal como profesionalmente hablando) sin caer en la ridiculez, pero ¡hijoles!, neta creo que son los menos. Y por lo mismo creo que a veces sufren demasiado. Porque nadie les va a decir todo el tiempo lo maravillosos que son, lo bien que se ven…
Creo que todos tenemos la capacidad de dar y hacer arte, ¡hay infinidad de formas! Pero hay que darlo por amor, con amor, para amar. Si somos buenos para algo, no hay que creer que eso nos hace mejores o superiores al resto de la gente; es más padre identificar nuestros talentos y luego encontrar la forma de compartir ese don que Dios nos dio con los demás. Después de todo se nos dio gratis, afortunadamente lo descubrimos, ahora compartámoslo con amor. Claro que si es tu carrera, cobra, nadie dice que no ("el amor no paga la renta"). Pero que la actitud en la vida sea humilde; los frutos son mayores y hay más felicidad (o por lo menos menos sufrimiento) en el camino.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Ghostgirl Lovesick

Tonya Hurley did it again!!! Me conmovió cañón la última parte de su trilogía de “Ghostgirl” :) Qué padre escribe esta mujer, amo su estilo y su mensaje. Obviamente yo cero su target, dejé de serlo hace como 15 años, pero como uno de mis sueños es escribir un libro para niñas adolescentes, pues por eso tengo que ver how is done by the best. 
Sobre este libro, hay dos puntos sobre los que quisiera enfocar mi reflexión: los muertos y la adolescencia. 
“Lovesick” me hizo pensar –por primera vez– en que los muertos también tienen una vida después de esta. Claro que desde chiquita he rezado el Credo, pero nunca me había imaginado que una persona fallecida también tiene “asuntos que atender”. Me acuerdo mucho de una canción de Lucía Méndez (ja!) que decía: “es un alma en pena que va arrastrando cadenas...” 
En este caso, yo creo que Charlotte sería una pequeña alma en pena que arrastra cadenas por 1) haber muerto muy joven, 2) siendo invisible para la mayoría, 3) sin oportunidad para lograr sus sueños. ¿Así o peor su caso?
La cosa es que leyendo esto me imaginé a tres personas: una tía cuyo hijo fue bastante “malo”, entonces cuando (a ella) le dio un derrame cerebral, ¡él se quedó con una culpa del tamaño del mundo! De ahí para acá ha hecho mil cosas –yo pienso que para agradarla a ella, pero más para redimirse a él... o quizá 50-50. A mí la verdad muchos de sus gestos me dan ternura, pero por primera vez pensé en cómo se debe sentir María Teresa al verlo. 
La segunda persona es el papá de una muy querida amiga mía. Claro que tuvo una vida muy padre, ¡pero nunca es suficiente! Por un lado podemos pensar: “bueno, casó a tres hijos y conoció a sus nietos”. Sí, pero ¡le faltó conocer a los hijos de mi amiwi! Sin embargo, ahora siento, más que nunca, que claro que sigue y seguirá con ella siempre, intercediendo, ayudándole en lo que pueda, comunicándose a través de otros medios... como para dejarle saber de vez en cuando que el amor es lo único que permanece. La tercera persona es mi tío Quiqui, de quien he hablado en posts anteriores... 
El punto es que este libro ofrece esa visión: la de la vida de las personas que “se nos adelantaron”, como comúnmente decimos. Me imagino a los personajes del libro (Charlotte, Prue, Pam, Virginia, Eric) como almas en el purgatorio, pero sin “la purgación” de por medio (me suena a castigo o algo así), sino como una oportunidad para terminar los pendientes que no tuvieron chance de hacer en vida y/o aprender las lecciones que se quedaron en el aire. Y entonces sí poder descansar en paz. 
El otro punto es la adolescencia. ¡¡¡Bendita etapa maligna!!! Yo no tengo taaaan buena memoria a largo plazo, pero sí me acuerdo que me aventé unas puntadas del alto terror, sobre todo con mi mamá. Bueno, no, con todos, hasta eso agarré bastante parejo. 
Hubo en especial un capítulo que me hizo llorar: cuando Scarlet le deja una carta a Charlotte en su tumba que sólo decía “Who am I?”. ¿Y es que a poco no nos sentimos así a esa edad? Perdidos, desorientados. Yo me acuerdo que no sabía ni qué quería (en NINGÚN sentido) y mucho menos sabía quién era (si de por sí, a los 30). Literal era bipolar: un minutos estaba feliz y al otro hacía un drama por cualquier cosa. 
En el libro, Tonya habla mucho sobre la crisis existencial, característica de esa edad: “quiero cambiar, pero no”, “si cambio ya no seré yo”, “quiero ser como siempre he sido, pero ya no me late”, “me gustaría que me gustara lo mismo que antes, pero la neta ya ni al caso”. Y ooobviamente el tema de la popularidad (o el famoso y temido “qué dirán”) y desamor, que a esa edad está al 2x1. Bueno, a todas las edades, pero entre los 13 y los 18 se polariza/magnifica el sentimiento. 
Por otro lado, leyendo este libro, escribía en mi wall de FB frases que me llamaban la atención (usualmente las sacaba de las intros de cada capítulo). Me gustaron porque eran bastante directas, medio rudas y por lo general, impregnadas de desánimo. Incluso una amiga me preguntó por qué estaba poniendo tantas cosas tristes. La realidad es que eran tristísimas, crudas, pero muy reales. 
Termino compartiéndoles algunas: 
* love is a grave mental disease - Plato 
* absence makes the heart grows fungus.
* if two past lovers remain friends, they are either still in love or never were.
* gravity cannot be held responsible for people falling in love - Einstein
* out of sight, out of mind (sobre las relaciones de larga distancia). 
* it's easy to draw a line in the sand, but sometimes it's hard to find that line when the wind begins to blow.
* we have the whole concept of popularity backward. The key to ultimate popularity is not 2 be loved or envied by as many people as possible but 2 be loved or envied by the right people.
* the great thing about having an enemy is that u know exactly where that person stands. If u want sympathy, look 4 a friend, but if u want honesty, an enemy might be the best friend u ever had.
* when someone wants 2 go on a "break" from a relationship, but they assure u that u're the one 4 'em, they're lying. They're pretty much saying: I don't want u around right now because I'm afraid someone better might come along and I'll miss that person because I'll b with u. The bottom line is, when u truly love someone, a "break" would only break your heart.
* Bad news is good news. Few things satisfy us as fully as the comedown of someone we dislike or someone we do like or even someone we don't even know ... Nothing sells like failure (sobre la envidia y el morbo).  
* popularity is a temporary condition - a virus that bounces like the flu bug, predominantly to those made susceptible by their winning gene pools.
* we tend 2 measure lives n' love the same way: by how long they last. For most of us, the longer the better. But in the end, it's not the time we spend but how we spend the time that truly tells our story.
* when u enter in a relationship, u want 2 know that person, every single detail, and u want 'em to know about u. U r an open book. But if things don't work out, u better be prepared to duck when that same book is thrown back @ u.
* if u think u know what's going on inside someone else's head, think again. We imagine that love gives us the power to read one another's mind, when all we are really doing is reading our own. The best way to know what's really on someone's mind is also the riskiest: you have to ask them.
* it was a holding cell for stuff with just enough sentimentality to keep, but not meaningful  enough to display (sobre los cuartos de tiliches). 
* I’d rather just vomit than be nauseated all day. 
* he’s a guy, Charlotte, he’s probably not thinking anything (sobre suponer y pensar por los demás, especialmente los hombres). 
* –Mom? –Yes, sweetie? –There’s this guy...” (aaaaahhhhh, THE talk). 
* there’s a difference between having a sense of fashion and a sense of style. one comes from magazines, from what you’re told; the other, from your own imagination, what you feel. 

domingo, 13 de noviembre de 2011

Jack & Jill

Siento que hay una tendencia en Hollywood a hacer dramas disfrazados de comedias: es la tercera vez en este año… y como en las ocasiones anteriores, con “Jack & Jill” lloré y lloré y lloré y lloré. Ya hasta me da pena decirlo, pero no puedo evitar salir con ojos de sapo.
Yo creo que la razón fue que me identifiqué demasiado con Jill. No tengo 40 y tantos años, y definitivamente no peso 90 kilos (¡me muero!), pero encontré muchas similitudes; también vi actitudes que me dieron mucha ternura, como la escena en la que pide dos pasteles (en la fiesta sorpresa) porque así lo hacía su mamá.  
Antes de entrar a profundidad en el tema, me gustaría resaltar el papel de Eugenio Derbez: interpreta (muy a mi pesar) al mexicano- inmigrante-mojado-sin-futuro-promisorio, pero refleja dos cosas buenas: la importancia que le damos a la unión familiar (onda tooooda su familia “se cruzó” al otro lado) y el sentido del humor que nos caracteriza.  
Platicando de Jill, me encanta que su personaje, a pesar de tener 42-43 años y varios descalabros sentimentales, sigue siendo súper auténtica, inocente, entregada y apasionada. Me encanta que dice lo que piensa; como que la diplomacia no es su fuerte, pero es tan noble que no lastima. Tiene un sentido del humor increíble, se ríe de ella misma y se la pasa bomba en cualquier lugar, es muy adaptable. Es súper segura; jamás en la película habla sobre su gordura o su estatura o su exceso de bello, ¡nada! Lo único que dice es que a ella le gustaban los chicos pero a ellos no les gustaba de regreso, pero nunca se ataca. Y en Año Nuevo le vale y se va con el cuadro de su mamá a festejar (cuando bien se pudo haber quedado en su casa a llorar sus penas).
Me gusta que es muy leal con los demás, pero sobre todo con ella misma. Es muy optimista, y aunque a veces se pone triste, siempre se levanta y se anima ante el menor pretexto, tiene muy buena actitud ante la vida, es aventurera. Lo mejor –que en parte es lo chistoso– es que se da su lugar cañón: nada de agarrarle las bubis o maltratarla, se da a respetar con todos en cualquier lugar.
Ahora, no es que yo tenga todas estas cualidades… ¡ojalá! En la parte que me identifico es en la necesidad de amar que tiene y en que no encuentra a quién darle todo ese amor, esa atención, esos detalles, ese cariño.
Yo me acuerdo que cuando tenía como 12 años tocaba el piano y la maestra me ponía la canción que yo le pedía (porque decía que así era más fácil que me la aprendiera de memoria). A la fecha hay dos que puedo tocar: “Yo no nací para amar” y “Si la invitara esta noche”. Son canciones que traigo en mi iPod, de hecho. Osea neta sí me gustaban, qué raro, ¿no? A los 12 y como que ya presentía que le iba a sufrir…
A lo que voy es que, por ejemplo, la escena en la que casi se acaba una caja de kleenex porque ningún güey la peló en internet, me partió el corazón. Yo nunca he hecho eso (I’m not there yet!), pero claro que he llorado porque alguien que me gustaba no volvió a llamar. O cuando tiene su date y el hombrecito sale corriendo, pues claro que también me ha pasado. Igual y no han salido literal huyendo, pero sí no me han vuelto a buscar, y ni modo. Duele, pero el mundo no se acaba, y como dice el dicho: “lo que no te mata, te fortalece”. Lo importante es no darse por vencid@ y no creer que el amor nunca llegará. Porque tiene que llegar, ¿cierto?
Por otro lado, como bien decía Sor Juana, tenía que haber un triángulo y ese toque me encantó. Nada de que porque es Al Pacino cae rendida a sus pies. ¡De hecho no le gusta nada! ¿Por qué pasará así? Al(a) que le gustamos, no nos late y morimos por el/la que no nos pela… ¡Pareciera que nos gusta la mala vida caray!
Obviamente la película tenía que tener la clásica escena asquerosa. Parece que los gringos no son felices si no la incluyen, es parte de la fórmula… pero he visto peores, hasta eso. En cuanto a Poopsie (el pájaro o loro), creo que hay una tendencia a tener mascotas que hagan las veces de amigos/psicólogos/compañía. Creo que a pesar de tener más herramientas “sociales” que nunca (teléfono, celular, mail, chat, facebook), la soledad sigue ahí, al acecho. Porque claro, también estamos –disque– más ocupados, no tenemos tiempo para nadie, así que un animalito fiel viene muy bien.
Lo interesante es que, según Isabel Salama (google her plis), las mascotitas que son adquiridas para este fin (sacar de la depresión a alguien o cosas por el estilo) se terminan suicidando. Son los perros que se avientan de la azotea, los pericos que se empachan, etc. La teoría es que, en el fondo, saben que se espera demasiado de ellos y no pueden con la presión. No es el caso en esta movie, pero me pareció muy interesante este punto porque de verdad sí creo que de repente hoy en día algunas personas creen que los perros o gatos o lo que sea son personas, y les hacen más caso que los seres humanos que los rodean… y pues no, por ahí no va la cosa. La realidad es que muy seguido necesitamos, por lo menos, de la oreja de los demás (aunque a veces no nos guste).
El personaje de Al Pacino me fascinó, me imagino que se divirtió muchísimo filmando esta película. El baile del final está lo máximo J Pero las dos cualidades que más me gustaron es que como que por ser artista está un poco loco, pero es muy sabio, entonces es el único –además de Derbez– que enloquece por Jill porque ve más allá de lo físico. La escena en la que le dice que la ve como un ángel con un ala rota me mató, fue con la que más lloré.  
Finalmente, el toque de drama creo que cae sobre el personaje de Jack. Tengo una amiga cuya frase favorita es “la confianza apesta”. Y desgraciadamente a nuestra familia le tenemos toda la confianza del mundo, así que somos no sólo honestos sino groseros, no sólo descuidados sino profundamente egoístas, no sólo “personas ocupadas” sino desconsideradas.
A este cuate le importaba más su trabajo que su hermana, así que el fin justifica los medios y si la tiene que “prostituir”, pues ni modo. En el fondo creo que no valora tener alguien que se preocupa por él, que se alegra con sus éxitos, que se entristece con sus fracasos, que se preocupa por sus cosas.
Le da la peor flojera pasar tiempo con ella, cuando la demás gente se la pasa bomba. Le da pena admitir que de chicos tenían un lenguaje secreto o divertirse con el hecho de que eran “wombmates”, cuando para ella era lo mejor que le podía pasar y buscaba sin cesar pasar “some twintime” con su hermano.
Por tanto anuncio de gemelo que sale al principio y al final, me quedo con el mensaje de que sería increíble aprender a valorar a nuestra familia, especialmente a nuestros hermanos. Yo, gracias a Dios, tengo un hermano al que adoro porque es de las personas más nobles que conozco. Claro que tiene su carácter, pero desde chiquitos me cuidaba, me apoyaba, me decía “vaquita” y trataba de que siempre estuviera bien. Hasta la fecha, cuando me va bien, al único que pienso en llamar –a veces incluso antes que a mi papá– es a Mario, porque noto que mis logros le dan igual o más gusto que a mí. Eso es algo que trato de imitarle, pero todavía no lo logro…
La cereza del pastel es el papel de Katie Holmes: la esposa cool, guapísima, buena cuñada-madre-esposa… Muy equilibrada  J.
Excelente película. ¡Bien por Adam Sandler!

martes, 8 de noviembre de 2011

Contagion (Contagio)

Inevitable no relacionar esta película a la crisis que vivimos en México hace no mucho con la famosa influenza H1N1. 
En ese entonces trabajaba en el Reforma, y me acuerdo que no nos dieron ni un solo día (yo que ya me hacía en Mazatlán caray), solamente nos pedían llevar tapabocas... Mi mamá me compró unos muy glamorosos, pero la realidad es que nunca los usé. 
La verdad es que yo viví esta situación desde otra perspectiva. Como los eventos sociales se cancelaron (la mayoría, no así la boda de la Carola y el Rodrigo, jejeje), teníamos que conseguir coberturas en casas, algo que me encantó porque onda se reunían todos (abuelos, hijos, nietos) en su depa de Acapulco o algo así a jugar memoria, cartas, lotería o lo que fuera (videojuegos y jueguitos en el iPad también), pero el ambiente era bastante familiar. Otro gallo les cantaba a los negocios... Por eso siempre digo que en Club –y ahora en Caras– cubrimos el “lado B” de la vida :) 
Honestamente sí fue bastante impactante ver las calles desiertas (no al 100%, pero sí se notaba la diferencia), las escuelas cerradas, los restaurantes y el gym solos (o cerrados), pero lo chistoso vino después. Me acuerdo que, poquito tiempo después del clímax de la crisis, fui con Daniel a Culiacán y estornudé tantito antes de despegar, ¡¡y el vecino de enfrente pidió que lo cambiaran de lugar!!, jejeje. Se me hizo una exageración. Pero justo de eso se trata esta película: la psicosis que provoca el saber que nos podemos enfermar (¡y morir!) “por culpa” de alguien más. 
Me gustó mucho la actuación de Matt Damon; le quedó muy bien el papel de papá protector, se proyectó perfecto (tiene tres hijas en la vida real). También Kate Winslet, Marion Cotillard y Gwyneth Paltrow están muy bien en sus respectivos roles. Mención aparte merece Jude Law, más que por su actuación, por su personaje. 
Con lo que me quedo de esta película, además de –como dije– la paranoia de saber que otro me puede contagiar una enfermedad que me cause la muerte, es la impresionante influencia de las redes sociales en nuestra vida hoy en día. 
Me impactó que un blogger (“periodista independiente”) tiene el poder de mandar a juicio a un alto funcionario porque le comprueba –gracias a Facebook– que privilegió a sus amigos con información que no le había sido dada a la ciudadanía en general. Me sorprendió que cuando lo mandan a la cárcel, sus 12 millones de lectores se unen para pagarle la fianza (y sale libre). Me asombró que se filma recomendando unos “chochos” para la enfermedad, y siguiente escena la gente se pelea por conseguirlos en la farmacia del súper. 
Creo que tanto Twitter como Facebook, al igual otras redes sociales, han cambiado la forma de en la que nos relacionamos, no sólo en el ámbito social, sino también política, religiosa y culturalmente hablando. Hoy no es raro conocer gente que se conoció (y enamoró) gracias a FB, pero tampoco lo es que los políticos anden como loquitos buscando votos publicando su vida íntima en la red. 
Justamente acabo de leer un artículo (Día Siete, “De pesca en las redes”, por Alberto Ortega Gurza) que habla sobre el buen uso que le dio Obama al FB, gracias al cual logró –literalmente– conectarse con los jóvenes y ganar las elecciones. O qué tal el ejemplo de los que se pusieron de acuerdo –por Twitter– para derribar a Gadafi. O la pobre de Ninel Conde, que bendito sea Dios tiene sentido del humor para aguantar el “bullying” del que es víctima a nivel nacional. Por algo en China están haciendo hasta lo imposible para controlar y evitar que la población no tenga acceso libre al internet... 
Me gustó mucho también la escena en donde la hija de Matt Damon se comunica con el novio por iPhone. Otra prueba más de cómo ha cambiado nuestra forma de relacionarnos con el prójimo... para bien y para mal. Está padre siempre estar disponible, pero creo que a veces (casi siempre) es mejor oír la voz de la otra persona. De perdis te das cuenta (más fácil al menos) de su estado de ánimo... 
En síntesis, y en mi humilde opinión, creo que es una película que refleja muy bien el miedo que nos da enfermarnos (ahí es cuando nos damos cuenta que la salud SÍ es lo más importante, aunque suene a cliché); que hoy vivimos en un mundo globilizado al 100% (estamos todos interconectados, podemos saber lo que pasa del otro lado del mundo en cuestión de segundos); y que lo de hoy son las redes sociales. Hay que adaptarnos, aprender a usarlas, y aceptar que el que no sabe de esto es considerado analfabeta digital. Which is not cool :) 

lunes, 31 de octubre de 2011

Paranormal Activity III (Actividad Paranormal 3)

No voy a dignificar este mega churro con un comentario... Pero ya para que yo me salga a echarle más salsa a las palomitas, ¡¡está cañón!! Lo único bueno fue que me entretuvo en lo que pasaba el tráfico santafesino de viernes y que me acompañó una querida amiga. That's it.

martes, 25 de octubre de 2011

Vivo Recuerdo

Es un must para los que visiten Campeche. Digno de mencionar –aunque resulta un poco triste– es que no hay un mínimo requerido de público, entonces literal la única audiencia éramos Diana (la fotógrafa) y yo. Ya se imaginarán que al final aplaudimos y aplaudimos con un entusiasmo nunca antes visto porque ¡qué oso! 
Según nos explicó una de las actrices momentos antes de iniciar la función, la obra tiene un concepto de “teatro de contacto”, no de interacción (porque yo entendí mal y me tuvo que volver a explicar, jaja). Esto de contacto quiere decir que estás MUY cerquita de los actores, pero no platicas con ellos ni nada por el estilo. 
La obra tiene lugar en la Casa 6, que está enfrente de la Catedral, los jueves, viernes, sábados y domingo a las 9:30 pm. Lo hacen así para que del espectáculo de luz y sonido de la Puerta de Tierra (que es a las 8:30), te lances para allá. Lástima que ese día de 20 personas sólo 2 seguimos “el recorrido cultural”, pero bueno. 
Lo que más nos gustó (a Diana y a mí) fue el final porque resulta SÚPER inesperado. Por lo mismo no lo voy a contar... ¡Buh! Me voy a limitar, pero es por el bien de todos. De lo que sí puedo platicar es de los mensajitos que capté:
1) La gente puede platicar con sus muertos en un ambiente de silencio y paz. Cancelado, cancelado, cancelado (¡lo rechazo!) que se me muera alguien MUY cercano, pero sí creo que una hija puede seguir platicando con su padre, que una madre puede seguir platicando con su hijo, y así con todos nuestros parientes queridos, a través de la oración, en un ambiente de recogimiento. 
2) Que los muertos nos cuidan. En la obra es el caso de una señora a su muchacha de servicio: platican, se ríen, recuerdan viejos tiempos. La occisa le dice que está preocupada por su hijo porque no está segura si su nuera es tan buena (¡porque no sabe cocinar!) y su amiga la tranquiliza. Por cierto, creo que es súper importante caerle bien a la suegra. Yo nunca he tenido problemas en ese aspecto y espero seguir así, jeje. 
3) Que los jóvenes tenemos mucho que aprender de los viejitos (o adultos mayores pues). ¡¡Me sorprendió muchísimo la sabiduría de la señora (del servicio)!! Súper ecuánime, respetuosa, servicial. De repente con el acento mega yucateco me costaba trabajo entenderle, pero me encantó su personaje. 
Hay una canción que cada vez que la oigo –sin importar hora ni lugar– me hace llorar: “Someone’s watching over me”, de Hilary Duff. Es como el tema principal de una de mis cinco películas favoritas: “Raise your voice”. Si tienen oportunidad (y no ODIAN el pop) se las recomiendo. La letra estáaaaa... increíble por decir lo menos. Y muy ad hoc a esta época del año, al igual que la obra, que según me dijo el guía de turistas Wilberth Salas, está basada en la novela “La Visita” (no me supo decir de qué autor).  
pd. lo del contacto, en este caso, es porque la obra es en todos los espacios de la casa: la sala, la recámara, la cocina, el patio... y uno va acompañando a los actores (parad@s, no hay sillas). 

sábado, 22 de octubre de 2011

La paz interior

Me acuerdo perfecto que, un día, en el Reforma (donde trabajé hasta noviembre pasado), llegué súper puntual, me senté y empecé a trabajar. En ese momento pasó una persona de alto rango (jaja) y me dijo algo así como “qué bueno que llegaste temprano porque quién sabe si mañana estés aquí”. No recuerdo sus exactas palabras, pero más, menos…  
Acto seguido me turbé, imaginé lo peor y fui con mi maestro de yoga (que aún trabaja ahí), y le dije: “¡¿con qué derecho me quita la paz?!” Siempre digo que de los tres años que trabajé ahí, dos fui inmensamente feliz, pero el tercero fue una simulación casi perfecta de como me imagino el infierno L La causa, según yo, era que las personas que ahí laboran se especializaban “en quitar (a quien se dejara) la paz”. Ese era mi reclamo más frecuente.
Entonces, ya entrados en el tema de “La Libertad Interior”, me seguí con su hermanito, que es un librito del mismo autor (que suenen los tambores para Jaaaaacques Philiiiiiippe), llamado “La Paz Interior”.  Y wow, también me encantó J
Lo que más me gustó es que hay una parte en la que dice (no textual, pero en síntesis): No es posible que SIEMPRE tengamos la paz, obviamente habrá situaciones, circunstancias, momentos en l@s que “se nos vaya”. Pero entre más rápido regresemos, mejor. ¿A dónde hay que regresar? A la certeza ­–en el corazón– de que Dios nos ama. Hay que confiar en Él y saber que aunque a veces no entendamos sus razones, PARA y por algo pasan las cosas.
Cuando la gente me pregunta si me salí del Reforma teniendo (seguro) lo de Caras (revista para la cual trabajo desde el 8 de noviembre de 2010), siempre digo que no; que tenía la propuesta, la invitación (jaja), la firme intención, pero no era una certeza: fue un acto de fe. Honestamente yo lo último que quería era que mi último día en el Reforma fuera el viernes y el lunes empezar acá porque sentía que me iba a llevar toda la … mmmm… eso, al nuevo lugar, y qué chafa. El chiste era desintoxicarme, analizar qué había hecho bien, en qué me había fallado, en fin, quería hacer un balance y me lo imaginaba haciéndolo en flor de loto frente al mar with plenty of time (una semana mínimo).
Así que me armé de valor, renuncié el viernes y el sábado estaba en Mazatlán. El jueves (la víspera de mi renuncia) obvio no dormí y mi oración fue más o menos así: “Mira Diosito, tú tus business y yo los míos: me voy a Mazatlán, confío en que se me haga lo del nuevo trabajo porque no estaría padre quedarme sin aguinaldo (jeje) y yo no creo que tú quieras que me vaya mal, entonces me voy a relajar y cualquier cosa que salga mal (no como yo espero), pues quéeee mala onda, pero tú sabes tu rollo y yo confío en ti"… … … "Plis que no me demanden por renunciar el mismo día que me voy, pero no me dejan mucha opción”.
La última semana de octubre me hablaron de Caras para decirme que no entraba esa quincena (por el puente), sino el 8. La fecha se me hizo medio rara, pero sí, entré el 8, y desde entonces puedo decir que mis niveles de felicidad se han incrementado considerablemente. No digo que vivo en miel sobre hojuelas; hay días pesados, de estrés, de hormonas, pero no se compara J
Esto lo saco “a colación” porque justo la semana pasada se me fue la paz toda una tarde… o más creo. Resulta que una fotógrafa del Reforma que me cae muy bien pidió una plaza en Caras. Ya era 95% seguro que entrara y yo estaba muy contenta. El proceso se alargó pero –por mi experiencia– no se me hizo raro. Hasta me preguntó y le dije que ni se agobiara. Siguiente escena: me entero que no va a entrar. Así, nada más. Esto no hubiera sido taaaan malo si la persona en cuestión no hubiera renunciado YA a su antiguo trabajo.
Entiéndase que a mí todas las emociones intensas –las MUY positivas y las terroríficas– se me van a la panza, así que a partir de ese momento tuve unos retortijones, que bueeeno. Obvio yo no podía ser la portadora de las malas noticias 1) porque a mí no me tocaba y 2) ¡¡porque estaba traumada!! Me sentía súper culpable. Sentía como si yo hubiera elegido dejar desempleada a alguien, ¡¡¡y lo peor era que me caía (cae, pero yo creo que ahorita me odia) muy bien!!! Digo, si de perdis me hubiera caído mal, me hacía un cocowash, pero nooooo.
Ese día mi oración fue más o menos así: “¡¡¡¡Qué jalada, Diosito!!!! Te la bañaste, neta, bueno yo. Por mi culpa ya se quedó sin aguinaldo. Eso me pasa por querer ayudar a la gente, mejor ni le hubiera dicho nada. Wait a minute! I didn’t tell her. She asked me! OK. Pero ese día que me habló para preguntarme si renunciaba: ¡¿le dije que si?! No, wait a minute (again). Le dije que yo había hecho un acto de fe. UN ACTO DE FE. Que era una decisión arriesgada, humanamente estresante, pero que confiara en Dios (en ti, pues) y que con suerte todo saldría como lo planeamos. OK. Fiuf. ¿Entonces yo no le dije que sí renunciara? No. ¿Le dije que confiara en Dios? Sí (fiuf, again). OK. Entonces ahora plis plis plis dale la sabiduría, la fortaleza para entender tus designios porque no se parecen NADA a lo que habíamos planeado”… … … “y plis plis que no me odie”.
Y más o menos de esto se trata este libro: CLARO que hay veces en las que se nos irá la paz, pero hay que tratar –por todos los medios– de recuperarla… ASAP, como dicen los gringos. Porque Dios habla en el silencio, y en un corazón turbado hay mucho ruido. Entonces hay que callarlo, con una férrea voluntad de volver a la paz, para que podamos escuchar a Dios. Y si no lo oímos, si de plano no vemos pa’ donde, hay que elegir la opción en la que haya más amor.
Esa es la clave. Entre A y B, ¿DÓNDE HAY MÁS AMOR? Estoy preocupada, triste, enojada… no oigo a Dios (porque no quiero o no puedo, a estas alturas da igual), pero de mis opciones para actuar: ¿en cuál hay más amor?, ¿en cuál busco menos mi felicidad/comodidad y más la del otro?
En el libro, Jacques explica que lo que hace el demonio para alejarnos de Dios es inquietarnos. Hasta cuando pecamos, pues OBVIO nos debe doler porque ofendimos a quien más nos ama, pero hay que darle vuelta a la página y cuanto antes mejor. No sé si les ha pasado, pero a mí seguro que sí. Hay veces que justo cuando me juro Santa Sor Bianca ¡púmbale! Me enojo o me desespero. ¿Sabían que eso es una gracia de Dios? Yo, hasta hoy, no tenía ni idea.
Pero resulta que sí. La lógica es que si yo fuera muuuy buena y muuuy santa, creería –o correría el riesgo, por lo menos– que es porque soy lo máximo, me las sé de todas, todas; estoy gruesa así que ábranme paso… En cambio, si admito que soy igual de pecadora, egoísta e impaciente que el resto del mundo (porque todos nacimos con el pecado original), entonces crezco en humildad. Y lo que deberíamos de hacer, por tanto, sería aferrarnos  más  a Dios y menos a nosotros mismos. A mí claro que me ha pasado que digo: “¿y ahora con qué cara le rezo a Dios si me acabo de agarrar a palabrazos con el del valet?”. Pues esa es una falsa humildad. Y cuando reaccionamos así lo que está de fondo es una plena y gran desconfianza en Dios. Aunque creamos lo contrario. Como dice la frase: “No importa caer mil veces, si lo que se ama es la lucha y no la caída”.
El otro día vi el programa de “Historias Engarzadas”. Juro que lo vi porque se trataba de Odín Dupeyrón, y ya ven que es mi sensei. Entonces él platicaba que hubo un tiempo que se fue a la bancarota cañón: debía todo, lo iban a embargar... por lo cual cero dormía. Y que una noche dijo: “a ver, ya estuvo bueno, hoy voy a dormir y mañana me preocupo y me ocupo”. El libro también da este tip. No quiere decir que nos valga o no nos importe la vida, el trabajo, la pareja, los amigos, ¡¡¡no!!! Quiere decir que todo lo que nos afecte lo dejemos en manos de Dios y Él se encargará. Tomarlo como una especie de “perchero de preocupaciones”… y después obviamente hacer lo que esté en nuestras manos para solucionar aquello que nos agobia, pero con tranquilidad, sin prisa, con cabeza y corazón, no con bilis. Y así cada problema se hace un proyecto, no un asunto de mortificación. ¡Qué cool, no?
La clave, siento, es tener claro –y MUY consciente– que Dios nos ama. Y si nosotros, que somos malos, hacemos cosas buenas, ¿qué no será capaz de hacer el mismísimo AMOR? Osea, no hay punto de comparación, ¿estamos de acuerdo? Como pienso a veces que me dan miedo ciertas situaciones o cuando llega la hora de tomar una decisión importante (como cortar con un novio a los 30 años): “ni modo que Dios me quiera fregar, ¿verdad? Ni modo que quien me creó me quiera ver triste, derrotada, infeliz”. I don’t think so J ¡¡Hay que confiar!! Y lo más padre de todo este asunto es que Dios no se deja NUNCA (me consta) ganar en generosidad. Literal le damos el 10% y nos regresa mil veces más. 
CDT. Hace tiempo circuló una cadena en internet llamada “Depende de quién son las manos”. No tengo tan buena memoria, pero decía algo así como: Un balón de básquet en mis manos vale 20 dólares (o bueno, lo que cueste); en manos de Michael Jordan vale 2 millones. Y como no tengo nada de buena memoria (a largo plazo, aclaro), no me acuerdo de los demás ejemplos, pero la moraleja era que había que dejar los problemas en manos de Dios. Obviamente no es fácil porque estamos educados y mentalizados para tomar acción, para hacer las cosas por nosotros mismos, pero no funciona así. O bueno, quizá funciona un rato, pero lo mejor es “dejar a Dios hacer su tarea” (esta es la frase favorita de mi papá desde hace como cinco años).
A mí eso sí que pienso que me puede funcionar J Y espero que a ustedes también para que vivamos con más paz, más felices, más alegres. Y que cada encuentro con el otro sea un encuentro de paz, como Jesús, que llegó diciendo “mi paz les dejo, mi paz les doy”. Yo creo que este librito me hizo pensar: cuando llego a la oficina, ¿llego con paz y a dar la paz? ¿o llego con estrés y a dar guerra? Cuando llego a mi casa, ¿llego con paz y a dar paz? ¿o con hambre y a quejarme/enojarme? Cuando llego a algún lugar a requerir un servicio, ¿llego con paz y a dar paz? ¿o con una jeta del terror y a desquitarme con todo mundo porque el niño que me gusta no me escribe? Mmmhhh.  
En conclusión, los consejos que da Jacques para mantener –el mayor tiempo posible– la paz o recuperarla tan pronto la vemos perdida son: confiar en Dios, nunca desanimarnos, encargarle nuestras preocupaciones y problemas, rezar sin importar cuán pecadores (o malas personas) seamos, controlar la mente para callar la voz chinga quedito (como la llama Michel Domit) y de esta manera reencontrar la tranquilidad en el corazón y entrar nuevamente en conexión con Dios, a quien sólo podemos escuchar cuando estamos en paz. Y si de plano no lo escuchamos, y nos turba no hacer su voluntad, hay que optar por la opción donde haya más amor. Así, aunque no sea la “ideal”, Dios la tomará a bien porque sabrá que la intención original del corazón era amar. Y esto nos dará alegría, tranquilidad y ¡paz!