lunes, 30 de mayo de 2011

Water for Elephants (Agua para Elefantes)


Basada en la novela escrita por Sara Gruen, la película me recordó muchísimo a “The Notebook” (por la forma en la que mezcla el presente con el pasado). Pero a diferencia de la primera, en esta no lloré (para todo hay días).  
Mensajes emotivos, sin embargos, encontré varios. El primero: cómo nos puede cambiar la vida de un segundo a otro. 
El día en que el protagonista, Jacob, pensaba que iba presentar sus exámenes finales y graduarse como veterinario de Cornell, “tirarse” a su compañera de clase y empezar una nueva aventura, la tragedia llega a su vida. 
Después, el destino lo pone en el tren de los Benzini Brothers, el circo (competencia de los Ringling Brothers) donde encuentra una nueva familia entre animales, obreros, el amor de su vida y un jefe bipolar. 
El segundo mensaje sería sobre el cuidado y respeto que nos merecen los animales. Hay una escena que me partió el corazón: cuando August (el dueño del circo) golpea hasta casi matar a Rosie, la “efelante”. Buh! Y todo porque el menso no sabía hablar su idioma!!! (polaco, quién iba a decir) y se desespera. 
El tercer mensaje que me dejó es: lucha por lo que quieres. Aunque se vea difícil (y en verdad lo sea), aunque tengas pocas pobabilidades de triunfar, si en tu corazón estás seguro de que “eso” es lo mejor... just do it. Lánzate! 
Por que si Jacob si hubiera puesto a pensar en que Marlena (la principal atracción del circo) era casada y su esposo era capaz de matarlo, etc. entonces nunca hubieran vivido la experiencia de casarse, tener hijos y ser felices con el amor de tu vida. 
En esta vida, para lograr los sueños hay que atreverse a tenerlos (primero que nada) y después hay que poner todos los medios posibles para que se hagan realidad. Y es lo que se ve aquí en la película: no hay imposibles porque el amor todo lo puede. 
Hay que creer que se puede. Confiar en nosotros mismos, en los demás, en el futuro, en el destino, en Dios. Saber que la felicidad es un derecho, no un privilegio. Saber que las cosas buenas cuestan, pero siempre el resultado será “satisfacción garantizada”.
Por último, hay una escena en la que Jacob hubiera podido fácilmente matar a August, frente a Marlena, pero no lo hace. Mi reflexión fue que, ante la presencia del ser amado, somos la mejor versión de nosotros mismos. Y Jacob no iba a permitir que la imagen de él asesinando a un hombre se grabara en la mente de Marlena :) 


martes, 24 de mayo de 2011

Mini Shopaholic



Es el décimo libro que leo de Sophie Kinsella y sólo puedo reiterar mi profunda admiración por ella (que en realidad la autora no se llama así, es su nombre artístico; pero así la conocí y así la quiero). 
Leer la serie de “Shopaholic” es una delicia. Son libros que te hacen reír (¡en voz alta!), llorar, reflexionar. De verdad me quito el sombrero ante la creatividad de la autora. Hace que su personaje (Becky) sea memorable por sus ocurrencias, vivencias, experiencias y manera de resolver los problemas que se le presentan, de los cuales sale avante sin importar cuán difíciles –o hasta imposibles– parezcan. 
De este libro en especial, lo que más me gustó fue que el tema central es la planeación de una fiesta sorpresa y todo lo que ella involucra: decir mentiras “piadosas”, nuevos amigos, dinero (¡mucho!), contactos, aventurarte en nuevas formas de comercio (como el famoso intercambio), aceptar y adaptar las ideas de los demás, hacer cosas que no tenías pensadas, inventarte “lo que sea” para contestar llamadas, mandar mails o llegar a citas, en fin. ¡Muy divertido! 
El tema secundario también me llamó mucho la atención: tener una hija demasiado consentida o “spoiled”. ¿Cómo ponerle límites? ¿Cuánto y/o cuándo es demasiado? ¿Quién no tiene límites: la mamá o la hija? ¿De qué somos capaces con tal de que no nos digan que nuestr@ hij@ está “maleducad@”? Yo todavía no estoy ahí, pero me imagino que es un tema difícil y sensible. 
Sophie, ¡¡espero el próximo libro con ansias locas!! :) 

lunes, 23 de mayo de 2011

La Última Cima

En agosto del 2010 me dio gusto leer en el (periódico) Reforma sobre el éxito de una película que hablaba sobre la vida de un sacerdote: “La Última Cima” (www.laultimacima.com). 
Desde entonces quería verla, pero nada más no se me hacía porque obviamente las distribuidoras no se la pelean. Pero nuevamente, en una vuelta por Czestochowa, vi que la pasarían el viernes pasado a las 6. 
Y allá voy con todo y Roberto, y bueno, me gustó mucho. Les platico: es un documental sobre la vida de Pablo Domínguez, un sacerdote (teólogo, filósofo y profesor) español fallecido en febrero del 2009, cuando descendía de la cumbre del Moncayo junto a su amiga Sara de Jesús Gómez. 
El film está hecho por el español Juan Manuel Cotelo, de 40 y tantos años, quien conoció a Pablo meses antes de su muerte. ¿¿Qué huella habrá dejado en él como para –a pesar de tener poco tiempo de conocerlo– hiciera una película sobre su vida??
Como dice el director y guionista, la idea del documental es presentar a Pablo como una persona alegre, un sacerdote del siglo 21, que habla en tu idioma; una persona benedicente (nunca hablaba mal de nadie), atractiva (física, intelectual y espiritualmente), deportista, abierta y sobre todo, muy apegada a Dios. 
En mi opinión, una película así –dados los tiempos que vive la iglesia– resulta en verdad reconfortante. Sí, existen sacerdotes incoherentes, pederastas, aburridos, pero también están los convencidos, apasionados y locos por contagiar el amor de Dios. Y pasa lo mismo en todas las profesiones: hay doctores malos, publicistas corruptos, contadores incoherentes, pero siempre hay “ejemplares” positivos, cuyas vidas son dignas de contar (a través de la pantalla, libros o como sea). 
El documental está hecho de una manera muy dinámica, tiene sus toques chuscos y recopila testimonios de la gente más cercana al sacerdote: sus papás, su hermana, sus mejores amigos, sus alumnos de San Dámaso... Muestra varias fotos de él y también se incluyen audios. En general, está muy bien hecho. 
El mensaje con el que me quedo es: hagas lo que hagas, predica el amor de Dios. Ama al otro como a ti mismo, deja el egoísmo de lado, preócupate y ocúpate de los demás. No importa a qué te dediques, puedes cambiar el mundo si cambias tú primero. Cambia tus actitudes, tu carácter, tu visión, los lentes con los que ves la vida, transfórmate en mensajero del amor de Dios. “Que quienes me ven, te vean, Señor”. 
Cuando eso pase, veremos millones de milagros, porque a veces solo necesitamos una persona comprometida con Dios para recordarnos que la integridad, la justicia, la alegría, la humildad, la paciencia, el entusiasmo, las mil y un caras del amor, sí pueden “hacer morada” en una misma persona. 
Y, sin duda, será una persona tocada por Dios, que viva por y para Él. Nadie dijo que era fácil, pero sí es posible. Aquí hay un ejemplo :)

jueves, 12 de mayo de 2011

Sin cura o aDios le dije

Si hubiera visto esta obra hace dos o tres años, me hubiera querido morir (por cerrada y consevadora). Afortunadamente la gente cambia y evoluciona (lo cual no tiene nada que ver con los valores, que esos sí siguen ahí, “inalterables”).  
Lo que más me gustó es que me hizo reír (no soy una persona que ría con cualquier cosa) y para los cuatro actores, ¡aplausos! A cuál más de todos de buenos. Felicidades a Manolo Caro por el casting. 
Silvia Navarro, que no es santa de mi devoción, además de guapa, está estupenda en su papel como Elena. Gran regreso de Stephanie Salas como Amada (¡está muy delgada!) Zuria Vega (Bruna), ¡¡¡que por favor me pase el tip para tener ese cuerpazo!!! Desde el sábado quiero tomar clases de pole dance, jaja. A ver si un día tengo oportunidad (o me la hago, verdad, más bien). Y finalmente, aprovecho este espacio para declararme fan de Luis Gerardo Méndez (Roque en la obra). 
Ya lo había visto en la famosísima “No se si cortarme las venas o dejármelas largas” y me había encantado, pero en esta obra se consagra como actor (en mi humilde opinión). Me gusta que no usa el típico tono chilango-naco, tiene una vibra muy tranquila, relajada, es multifacético y le crees todo (al menos yo). 
La obra primero pensé que no le iba a gustar a mi Robert porque el programa dice que trata sobre la muerte (y además un ataúd está en el escenario TODA la obra), pero la verdad es que está tan bien escrita, que más bien sirve para reflexionar y reír. Se las recomiendo. 
Si ya la vieron, discutamos el punto de la amistad (si se vale traicionarla por un hombre), la prostitución (si se justifica y/o en qué casos), el celibato (tema muy delicado religosamente hablando), el amor (de pareja y a Dios) y la vocación (¿se vale “colgar los hábitos”, literalmente hablando?). 

pd. también me dio gusto ir a una obra de otra productora que no sea Ocesa... los monopolios nunca son buenos. 

martes, 10 de mayo de 2011

Thor

Esto del 3D es lo mío. Ya estaba hacienco corajes porque había olvidado mis lentes (ya no veo de lejos) cuando me di cuenta que no los necesitaría porque en el cine te dan los adecuados para este tipo de películas :)
Thor... ¡me encantó! Yo, honestamente, no había ni siquiera oído hablar de él. Ok, creo que alguna vez supe que era el dios del trueno, pero para nada que era una caricatura o que su “arma” era un martillo. 
La película, al estilo Marvel, está llena de detalles cómicos y mensajes positivos: sobre valores como el espíritu de servicio, la generosidad, la lealtad, la honestidad, la fidelidad, la amistad, el perdón, la solidaridad, y por supuesto, el amor, tanto filial como de pareja. Además como mujer te das un muy buen taco de ojo... 
Las imágenes de Asgard me fascinaron, ojalá todas las ciudades fueran así. El puente multicolor me recordó a Rainbow Bright :) El guardián -ciego- me hizo pensar sobre la ironía de “ver”, no con los ojos, sino con el corazón. Los amigos de Thor me recordaron la importancia de tener cómplices en esta vida, que te apoyen incondicionalmente y que te acepten con tus virtudes y defectos, en las buenas y en las malas. 
El hermano de Thor, Loki, primero me caía muy bien por reservado y prudente, pero no era más que una máscara tras la cual ocultaba envidia, confusión y recelo, sentimientos que lo llevan a la violencia, tanto interior como exterior. 
Creo que esto es un poco lo que pasa hoy en día: hay poca gente auténtica. Más bien nos han enseñado a “encajar”, a pertenecer, a no sobresalir, a ser “normales”. Y eso crea violencia. Por que si no te conoces, no te quieres, no te aceptas, no creces. Es una cadenita. Y lo que vives en el interior se refleja en el exterior: si no te quieres, tampoco al de al lado y entonces viene la crítica, la grilla. Si no te aceptas, vienen los vicios para huir de la realidad que no te gusta. Si no te superas, por lo mismo que no te conoces, cómo puedes ayudar a los demás a crecer, a ser la mejor versión de sí mismos... No se puede. 
Por otro lado, las virtudes -como la sabiduría, la lealtad, la solidaridad, la humildad, entre muchas otras- están representadas en el padre de Thor, el Rey Odín, interpretado magistralmente por Anthony Hopkins. Y como todo buen padre, sabe poner límites, así que cuando Thor los pasa, “lo exilia” al planeta Tierra. 
Y aquí es donde el protagonista aprende a ser humilde y a servir a los demás. Hay escenas muy claras: cuando recién llega pide las cosas gritando, con prepotencia, como creyendo que es deber de los demás servirle. Pero después de que se da cuenta de su realidad (un hombre cualquiera sin los poderes provenientes de un martillo) aprende la importancia de la amabilidad, el agradecimiento, la generosidad, el olvido de sí, el diálogo y el sacrificio. Ah, bueno, obvio del amor también porque se enamora de Natalie Portman (Jane). Nada tonto. 
Una escena que le gustó mucho a Roberto es cuando Thor le explica a Jane los nueve reinos, porque le dice que es como un árbol, el árbol de la vida :) La verdad, desde que ando  con él me he dado cuenta de lo importante que son las plantas para el estado de ánimo. En las ciudad hay tanto cemento, que los espacios verdes se agradecen el doble... 

Finalmente, aunque los enamorados se separan, la película te deja a la imaginación el desenlace de la relación. Yo sigo pensado en qué sería mejor: si Thor se mudara a la Tierra, si Jane se fuera a Asgard (dada la situación actual, va ganando) o si pasaran una temporada aquí y otra allá... ¿Ustedes qué opinan? 
pd. qué lástima que editaron las escenas de Adriana Barraza (pero sí sale en los créditos). 

jueves, 5 de mayo de 2011

The 100 Simple Secrets of Great Relationships - What scientists have learned and how you can use it

Desde que entré a la casita del árbol de Roberto (sí, tiene una, literalmente), me llamó la atención este librito. Así que me lo autopresté. 
En el mundo editorial es bien sabido que los “tops” (o rankings) “tienen magia” con la gente: las 10 mejor vestidas, los 100 más ricos, los 50 más bellos... Nos encanta contar. 
Yo creo que por eso David Niven ha escrito varios libros con los 100 simples secretos sobre varios temas. A mí me atañe, en esta ocasión, los tips que tienen que ver con las relaciones (también hay para happy people y successful people, in case you wonder). 
Debo decir que obviamente me gustó (sino no lo hubiera terminado, nunca puedo acabar un libro que no me gusta) pero, como le dije a alguien que me preguntó “¿qué tal tu libro?”: ¡Bendita ignoracia! 
¿Por qué? Por que entre más conciencia tienes, más responsabilidad. ¡¡¡El tío de Spider Man tenía razón!!! Pero bueno. Les cuento que este libro está muy sencillo de leer, digerible a más no poder. Primero te pone el tip tal cual, luego un ejemplo y por último una cifra arrojada por un estudio. Por eso es que la bibliografía es impresionantemente basta. 
El “secreto” es usualmente muy conciso y no es precisamente un “do” o un “don’t”. Más bien está generalizado y escrito de manera positiva. Los ejemplos que cita el autor son muy variados. Él vive en Estados Unidos y ya ven que es el país de la diversidad, así que me llamó mucho la atención que a veces el ejemplo, según yo, no tenía nada que ver, pero ya que el autor hacía “su punto”, entonces sí que hacía sentido. De repente había unos casos medio fumados, pero no por eso dudo ni tantito que existan. 
Finalmente, los datos duros ayudan mucho porque quiere decir que el libro no es fruto de su humilde opinión (como mi blog, jeje), sino que tiene bases científicas (por el método utilizado) para recomendarte tal o cual actitud, actividad o decirte con qué deberías tener cuidado. 
Hubo varios consejos que me gustaron. Unos me parecieron obvios, pero no por ello menos interesantes: See possibilities where others see obstacles, Anyone can find a happy relationship, Attitude triumphs over outcome, Don’t be bound by tradition, The past is not the future, No one wins the comparison game, Doing nothing is rarely a solution, seek harmony in your life, It’s the little things that matter the most, Beware of fairy tales, Treat the disease, not the symptom; There are no mind readers, Drink less, A sense of humor helps, Reduce TV time, You don’t have to see eye to eye on everything y A relationship starts with yourself. 
Otros también me ayudaron mucho a ver las cosas con más claridad: Cultivate a common interest, There’s no need to hurry, Friends speak from experience - their own, It helps to be friends, Stay flexible, Rest up - this is going to take some effort, Like the way you look, Share the praise and share in the blame, Prepare for milestones, You’ll need some relationship friends, We assume similar preferences, Make your decisions for positive reasons, You are complete by yourself, Pay Attention, y It’s not easy, even if it looks it.
Mención aparte merecen: Understand what you’re looking for, Never let faults stand for the whole, Music can bring us together y Show you care, even when it’s hard to. 
Como siempre digo, ¿por qué la gente se prepara tanto para otras cosas (deporte, hobbie, carrera profesional) y no para el matrimonio? Después de todo, las posibilidades de casarse son enormes (a menos que tengas vocación de sacerdote o consagrada). Así que, finalmente, sí recomiendo este libro :) 
Porque aunque a veces creamos que no sirve o que nada se nos pega, es como una lechuga desfinfectada: no sabe al líquido que la desinfectó, y aún así sabemos que está mejor que antes. 

martes, 3 de mayo de 2011

Limitless (Sin Límites) 

Esta película tiene varios mensajes que me gustaron. El primero: un cerebro "sano" sabe lo que es bueno para él, por ello nos invita a vivir libre de adicciones, como el cigarro o el alcohol, e incluso nos motiva a vivir una vida ordenada (tanto en el exterior como el interior) y equilibrada (en comida, sueño y ejercicio). Nos impulsa a ser día a día la mejor versión de nosotros mismos, no sólo a nivel físico (que es el cambio más notable a ojos de los demás), sino a nivel intelectual (lo que llamaríamos sed de aprender). 
El segundo: no hay droga, por "buena" que sea (por sus efectos pues), que no sea adictiva. Y como toda adicción, causa codependencia, lo cual resulta negativo para la persona, pues no es dueña de ella misma. 
Digamos que Eddie Morra - el protagonista de la historia - (interpretado Bradley Cooper) es una versión "nueva y mejorada" de sí mismo. ¡Qué padre! Lo malo es que el cambio no vino a causa de una reflexión profunda sobre su misión en la vida, ni un cambio de actitud hacia el mundo, sino que es gracias a una mágica pastillita... ¡Qué chafa!... y qué fácil. 
Es bien sabido que los seres humanos sólo ocupamos un limitado porcentaje de nuestro cerebro. Esta película, de hecho, se me hizo muy interesante por el hecho de que se plantea qué pasaría si pudiéramos accesar a más parte de él. Y aquí, corriendo el riesgo de sonar arcaica, debo decir que "por algo Dios lo pensó así". 
Hace dos o tres fines de semana fui a un taller de mapas mentales. Estuvo muy interesante, pero me impresionó que la expositora supiera tanto sobre las funciones del cerebro (way above average). Nos expicó que el agua funciona como una especie de “lubricante” en el proceso de aprendizaje porque crea electricidad, una onda así. Yo no me puedo quejar. Tomo de 2 a 4 litros diarios... 
Pero después de tanto anuncio de cómo funciona este importante órgano, nos recomendó unas pastillas (ojalá me acordara cómo se llaman), que disque eran una maravilla porque - justamente - ayudaban al cerebro a conectar las neuronas entre sí más rápidamente, lo que hacía que tuviéramos la información que hemos almacenado a lo largo del tiempo más "disponible". Que es justamente lo que pasa en la película. El chavo no es un erudito, simplemente recuerda TODO y su capacidad de aprender se exponencia a tal grado que es capaz de aprender desde cómo tocar el piano hasta hablar un nuevo idioma en cuestión de días. 
Me acuerdo que la ponente hablaba mucho sobre la "mielina". La alabó hasta decir basta y al final nos dijo que nuestro cuerpo no la produce. ¿Pues por algo será, no? ¿Como por qué le voy a meter algo a mi cuerpo que no es natural a él? No sé. Les digo que a lo mejor soy muy retrógrada, pero no me latió (y no las compré, obvio). 
Lo curioso es que en la película son varios los "triunfadores" que usan la famosa pastillita. Y se les nota porque logran el éxito sin mayor esfuerzo o carrera que los respalde. Pero la avaricia les sale cara porque al final queda claramente comprobado (mensaje tres) que no hay acto sin consecuencias: la mayoría de la gente que se tomaba la pastillita murió o se enfermó. Los que la libraron empezaban a cojear (nunca entendí por qué) y a delirar, como el mismo protagonista cuando recién se le acaban. Claro que después - la misma adicción combinada con dinero - lo lleva a crear ¡¡su propio laboratorio!! That's too much... 
Aún así, la trama me pareció muy interesante y las actuaciones son muy buenas. Abbie Cornish, que sale de novia de Eddie, me gustó que prueba la droga (en una situación extrema) y (digamos) goza sus efectos, pero no se "engolosina", nunca le pide más. Me pareció mucho más auténtica. Y la verdad ni cómo culparla de andar con alguien que, aunque sea gracias a una droga, es la mejor versión de sí mismo. Él, en mi teoría, la quiere porque, si anduvo con él mientras era un looser, su amor está más que probado. Digamos que no es la típica que se le acerca por interés, sino que ya sabe a lo que se atiene.
En cuanto a Robert De Niro, me dio ternura que Bradley Cooper dijo que él se convirtió en actor por él. Qué padre, no? Actuar con alguien a quien admiras cañón :) 
pd. también me gustaron las escenas filmadas sobre el malecón de Vallarta!!!, me acordé de un par de viajes que he hecho con mis amiwis.