Primero había escuchado puras maravillas, pero luego me di cuenta que hubo
gente la detestó. Anyway, yo soy del primer
grupo. ¡“Gravity” me pareció preciosa!, sobre todo la escena del sueño de Ryan
Stone, astronauta interpretada por Sandra Bullock. Por cierto, ¡qué poca del
papá de ponerle Ryan porque quería un niño! Es como si mi papá me hubiera
puesto… José o René… o así.
Continuando, una cosa que me dejó es que no me vuelvo a quejar cuando se me
caigan las cosas. Yo alguna vez pensé que sería muy cool que todo flotara, pero
me bastó ver la movie para convencerme de lo contrario.
También me hizo reflexionar sobre nuestra pequeñez. A veces los humanos nos
creemos amos y dioses del universo, porque claro, ¡tenemos inteligencia,
voluntad y libertad!, el trío perfecto que nos hace estar “por arriba” de los
demás seres de la Tierra, pero qué equivocados estamos y sólo nos damos cuenta
cuando hacemos consciente nuestra fragilidad y vulnerabilidad, cosa que en el espacio
queda demasiado clara y expuesta.
Una tercera cosa que pensé fue en nuestro instinto de supervivencia.
Instinto, repito, que fue lo que sintió Ryan/Sandra, no así Matt Kowalski
(interpretado por el siempre guapo George Clooney), quien con la mente fría se
suelta para vivir una muerte inminente (¿qué tal mi juego de palabras, eh?),
dándole una súper lección a su compañera con la última frase que pronuncia:
“you have to learn to let go” –que curiosamente NO soltar es el "slogan" de la película.
Neta WOW #sinPalabras. Seguramente había vivido una buena vida y estaba
listo para dejarla. De otra forma no me explico el desaferre. Porque usualmente
cuando no queremos soltar algo es porque no estamos listos, porque no hemos
hecho lo mejor, y entonces pedimos y rogamos por otra oportunidad. Pero si
hemos vivido al máximo, no tenemos rencores ni arrepentimientos, y sabemos que
todo es perfecto como es, y que los errores no son para morirnos de depresión
sino para aprender… pues entonces we can
learn to let go a little more easily.
En el caso de la agente Ryan, a quien la muerte de la hija le había
afectado sobremanera, le pudo más el instinto que la depresión, desesperanza y
el sinsentido de su vida, que luego se ve que revalora, y la escena del sueño
es simplemente MARAVILLOSA. Eso de que el agente Kowalski le diga cómo hacerle
para regresar a la Tierra, ¡OMG!, se me enchinó la piel, se los juro.
No cabe duda que nuestra alma habla y se conecta a través de los sueños, y
nos manda el mensaje perfecto en ese momento. Nada más hay que saberlos
escuchar e interpretar (lo cual también tiene su chiste y hay un libro de
Kabbalah al respecto, del cual les platicaré más adelante –porque ya lo leí).
Aplausos a Alfonso Cuarón, director y escritor de esta obra maestra. La
escena del final también la pude amar. No sé mucho de encuadres y eso, pero me
encantó cómo se ve que se levanta –poco a poco– y empieza a caminar sobre la
arena, ¡WOW!, les juró que casi lloro. Lástima que me perdí el principio… A ver
si luego lo veo (¿alguien por ahí que la tenga en Nexflix o eso?).
Finalmente,
les dejo este video para que se diviertan un rato: http://www.entertainmentwise.com/news/129938/Whats-It-Like-To-Film-In-Space-Mexican-Journalist-Makes-Gaffe-During-Chat-With-Gravity-Director-Alfonso-Cuaron