
Lo que es una paradoja y algo que
nunca imaginé es que la trama se desarrollaría en torno ¡al amor! “Melinda
enamorada”. Qué cosa más extraña, ¿no? El personaje está perfectamente bien
interpretado por Gloria Aura. Tiene una voz lindísima; a veces –en los sostenidos–
mueve mucho la boca pero raro, como cantante de ópera, y eso nunca me ha
gustado, pero fuera de ese detalle, ella muy bien. Aunque siendo sincera,
esperaba que se pareciera a Christina Ricci. Es imborrable su imagen en mi
cabeza.
Las ovaciones enteras se las llevan
“Homero” & “Morticia”, interpretados por Jesús Ochoa y Susana Zabaleta.
¡Qué bárbaros! Esas sí son tablas, sus actuaciones son espectaculares. Me gusta
que Susana no está flaquísima, pero sí súper mega guapa y su actitud es ultra
sexy. Y Jesús, bueeeeno, es un cotorreo. ¡Hace reír muchísimo con sus diálogos!

El papel que se alternan dos niños
es el de “Pericles”. A nosotros nos tocó con Sebastián Gallegos, quien tiene
una voz muy dulcesita todavía, pero a él no le queda la frase de la canción que
dice que está gordito… porque no lo está. Al otro niño sí, se ve más rellenito
en la foto del programa.
El ensamble está bien, pero me
llevé una no muy grata sorpresa al saber que Mauricio Salas forma parte de él.
Yo sé que trabajo es trabajo, pero bajar de ser el protagonista masculino en “Mary
Poppins” a “Puritano” (ni supe quién era), supongo que no está tan cool. En
fin. Shit happens.
Finalmente, ahora que todo lo veo
con lentes kabbalistas, me gustó mucho la escena de “Mauricio Beineke” y
“Alicia Beineke” (Tomás Castellanos y Marisol del Olmo) en la que el “Tío
Lucas” le aconseja (a él) recordar cómo vio a su esposa “la primera vez”. Y eso
es algo súper kabbalista, pues se dice que el ser humano –dado que a toooodo se
acostumbra– es bueno que regrese a “la primera vez”: que se enamoró, lo
ascendieron, descubrió la Kabbalah, conoció a su mejor amigo. Por que es normal
que pasado un tiempo nos acostumbremos a las cosas y a las personas, y caigamos
en una especie de “plateau”. Entonces para salir de él, la mejor manera es
recordar ese primer momento y volver a él cuantas veces sea necesario a fin de
recuperar el entusiasmo.
En cuanto a Melinda y su boda,
supongo que debe ser duro para los papás aceptar que los hijos crecemos… Pero
así es la vida. Hay que irse adaptando para mantenerse unidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario