viernes, 28 de enero de 2011

Love and other Drugs (De Amor y otras Adicciones)

Me gustó pero está fuerte!!! Cero la típica película cursi de San Valentín. Me hizo pensar mucho, sobre todo en dos cosas: lo valiosa que es la salud y cómo nuestra visión de las cosas puede cambiar tanto (para bien o para mal) cuando tomamos demasiado en cuenta la opinión de los demás. 

Lo primero es porque la chava, Ann (Maggie) está enferma de Parkinson, entonces hubo varias escenas que me dieron mucha ternura: cuando ella quiere abrirle las pop tarts al novio y se las da así porque no puede, cuando va a la farmacia y como está cerrada no puede comprar sus medicinas, cuando se sirve el agua caliente en la expo y le tiemblan las manos. 

A mí que ahorita me duele la muela (creo que es la del juicio, buuuaahhh!!!), me doy cuenta de lo agradecida que tengo que estar por estar "completita" y que todo funcione cual debe. Además, me hace reflexionar sobre los otros campos que afecta la enfermedad... ya para que yo no quiera ir al gym es porque realmente este dolor es MUY incómodo. Por lo cual me imagino que, para las personas enfermas, vivir con una buena actitud debe resultar tres veces más retador. 

Lo segundo es por la escena en la que el esposo de otra enferma de Parkinson le dice a Jake (Jamie) que "salga corriendo, que se ahorre la pena, que la cosa se pone peor de lo que uno se imagina". Y entonces anula su "I love you" previo. 

De repente lo único que le preocupa es que Maggie se cure, pero desde un punto de vista un tanto egoísta (ok, la quiere, pero más bien su "motor" -lo que lo mueve- es que él no quiere batallar, ni sufrir), hasta que ella se harta y le dice: "newsflash, there's no cure!". Qué fuerte!!!

Entonces se separan. Y es cuando viene mi tercera escena favorita: cuando van a la pijamada y el hermano de Jamie (qué simpático actor!) tiene "empty sex". Entonces se da cuenta que qué horror acostarte con mil gente, que ni sabes cómo se llama, que obviamente no te quiere, y llega a la conclusión de que no hay nada como hacerlo con el amor de su vida (de quien se había separado). 

Además de que me arrancó varias carcajadas, esta película invita a la reflexión sobre vivir el momento, el presente, sacarle el máximo provecho a todo HOY. También sobre la promesa del matrimonio, tan llevada y traída, pero que a veces tan complicada de cumplir: "en la salud y en la enfermedad". 

Yo siempre le digo a Roberto que es muy fácil querer cuando todo va bien, es muy fácil ser cariñoso cuando la estás pasando bomba. El reto, y para lo que nos tenemos que entrenar, es para ser fieles en los momentos difíciles. Saber que puede haber días buenos y días malos, experiencias increíblemente padres y experiencias increíblemente dolorosas. El chiste es saber superar los obstáculos para estar juntos hasta el final. Como se entiende que sucede en esta movie :) 

martes, 18 de enero de 2011

El Quinto Acuerdo

Está heavy. Literalmente, lo que este libro dice es que vivimos en la Mátrix: todo es sueño, nada es real, la verdad no la podemos ver porque hemos aprendido "símbolos", los cuales hacen la función de "neblina". 

La verdad real ES, no necesitamos ni verla ni comprobarla (ej. la tierra SIEMPRE ha sido redonda, Santa Clos NO existe, etc.) Lo que nosotros vemos es lo que Miguel Ruiz (y su hijo José) denomina "la verdad virtual" (les digo que vivimos en la mátrix), y ésta depende de nuestra educación, formación, familia, país, idioma. 

Además, por si fuera poco, vivimos en un mundo de máscaras, donde cada quien elige qué quiere aparentar y entonces más "nebuloso" vemos. Ahora sí que cada loco con su tema o, como dice en el libro, cada cabeza es un mundo, o bien, dependiendo de dónde estés parado es como ves, osea, el ángulo de la realidad que percibes.  

La idea es que no somos los responsables de haber aprendido "mal", porque nuestros papás (o quien nos haya educado) hicieron lo mejor que pudieron, pero eso no significa que lo hayan hecho, mmmm, no sé cómo decirlo (porque tampoco concibe el término "correcto" e "incorrecto" ni "bueno" ni "malo", simplemente "verdad" y "mentira", lo cual me pareció tremendamente esclarecedor!!). 

En teoría, todo lo que hemos aprendido es una mentira a la que le hemos dado el poder de afectarnos. Nos creemos feos o guapos porque "el mundo" nos enseñó los estándares, pero qué pasaría si alguien se oposiera, se rebelera y cambiara el paradigma. Qué tal que ahora es cool tener barros en la cara y celulitis en las pompas... You never know!  

A finales del año pasado leí "Los Cuatro Acuerdos" y es muy sencillo: si fuera Secretaria de Educación, haría que todo México lo leyera. 

Pero este libro, mmmmhhh, creo que hay que tener MUCHO criterio para poder comprenderlo y aplicarlo. De verdad que digerirlo me ha costado mucho trabajo. Uno podría pensar "qué padre", pero de repente es peligroso porque qué tal que yo aplico mal todo el principio y ¡kabum! No va a ser culpa del autor, verdad? 

Es que eso es lo que él dice, que las palabras están cargadas de contenido, pero finalmente es el que tú le has aprendido a dar por acuerdos con la sociedad. Osea, todos hemos acordado que AMOR es algo lindo, que ODIO es feo, que AMIGOS es cool, que FACEBOOK es indispensable (jajaja, es para ponerme a tono con la temporada de premios), pero no afuerzas. Qué pasaría si mis amigos (todos, porque algunos ya) me traicionaran, entonces cambiaría el concepto en mi mente. 

En fin. Les recomiendo primero leer "Los Cuatro Acuerdos" y luego abrir su menta, expandirla al máximo, y empezar con "El Quinto Acuerdo". Que, por cierto, es "se escéptico, pero aprende a escuchar". Dicen que por algo tenemos una boca y dos orejas. 

martes, 11 de enero de 2011

Defendiendo al Cavernícola

La promoción de Ocesa fue muy tentativa, así que cedí y fui a ver esta obra, que yo no sé por qué, pero juraba que salía Galilea Montijo. Nada más alejado de la realidad, pues no sólo no sale, sino que la obra ¡¡es un monólogo!! jajaja, lo siento, pero me enteré a los 15 minutos de iniciada la obra, cuando revisé el programa (para ver qué otros actores salían) y cuál va siendo mi sorpresa que únicamente era César Bono. 

No me acuerdo en qué programa salía, pero lo tengo muy presente. Aunque después de tanto tiempo, su voz me hacía corto circuito... me parecía que se razgaba la garganta. Pero conforme fue pasando el tiempo me fui acostumbrando a su "timbre". Además de que me cayó muy bien y entonces es más fácil asimilar los "defectos" de los demás cuando hay química. 

El guión me pareció muy bueno, me sacó dos que tres sonoras carcajadas y me dio una buena oportunidad para meditar en las diferencias que existen entre hombres y mujeres. Algunos ejemplos (sobre todo los que eran de parejas casadas) no aplicaban para mí, pero en general entendí el punto. 

Lo que más me gustó - además de la chispa del actor - fue la defensa (valga la redundancia) que hace de la cultura masculina (entendida como su forma de ser, pensar, actuar, reaccionar), al tiempo que rechaza que se le catalogue (al hombre) como macho sin sentimientos. 

Obviamente admite su debilidad por el control remoto, la capacidad que tiene de concentrarse únicamente en una cosa a la vez, el número reducido de palabras que usa al día (comparado al de las mujeres, es MUY reducido), entre otras verdades, pero el final es muy emotivo. 

Y uso ese adjetivo porque Bono ¡¡lloró!! Y yo que soy muy sensible, pues me dio mucha ternura. Pero el punto es que llora porque, al hacer una introspección, le da coraje (por así decirlo) que lo cataloguen como una persona insensible, a la que no le importa nada, pues no hay nada más alejado de la realidad. 

Muy buena actuación y muy bonito el mensaje :) Si acaso alguien fuera resentida con un hombre, casi seguro que sale con otra perspectiva de la situación. A los que estén casad@s, vayan con sus respectiv@s. Creo que resultará más divertido (por aquello de la "identificación" con la realidad reflejada por Bono).

lunes, 10 de enero de 2011

Hereafter (Más allá de la Vida)

Lloré y lloré. Marcus me dio demasiada ternura. Además, la escena del metro me recordó a cuando mi prima entró a Stanford y pedía una señal a mi tío, quien recientemente había fallecido, pues había prometido acompañarla en su primer día de clases. Él trabajaba en aduanas, y cuál sería su sorpresa cuando -on the very first day- el chavo que se sentó adelante (de ella) traía una cachucha de U.S Customs. 

Creo que la muerte es un tema del que podemos hablar y hablar, algunos con miedo, otros con fe, pero todos con respeto. Es algo que impone porque es totalmente desconocido, aunque ciertamente hay personas que han estado clínicamente muertas y coinciden en que ven un túnel, al final una luz, sienten paz, hay silencio, ven a sus seres queridos, etc. Que es lo que le pasa en la cinta a Marie (¿qué onda con su peinado estilo león?). 

Otra escena que me causó "conflicto emocional" fue cuando George (handsome Matt Damon) le dice a la cuata -su compañera de la clase de cocina- que se le lanza cañón, que es mejor guardarse ciertas cosas para uno mismo. Fue una gran lección porque luego por curiosos sufrimos de más, como en este caso. ¡Él no se quería enterar de nada y ella necia! 

Pero igual me dio mucha tristeza que ¿la violación? de su papá arruinara de tal forma su vida. Igual y no "arruinara", pero sí que le afectara tanto. 

Yo sé que no son chilaquiles, pero un filósofo (no me acuerdo cuál) decía que no somos responsables de lo que los demás hagan con nosotros, pero sí somos responsables de lo que nosotros hagamos con lo que nos hicieron. Me pareció injusto porque ella abandona las clases a raíz de que el abuso sale a la luz (por terca, insisto). Yo pienso que el que se debería de avergonzar es él, no ella. Es complicado...

Sobre el don del protagonista, que él considera más como una maldición, pues no ha de ser nada fácil saber "hasta lo que no" con sólo tocar a alguien, sobre todo si te quieres involucrar sentimentalmente con ella. Primero, obvio, sería divertidísimo, pero hablar con los muertos de la gente no creo que sea sencillo. Es algo íntimo, personal, fuerte; requiere fortaleza y espíritu de entrega (no de puro lucro, como también se ve en ). 

Otro mensaje que me gustó fue cuando George-Matt se va a Londres y en el mensaje que le deja a su hermano le dice algo así como: no puedo ayudar a nadie porque ahorita el que necesita ayuda soy yo. Y claro! 

Me acuerdo que en una misa, el sacerdote decía que en la vida aplica el mismo principio que en el avión: primero te pones la mascarilla tú, y luego le ayudas al de al lado. Entonces me dio mucha alegría cuando aparece conociendo la casa de Charles Dickens, su autor favorito, y luego en la Feria del Libro (amo las book fairs!!!), donde finalmente se unen todas las historias. 

Del final, Roberto y yo nos reímos mucho porque yo le decia que a lo mejor hacen click porque "ella ya vio lo que él ve", a lo que me contestó que a lo mejor "ella regresó de donde él vino"... un divertido juego de palabras! :) 

Definitivamente, una gran película de Clint Eastwood, con cuya visión coincido (a diferencia de su "Million Dollar Baby"). Aplausos para que nos siga inspirando a ser mejores, pues creo que si supiéramos que vamos a morir mañana, casi seguro que viviríamos el hoy de manera distinta. He ahí -a mi parecer- nuestro más grande reto. 

viernes, 7 de enero de 2011

Black Swan (Cisne Negro)

Gracias a mi increíble trabajo, tuve la oportunidad de ver esta película antes que la mayoría de los mexicanos (se estrena hasta el 11 de febrero).
Fue en el pequeño cine de Fox, y aunque el estacionamiento me salió igual que haber ido al VIP de Antara, disfruté mucho la función (sólo faltaron las palomitas!).
En honor a la verdad, no sé mucho de directores, pero como fui con varios expertos, como Doly Mallet, me comentaron que el director Darren Aronofsky “se especializa” (por así decirlo) en obsesiones, tema central de la peli desde mi muy personal punto de vista.
Y es que como el poster bien lo ¿dice?, la cinta es sobre la transformación que sufre la bailarina solista de “El Lago de los Cisnes” por el reto de interpretar a la “buena” (el cisne blanco) y a la mala (el cisne negro), lo cual me encantó, porque nuevamente volvemos al tema de la dualidad en el ser humano: no todos somos 100% bondad ni 100% maléficos. He conocido a un sinfín de personas buenas (yo misma) hacer cosas terribles y viceversa.
Lo que me gustó mucho, además de la visible creatividad del director (en algunas escenas como si te quedas con cara de ¿qué se fumó este cuate?), es cómo relaciona la sexualidad, o mejor dicho, la sensualidad con la pasión, y ésta a su vez con la perfección.
Admiro cómo el director logró hacernos ver, gráficamente, el proceso de madurez que vivimos todos en algún punto de nuestra vida, en el nos vemos de cierta manera obligados a dejar de ser tan inocentes, bonachones, permisivos y sumisos, para aprender a ser independientes, decididos e incluso, en ocasiones, chantajistas y hasta cierto punto groseros (hostiles creo que se oye mejor).
Las escenas lésbicas… pues son un plus para los caballeros, que supongo disfrutarán mucho ver a Natalia Portman, luciendo flaquísima Y preciosa (a veces tanto hueso ya no se ve tan bien, pero su cara la salva), besándose (y más) con Mila Kunis.
Pero el mensaje con el que me quedo es una frase que le dice Thomas, el director de la obra (Vincent) a Nina (Natalie), que va más o menos así: tu único obstáculo eres tú misma.
¡Es tan cierto! En nuestra cabeza tenemos todos esos traumas (experiencias negativas), miedos, inseguridades, celos, envidia, rencores... Vemos lo que queremos ver, suponemos y pensamos por los demás (todo esto en nuestra contra, obvio) y eso hace que nuestro plan fracase, que nos distraigamos de nuestra meta, que dejemos de disfrutar lo que nos gusta y nos apasiona.
Sin duda, una gran película llena de símbolos, de “espejos” sobre la complicación de las relaciones humanas (¿qué onda con la mamá de Nina?) y con el mensaje de que crecer, duele; y que lo que no te mata, te fortalece. Ya si te mata, como al cisne, pues ya es otra cosa (oops!, revelé el final).  

martes, 4 de enero de 2011

Last Night at Chateau Marmont


Desde que leí "The Devil Wears Prada", supe que Lauren Weisberger sería una de las mejores escritoras (por lo menos del tipo de novela que a mí me gustan). 

¡"Last Night at Chateau Marmont" me encantó! Debo confesar que primero la historia me pareció un tanto extraña, puesto que la gente famosa representa un bajísimo porcentaje de la población. Pero fue precisamente ese hecho lo que me capturó después. ¡No podía parar de leer! 

Y es que ¿qué posibilidades hay de que tu marido se vuelva una estrella internacional?, ¿cómo manejar la fama, los chismes, la soledad, el poder, los excesos, los halagos, el dinero? Creo que hay dignas pruebas de que todo esto puede llegar a enloquecer al ser humano; en el mejor de los casos, a despegarle los pies de la tierra. 

Entonces me gusta que nos cuenten con lujo de detalles las aventuras que vive el esposo (Julian) de la protagonista (Brooke) y el impacto que pueden tener en tu vida el acoso de los medios y, sobre todo, las malas influencias, las personas que en realidad no "nos quieren bien" (como dice mi novio). 

Lo que me fascinó es que es un libro antidivorcio, súper feminista, pero bajo una visión distinta: el reto de la mujer de balancear su vida personal con la profesional. Realizarse tanto en los roles de esposa y madre como de empresaria. 

Yo creo que con ese mensaje me quedo: no importa a qué te dediques, lo primero es saber tus prioridades y con base en ellas, ordenar tu vida. Jerarquizar tus actividades, y saber que lo mejor de la vida, además de que es gratis, es poderlo compartir con los demás, con los que nos han demostrado, a través del tiempo, que están con nosotros en las buenas y en las malas. Como en el caso de Brooke. 

Gran libro de Lauren (a diferencia de "Everyone Worth Knowing, del cual no amé el final). Y aplausos para mi amiga Sandy, que me lo regaló :)