Gracias a mi increíble trabajo, tuve la oportunidad de ver esta película antes que la mayoría de los mexicanos (se estrena hasta el 11 de febrero).
Fue en el pequeño cine de Fox, y aunque el estacionamiento me salió igual que haber ido al VIP de Antara, disfruté mucho la función (sólo faltaron las palomitas!).
En honor a la verdad, no sé mucho de directores, pero como fui con varios expertos, como Doly Mallet, me comentaron que el director Darren Aronofsky “se especializa” (por así decirlo) en obsesiones, tema central de la peli desde mi muy personal punto de vista.
Y es que como el poster bien lo ¿dice?, la cinta es sobre la transformación que sufre la bailarina solista de “El Lago de los Cisnes” por el reto de interpretar a la “buena” (el cisne blanco) y a la mala (el cisne negro), lo cual me encantó, porque nuevamente volvemos al tema de la dualidad en el ser humano: no todos somos 100% bondad ni 100% maléficos. He conocido a un sinfín de personas buenas (yo misma) hacer cosas terribles y viceversa.
Lo que me gustó mucho, además de la visible creatividad del director (en algunas escenas como si te quedas con cara de ¿qué se fumó este cuate?), es cómo relaciona la sexualidad, o mejor dicho, la sensualidad con la pasión, y ésta a su vez con la perfección.
Admiro cómo el director logró hacernos ver, gráficamente, el proceso de madurez que vivimos todos en algún punto de nuestra vida, en el nos vemos de cierta manera obligados a dejar de ser tan inocentes, bonachones, permisivos y sumisos, para aprender a ser independientes, decididos e incluso, en ocasiones, chantajistas y hasta cierto punto groseros (hostiles creo que se oye mejor).
Las escenas lésbicas… pues son un plus para los caballeros, que supongo disfrutarán mucho ver a Natalia Portman, luciendo flaquísima Y preciosa (a veces tanto hueso ya no se ve tan bien, pero su cara la salva), besándose (y más) con Mila Kunis.
Pero el mensaje con el que me quedo es una frase que le dice Thomas, el director de la obra (Vincent) a Nina (Natalie), que va más o menos así: tu único obstáculo eres tú misma.
¡Es tan cierto! En nuestra cabeza tenemos todos esos traumas (experiencias negativas), miedos, inseguridades, celos, envidia, rencores... Vemos lo que queremos ver, suponemos y pensamos por los demás (todo esto en nuestra contra, obvio) y eso hace que nuestro plan fracase, que nos distraigamos de nuestra meta, que dejemos de disfrutar lo que nos gusta y nos apasiona.
Sin duda, una gran película llena de símbolos, de “espejos” sobre la complicación de las relaciones humanas (¿qué onda con la mamá de Nina?) y con el mensaje de que crecer, duele; y que lo que no te mata, te fortalece. Ya si te mata, como al cisne, pues ya es otra cosa (oops!, revelé el final).
¡Muy buena película y muy buena reseña!
ResponderEliminarAunque no soy NADA fan de Natalie y Winona, creo que el casting (suyo y de los demás) es perfecto.
Me encantó!!!
ResponderEliminartiene una edición casi perfecta, una fotografía padrísima y unos efectos muy bien logrados; y que decir de la historia, cómo una pasión se convierte en obsesión hasta volverse loca por alcanzar la perfección. El final es maravilloso!!!