Ahora lo que hago es doblar la esquinita de la
página para acordarme que ahí hay algo que me interesa compartir, platicar o
memorizar. Bueno, pues este libro tiene casi la mitad de las páginas con la
esquinita hecha triángulo. Así de bueno es (o así de mala soy para resumir,
jaja).
El autor es Demián Bucay, hijo de Jorge.
Personalmente, no he leído ninguna obra de este autor (JB), pero dicen que es
maravilloso. Dato interesante es que él escribe el prólogo y la verdad es que
yo también estaría sumamente orgullosa y feliz si Demián fuera mi hijo porque
el libro, de Editorial Océano, es un agasajo.
Permítanme decir que no descubre el hilo negro.
Demián no es que sea erudito, genio o un psiquiatra/psicoterapeuta superdotado,
pero es claro como el agua. Está muy leído y se nota, pero más que eso, lo que
se agradece ¬–por lo menos lo que a mí más me gustó– es la claridad que tiene:
de las situaciones, las personas, los sentimientos, los pensamientos, las
posibles circunstancias y/o consecuencias.
Yo no sé ustedes, pero a mí pareciera que me
encanta hacerme bolas, complicarme la existencia. Mi tarea desde hace muchos
muchos años es no cavilar, no tratar de hacer de mi vida una telenovela, no
suponer ni pensar por los demás, no hacerme la protagonista de una novela
dramática.
Claro que por ser mujer ya le pongo mucha crema a
mis tacos, pero además de verdad parece que me gusta agregarle más drama a la
vida del que ya de por sí tiene. ¡Y juro que no!, pero estoy consciente que a
veces eso hago. Por lo cual realmente aplaudo y agradezco los libros como este,
porque me ayudan a centrarme, a ver que mis problemas son tan comunes y a la
vez tan personales; me refuerzan ideas que ya tenía, pero que no defendía a
falta de argumentos.
Me hacen ver que los seres humanos compartimos –sin
importar raza, sexo, edad u origen– los mismos males, pero que todo tiene
solución y que mucho depende de cómo vemos la vida, cómo la entendemos y cómo
decidimos vivirla. Ahora sí que como decimos por ahí, “cada quien sus cubas”.
El libro está escrito maravillosamente para su
fácil lectura. Está dividido en tres partes: 1) Yo, yo y yo (issues
personales), 2) Yo y tú (issues con el otro, sobre todo la pareja) y 3) Yo y el
mundo (issues con todos los demás). Cada capítulo trae varios casos que le han
sucedido a uno o más de sus pacientes y en una especie de carta, explica cómo
los resolvió o qué les propone para resolverlos. ¡No saben el tesoro que es!
De verdad, anímense y léanlo. Es una joya editorial
apto para psicólogos, mamás, profesionistas, casad@s, solter@s, jóvenes,
viejitos… ¡todos!
* Mi intención era transcribir algunos párrafos de las esquinas dobladas,
pero es inútil… son demasiados y no son taaaaan contundentes cuando se les saca
de contexto.