sábado, 30 de junio de 2012

Mirar de nuevo

Hubo una época de mi vida en la que subrayaba lo que más me gustaba de los libros que leía. Luego pensé que llegado el momento o si alguna vez quisiera compartirlos (léase prestarlos, regalarlos o venderlos), mis anotaciones podrían distraer al nuevo lector, así que dejé de hacerlo.

Ahora lo que hago es doblar la esquinita de la página para acordarme que ahí hay algo que me interesa compartir, platicar o memorizar. Bueno, pues este libro tiene casi la mitad de las páginas con la esquinita hecha triángulo. Así de bueno es (o así de mala soy para resumir, jaja).

El autor es Demián Bucay, hijo de Jorge. Personalmente, no he leído ninguna obra de este autor (JB), pero dicen que es maravilloso. Dato interesante es que él escribe el prólogo y la verdad es que yo también estaría sumamente orgullosa y feliz si Demián fuera mi hijo porque el libro, de Editorial Océano, es un agasajo.

Permítanme decir que no descubre el hilo negro. Demián no es que sea erudito, genio o un psiquiatra/psicoterapeuta superdotado, pero es claro como el agua. Está muy leído y se nota, pero más que eso, lo que se agradece ¬–por lo menos lo que a mí más me gustó– es la claridad que tiene: de las situaciones, las personas, los sentimientos, los pensamientos, las posibles circunstancias y/o consecuencias.

Yo no sé ustedes, pero a mí pareciera que me encanta hacerme bolas, complicarme la existencia. Mi tarea desde hace muchos muchos años es no cavilar, no tratar de hacer de mi vida una telenovela, no suponer ni pensar por los demás, no hacerme la protagonista de una novela dramática.

Claro que por ser mujer ya le pongo mucha crema a mis tacos, pero además de verdad parece que me gusta agregarle más drama a la vida del que ya de por sí tiene. ¡Y juro que no!, pero estoy consciente que a veces eso hago. Por lo cual realmente aplaudo y agradezco los libros como este, porque me ayudan a centrarme, a ver que mis problemas son tan comunes y a la vez tan personales; me refuerzan ideas que ya tenía, pero que no defendía a falta de argumentos.

Me hacen ver que los seres humanos compartimos –sin importar raza, sexo, edad u origen– los mismos males, pero que todo tiene solución y que mucho depende de cómo vemos la vida, cómo la entendemos y cómo decidimos vivirla. Ahora sí que como decimos por ahí, “cada quien sus cubas”.

El libro está escrito maravillosamente para su fácil lectura. Está dividido en tres partes: 1) Yo, yo y yo (issues personales), 2) Yo y tú (issues con el otro, sobre todo la pareja) y 3) Yo y el mundo (issues con todos los demás). Cada capítulo trae varios casos que le han sucedido a uno o más de sus pacientes y en una especie de carta, explica cómo los resolvió o qué les propone para resolverlos. ¡No saben el tesoro que es!

De verdad, anímense y léanlo. Es una joya editorial apto para psicólogos, mamás, profesionistas, casad@s, solter@s, jóvenes, viejitos… ¡todos!

* Mi intención era transcribir algunos párrafos de las esquinas dobladas, pero es inútil… son demasiados y no son taaaaan contundentes cuando se les saca de contexto.

3 comentarios:

  1. lo tengo en mis manos, y ahora no sé si regalarlo a alguien que necesita apoyo (le acaban de operar) o dejármelo yo :s qué me aconsejas :)

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    1. Quedátelo, rerecomiénda a quién conoces y obséquialo a quien amas... Es un libro que todos deberíamos tener en casa para consultarlo constantemente.

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  2. Mmmhh. Por un lado te digo que siempre es recomendable "ponerse la mascarilla uno primero" (tomando el ejemplo del avión) porque así somos de más ayuda para los demás. Por otro, si crees que a la persona que acaban de operar le beneficiaría en este momento por alguna situación en específico, pues deja que ella lo lea primero... y que luego te lo preste de regreso :)

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