lunes, 30 de septiembre de 2013

RUSH, Pasión y Gloria

Hace aprox 10 años fui a Europa, y usualmente uno toma trenes y así para pasar de una ciudad a otra, ¿no?, pero hubo una ruta en la que era más conveniente volar. Así que mi entonces acompañante (digamos que desde que se casó ya no es mi amigo) compró boletos en Lauda Air. No me crean porque no estoy segura, pero creeeeo que el vuelo era Berlín-Viena, una onda así.

La cuestión es que estando arriba del avión, una azafata tomó el micrófono y dijo –bueno, no tengo taaan buena memoria–, pero más o menos algo así: “Buenas tardes, gracias por volar con nosotros; quisiera pedir un aplauso porque el piloto del día de hoy es Niki Lauda”. Y entonces toda la gente empezó a aplaudir, incluida yo (por borrega porque no tenía idea quién era Niki). Ante mi cara de obvia ignorancia, Beat (mi ex amigo) se shockeó y me contó toda la historia. ¡Me daban ganas de aplaudir de nuevo! Pero bueno, ya tendría otra oportunidad cuando aterrizara, #jaja, just kidding.

Así que cuando vi el tráiler de “Rush”, se me antojó cañón. La verdad le encontré mil cosas padres y contrario a lo que me pasa en la mayoría de las películas, ¡no lloré!, aunque sí me traumé un poco con las escenas del hospital. Ya ven que soy medio hipocondriaca… Bueno, de hecho lo que tengo no se llama así, pero sí tiene un nombre oficial (el cual no recuerdo). El tema es que me desmayo cuando algo me impresiona demasiado. Me ha pasado como cuatro veces y no lo quiero platicar porque obviamente no ha sido nada placentero.

Así que, en un afán por hacer este post breve (algo que me cuesta bastante, debo confesar), sólo compartiré las 5 cosas con las que me quedo:

1 LA SEMILLA DE UNA BUENA RELACIÓN. En la peli, James Hunt (interpretado por el guapisísisimo Chris Hemsworth –no es mi tipo, pero hay que reconocer que está muy mono) se casa “de buenas a primeras”, como dice mi mamá, con la modelo Suzy Miller (Olivia Wilde). Pero literal se conocieron qué, ¿cinco minutos? ¡Máximo! Yo creo que “la semilla” de esa relación estaba medio podrida, o bueno, no era amor pues. Si acaso mero interés, diferente para cada uno: él quería aparentar que ya había sentado cabeza y ella, ¿qué se yo? A lo mejor ya tenía más de 30 (jijiji), lo vio guapo y con dinero, y dijo “de aquí soy”. #Wrong! En cambio, Niki (interpretado por el también muy guapo actor Daniel Brühl) conoce a su esposa Marlene (Alexandra Maria Lara) en circunstancias completamente distintas ¡y miren qué chulada de matrimonio! Comprometido y de corazón juntos en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad (al menos hasta 1991). Entonces mi reflexión es en relación a ¿con qué intención –semilla- empezamos nuestras relaciones? ¿Nos queremos hacer amiga de “fulanita” porque es súper popular y quiero ir a su fiesta?, ¿o por que de verdad me cae bien y tenemos muchas cosas en común? ¿Queremos andar con ese niño porque está guapo y tiene un carrazo?, ¿o por que platicar con él es una delicia y saca lo mejor de nosotras?  Yo, ya saben, ¡respeto lo que cada quien elija! Pero sí creo que una relación basada en el amor, con una buena semilla (o sea una intención positiva desde el principio) tiene mejores posibilidades de triunfar que una cuya intención de principio sea el egoísmo, la vanidad, la soberbia, las apariencias, etc. Por que, once again, cada quien siembra lo que cosecha.

2 LA ENVIDIA. Alguna vez leí que la definición de envidia era “sentir tristeza por la alegría de los demás”. OMG! Qué podrido, ¿no? Pero al final de la peli Niki confiesa haber sentido eso por Hunt. Y pues ni modo, somos humanos, shit happens. Al menos lo reconoce y cambia el sentido de la emoción gracias a que lo tiene consciente, y entonces en lugar de contaminarse por dentro, le hace switch y lo transforma en algo que lo motiva y que de cierta manera lo obliga a querer ser mejor, seguir adelante y triunfar.

3 NO SOMOS ‘MONEDITA DE ORO’. Lauda a veces caía mal, ¿no?, porque era muy directo, medio sarcástico y así. Pero al final del día podemos decir que era respetado, y en cierto punto, después de la tragedia y de mostrar ese coraje al regresar tan pronto, ¡hasta querido! Esto me lleva a pensar que lo que hablará al final por nosotros son nuestras acciones. Me explico: yo antes me moría si no le caía bien a alguien, ¿poooor? “Si soy lindísima”, pensaba. Y pues no, al igual que todos los mortales, no soy monedita de oro; hay gente a la que le caigo mal y que no me soporta, ¡y ni modo! “Así pasa cuando sucede”. Pero si me quita la paz eso, I’m toast!… Yo me tengo que enfocar es ser la versión más cool de mí misma y en mejorar día a día, y al final lo que va a hablar por mí es mi trabajo, mi esfuerzo, mi empeño, mi dedicación, mis resultados… no mi calificación en popularidad. Claro que no están peleados ser una persona agradable y ser un buen líder, pero vamos, el punto es que nunca le vamos a dar gusto a todos, entonces mejor ser auténticos para evitar victimizarnos y/o llenarnos de remordimientos o rencores.

4 LOS PAPÁS. Si los hijos hiciéramos lo que los papas quieren… estaríamos en lugares muy distintos, por decir lo menos. A lo mejor, mejor, o a lo mejor, peor; God knows. Pero los papás de ambos pilotos son una prueba más de que a veces tienen ideas muy preconcebidas (o cerradas) de lo que los hijos deberíamos de hacer “por nuestro bien”. Yo lo único que espero es que, si algún día soy mamá, aprenda a respetar la voluntad de mis hijos. Obvio no a los 5 años, en la que es comer chocolates todo el día, ¡no! Hablo de la vocación, del hecho de respetar la vida de cada quien y no querer imponer nuestros deseos a como dé lugar. Yo sé que no lo hacen de mala fe, que sólo quieren nuestro bien, que seamos felices y blah blah blah, pero a veces no siento que la mejor estrategia sea entrometerse tanto #GraciasPeroNoGracias. Hay límites y nos toca a nosotros marcarlos. Ya si nos equivocamos, tan siquiera son NUESTROS errores, ¡no de ellos! (menos oportunidad de victimizarnos).

5 GENIO Y FIGURA… ¿HASTA LA SEPULTURA? Mmmhh, los kabbalistas dicen que una persona no sólo PUEDE cambiar, sino que DEBE cambiar. De eso se trata crecer y madurar, pero hay gente “que llegó tarde” a la repartición de este deseo y se estanca en la inmadurez de la juventud, entonces sin importar la edad ni las responsabilidades que van adquiriendo, insisten en querer vivir “la vida loca”. Pues allá cada quien, ¿no? Mucho tiene que ver el carácter, la personalidad, la familia en la que crecimos, la educación que recibimos, y también creo que con la apertura espiritual que tengamos. Si estamos totalmente cerrados, pues ni hablar, no hay forma de que las cosas cambien. Pero si tenemos ese deseo, fe, esperanza, inteligencia y sobre todo conciencia de que así somos (como seamos), pero podemos ser mejor, ¡caray!, pues hay que actuar. James Hunt murió a los 45 años y era casi que obvio, ¿no? El cuate era un desastre. En cambio Lauda, que era mucho más maduro, disciplinado, decidido, etc. ¡sigue vivito y coleando! Pero no soy nadie para juzgar, sólo estoy expresando una opinión sobre un estilo de vida que a mí me parece mejor, más sano y con más amor (porque ¿se fijan que Lauda renuncia a la última carrera por el temor de morir y dejar viuda a su esposa?; en cambio Hunt en realidad no tenía nada que perder… ¡y esa gente es súper peligrosa porque es capaz de todo!).

¡Aplausos para ambos campeones! Uno en el cielo, otro acá en la Tierra. Y también aplauso para Ron Howard, director del filme, escrito por Peter Morgan. Súper recomendado :)

sábado, 21 de septiembre de 2013

Razones para ser bonita

Desde que vi el espectacular se me antojó ver esta obra “¿Qué duele más: ser fea, gorda o tonta?”.

No había ido porque no encontraba con quién, pero hoy me lancé sola porque este era el último fin de semana de Ludwika Paleta, y pues yo la quería ver con ella, así que bueno, check!

Me gustó. Del 1 al 10 le daría… ¿7? Quizá 8.

Lo que más me gustó es el mensaje sobre la belleza física que da. Pero fíjense que les tengo una noticia: hay una nueva tendencia de regresar a la belleza interior. Mis últimas entrevistas a estrellas y modelos nacionales e internacionales (algunas ya se publicaron y otras saldrán en noviembre), ¡todas coinciden en que lo más importante es la belleza del alma, de la mente, del corazón! OK, la física es importante, pero me ha dado muchísimo gusto que cuando les pregunto cuál es su mejor consejo para verse bonitas, nunca me han dicho que tal o cual crema o así, sino que todas contestan algo “espiritual”. ¡Ha sido una linda sorpresa!

Pero bueno, en la obra, el meollo del asunto es el siguiente: amigo A (interpretado por el guapísimo de Arap Bethke) le dice a amigo B (interpretado por un actor muy talentoso del cual desconozco su nombre –suplemente de Luis Gerardo Méndez) que la niña nueva del trabajo está guapísima y que tiene una carita de ángel.

Chico B contesta algo así como: “mi novia tiene una cara normal, pero no la cambiaría ni por un millón de dólares”. Esto lo escucha la esposa de Chico A, quien inmediatamente se lo cuenta a la novia (cuasi-esposa, porque viven juntos) de Chico B, quien reacciona… mmm, ¿cómo decirlo? Como loca demente, digna de internarla en un manicomio.

Esta chica, llamada Estefanía (o Stephania, quién sabe porque no me dieron programa), interpretada por Sophie Alexander-Katz, habla como verdulera/carretonera, ¡vamos!, peor que Polo Polo. Lo peor es que sí conozco niñas que hablan así, y se oyen taaaan mal. Pero según ellas es bien cool… Eeen fin, then again, cada quien sus cubas.

La cosa es que, yo no digo que esté padre saber que tu novio te ve ‘normal’, pero literal se ahoga en un vaso de agua y arma un drama fuera de toda proporción y pues nada, termina la relación con el novio de cuatro años. Éste le ruega y le pide perdón, pero ella insiste en que na nais, que la ofendió demasiado y en lo más profundo. ¡Ay, no mouse mickey!, pero bueno. La inseguridad no anda en burro.

Con el tiempo, Estefanía encuentra a un nuevo cuate, quien al tiempo le da anillo de compromiso. Pero regresa con Pepe (su ex) a decirle que lo ama y que desearía que la etapa que está a punto de comenzar fuera con él –y no con Kike (su nuevo amor). Esta escena me sacó un par de lagrimitas, porque no están ustedes para saberlo ni yo para contarlo, pero en febrero pasado vino mi ex, con el que duré cuatro años, a decirme que ya tenía ganas de casarse y tener hijos, y que le hubiera encantado hacerlo conmigo, pero que con la pena, como con la novia ya llevaba dos años y ni modo de lastimarla, pues se iba a casar con ella (WTF?).

La verdad lloré como una semana, hasta que entendí que si no era para mí, no era para mí. Ahora sí que como dice el dicho: “cuando te toca, te toca. Cuando no, ni aunque te pongas. Cuando sí, ni aunque te quites”. Así creo que es el amor.

Por otro lado, estoy leyendo un libro buenísimo que habla mucho sobre las personas intensas, que NECESITAN –literal– drama en su vida (qué hue… me da esa gente, ¡les huyo!). En este caso lo que la autora recomienda es buscar parejas más estables, menos intensas.

Tengo una amiga que, según yo, éste es su caso. Verán, ella se veía demasiado feliz con su ex, pero eran como dinamita. La cosa es que cortaron y yo siento que ella se tranquilizó y dijo: “a ver persona, piensa, ¿qué te conviene?”. Y había un cuate ya madurito queriendo formar una familia, entonces, como dice otra amiga, “se juntaron el hambre y la necesidad”… y ya llevan como cinco años casados. La verdad, siendo súper mega sincera, no se ven hiper enamorados, pero al menos han formado una bonita familia y se ve que se la pasan bien.

No le veo nada de malo a eso, pero no estoy segura de que yo sea partidaria de esa elección. Yo sí creo que el hombre con el que me case me tiene que encantar, lo tengo que admirar en todos los sentidos y requisito básico: tenemos que sacar lo mejor el uno del otro y crecer juntos.

Volviendo a la obra y al chico A, que creo que se llama Ricardo (o Rich), pues clásico: lo que tiene de guapo lo tiene de patán. Entonces es un pone-cuernos cínico y despiadado. Pero al final se entiende que cada quien siembra lo que cosecha.

Ahora, el papel de Lucía (“Lu”), interpretado por Ludwika, es el de la niña bonita que no está tan feliz de serlo. Yo debo decir algo aquí. Recuerdo que en secundaria unas amigas y yo nos juntábamos a platicar sobre el destino de esta otra amiga. “¡Es que es taaaan fea la pobre, nunca NUNCA se va a casar! Qué horror, ¿qué vamos a hacer, cómo la ayudamos?”. Siguiente escena (ok, unos diez años después), no sólo fue la primera en casarse, sino que el esposo LA ADORA. Para él, mi amiga es la mujer más guapa y talentosa del planeta Tierra. Se ven rayados, enamorados, felices; tienen una hija y de verdad les digo que es el mejor esposo que conozco. Así que esa frase de que “la suerte de la fea la bonita la desea”, en mi experiencia ha resultado ser bastante cierta.

Por otro lado, Chris Angel (cuyo show en Las Vegas cero nos recomendaron, por eso no fuimos) alguna vez dijo que “la pu… de un hombre era la princesa de otro”. Dicho en palabras de la actriz de la obra o de mi queridísimo doctor Luis Román: “detrás de una chava guapísima, hay un güey cansado de cogérsela”. Se oye horrible, I know, una disculpa, pero así lo dijeron, ¿qué hago?

La cosa es que el monólogo que se avienta “Lucía” me gustó porque admite que muchas veces la belleza física (linda cara+buen cuerpo) le ha abierto muchas puertas, pero cerrado otras, por lo cual ser extremadamente bonita tampoco es la panacea o lo máximo en la vida. Cierto que tampoco lo es ser fea. Pregúntenles a las niñas que sufren de bullying por ser gordas o narizonas o súper altas o “muy” lo que sea (flaca, chaparra, cegatona).

Pero ser preciosa no es garantía de nada: no es sinónimo de éxito, felicidad, abundancia, salud. Es sólo el resultado de un buen mix de genes… lo cual intimida –más que invitar– a la gente a acercarse. Además también estamos súper prejuiciados al respecto: “se cree mil”, “seguro es tontísima”, “ha de tener aire en la cabeza”, “seguramente es hiper sangrona”, “es inalcanzable” (eso recientemente lo dijo Jennifer Aniston en una entrevista); o si la ascienden en el trabajo: “ooobvio se acostó con el jefe”. Mmmhh, ¿yo me pregunto si ése que habla no es un ego herido y amenazado? Al final ser bonita no es garantía de tener una relación de pareja padre ni mucho menos. Ser fea tampoco. Lo único que sí, creo yo, es ser “interesante”. Sea como sea que nos veamos, tenemos que aprender a “seducir” a los demás con la inteligencia, la bondad, la generosidad, la alegría, una actitud tipo Vince Vaughn en “The Internship”, y sobre todo, un buen corazón. Porque por más bonitos que estemos por fuera, si somos ‘un hígado’, no habrá quien nos aguante. ¿Quién quiere ser amigo o casarse con un maniquí insoportable o hueco? Certainly not me.

Lo mejor viene de adentro, ¡todo se refleja! La belleza interna se proyecta y hasta la gente que no es tan bonita de repente brilla cañón, mucho más que alguien en teoría encaja mejor en los estándares de belleza que tenemos actualmente (el típico 90-60-90, etc.). Nada más que estamos necios en creer que entre más delgados, blancos, güeros y no sé qué tantas cosas seamos, más posibilidades tenemos de triunfar y ser felices #nooot.

Cierto que es recomendable quererse y actuar en consecuencia (comer y dormir bien, hacer ejercicio, tener pensamientos positivos), pero las razones para ser bonitas deberían ser la salud, la sana autoestima y la seguridad personal que nos ayude a alcanzar nuestras metas; no el deseo de causar envidia, buscar la aceptación de los demás o la vanidad llevada a grados absurdos, porque cuando es así el ego ya ganó de todas, todas. Y yo no creo que una vida vivida desde el ego sea auténticamente padre. La verdad no.

viernes, 20 de septiembre de 2013

The internship (Aprendices fuera de línea)

Qué manera de llorar. Parezco sapo con estos ojos. Siempre me pasa lo mismo: lloro como Magdalena con películas que deberían ser 100% cómicas. Una vez una experta en el Eneagrama (una herramienta de desarrollo humano) me dijo que era típico de los 7. Como que en teoría somos positivos y entusiastas, y parecería que nada nos tira, but deep down we are very sensible  

Ya traía ganas de ver esta peli. De churro la pusieron en el vuelo Las Vegas-México, pero no la quise ver para disfrutarla al máximo en el cine. Desde los cortos me parecía que el binomio Owen Wilson – Vince Vaughn no podía fallar. ¡Y no me falló!

Hubo muchas escenas que, como ya dije, me hicieron llorar. Pero no se imaginen ojo remi, no. Imagínense que tuve que sacar como cuatro kleenex. Es lo bueno de ir sola, jeje. Se las voy a ir contando conforme me vaya acordando, por mensajes, ya saben:
1 NO JUZGAR A LAS PERSONAS POR SU APARIENCIA. Es triste pero es verdad: “como vemos, tratamos”. Al menos la mayoría de las veces (hay que ser sinceros). Pero ¡oh, sorpresas nos da la vida! Caras vemos, corazones (y traumas) no sabemos. A veces siento que lo hacemos por protección, y no es que esté mal, pero usamos máscaras todo el tiempo y solemos juzgar a los demás por cosas tan tontas como el carro que maneja, la ropa que usa, la colonia donde vive, las historias que cuenta (¿qué tal que en la peli “la más zorra” ¡es virgen!?). No digo que no sea natural sentir más empatía por la gente que se parece a nosotros (hicieron un estudio y hasta los bebés prefieren ver gente “bonita”, y eso que no están viciados), pero es una tontería tratar bien o mal a una persona y/o decidir si es inteligente o tonta, generosa o abusiva sólo por cómo se ve, cuánto dinero tiene, la edad que tiene o la empresa donde trabaja. Lo peor es que cuando descalificamos nos perdemos la oportunidad de aprender de los demás. Y yo sí creo que todos podemos enseñarnos algo los unos a los otros, nada más que a veces pecamos de soberbios… y de tontos, porque al final los que perdemos somos nosotros mismos.
2 EL AMOR LLEGA CUANDO TIENE QUE LLEGAR. La escena donde la chava le dice “¿y qué crees?, ¿que ya no puedo Facebookear porque mis amigas sólo suben fotos de sus hijos, sus esposos y sus vidas felices, y que soy una treintona workaholic porque no me queda de otra?”. Jajajaja, ¡tómala! Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Pero fuera de eso, la verdad creo que “matrimonio y mortaja del cielo baja”. Hoy en día me parece que las mujeres justificamos mucho la falta de interés de los hombres: que si no me hablo porque su papá, porque el negocio, porque sus amigos, porque el dinero… Queridas, se llaman “excusas” y son una estupidez, porque como se ve en esta peli, cuando el hombre quiere una relación con una mujer, la busca sin importar si está desempleado, gordo o con un familiar en el hospital. Hurts, but it’s true. Así que lo único que nos queda es confiar en que algún día llegará alguien que quiera lo mismo que nosotras, al mismo tiempo; lo cual es complicado, pero no imposible. Al final del día, ¿quién no quiere amor en su vida? Como decían los Beatles: ALL WE NEED IS LOVE! Y todos lo deseamos. Mención aparte merece la escena del date, en donde Nicky pretende ser un patán, después de haber sido todo un caballero. Eso demuestra que nadie somos ni tan buenos ni tan malos. Todos tenemos un lado súper luminoso y otro mega oscuro. Absolutamente todos.
3 NUESTRA PROGRAMACIÓN NOS AFECTA. Primero la esposa le dice a Billy que es un fiasco, una total decepción y su propio saboteador. Cuando lo deja (porque quizá no escuchó bien esa parte del compromiso matrimonial que dice “en las buenas y en las malas”), en su soledad empieza a soñar de nuevo y a “creérsela”. Todo va bien, hasta que el pesadísimo de Graham se lo recuerda en el vapor: “¡ah!, ni me preocupo, tú siempre te saboteas”. Siguiente escena: comete un error. No digo que conscientemente, pero al hacerlo se compra la idea enterita: “soy un fracaso y nunca podré ser mejor porque me autosaboteo todo el tiempo”. ¿A quién no le ha pasado esto? Nos creemos tanto las etiquetas que nos pusieron nuestra familia y la demás gente… para bien y para mal. Yo mejor ni les digo las mías porque no quiero balconear a mis papás. Sé que lo han hecho lo mejor que han podido, pero vamos, nadie es perfecto. ¡Ah!, pero déjenme les cuento que en unos mesecitos tomaré un curso que promete “desprogramarnos”, es decir, quitarnos el chip que somos tal o cual cosa que quizá fuimos ¡pero a los 6 años! No mouse mickey, ya llovió. Tenemos que evolucionar, ¿estamos de acuerdo? Easier said than done, pero hay que echarle ganitas porque nada ganamos etiquetándonos a nosotros mismos. Si queremos, CLARO que podemos cambiar. Es más, ¡es nuestra obligación! Pero necesitamos mucha voluntad y mucha conciencia, y eso no a todo el mundo le encanta porque OBVIO requiere de un gran esfuerzo, y usualmente toma mucho tiempo. Digamos que para nada pasa de la noche a la mañana. Otro detalle: cuando caes, la gente suele juzgar más duro. Pero honestamente, ¡nos debería importar muy poco lo que piensen los demás! La lucha es con nosotros mismos, no con las apariencias (que en Regiolandia, si me permiten el comentario, ¡están cañones!, pero bueno, cada quien sus cubas).  
4 LA CONEXIÓN CON LAS PERSONAS. ¿A poco no hay gente que cae bien nomás de verla? Es lo que llamamos “don de gentes”. Usualmente son las más envidiadas por la luz que irradian, pero pues con la pena… En la peli, ¡amé a Billy! Su energía, su forma de tratar a los demás, siempre con caridad y empatía, siempre con las palabras perfectas y el consejo adecuado, los oídos bien abiertos. Me encantó su manera de ver la vida, siempre hacia adelante, siempre para arriba, siempre con una sonrisa, sin envidias ni rencores ni corajes. Y nadie dice que es fácil ni placentero, ¡cuesta!, y claro que hay momentos en los que quiere tirar la toalla, pero todo está en la actitud. Y la gente positiva y optimista RIFA cañón. A mí me encanta rodearme de ellas.
5 LA TECNOLOGÍA VS. LA VIDA REAL. Yo neta NO SOPORTO a la gente que se la vive pegada al teléfono. ¡Uuuutaaa! En un date es el peor matapasiones. Me hipermega ca… pa’ que me entiendan. Y cero estoy peleada con la tecnología, pero me gusta “estar”: si estoy platicando con mi amiga, pues le pongo atención; si estoy en el cine o en el teatro, respeto a los demás. ¿Por qué esa obsesión de estar conectados a las redes sociales 24/7? No me explico. ¡Nos perdemos de taaaantas cosas por estar ahí duro y dale picándole al mentado teclado! Claro que son maravillosas estas herramientas, pero todo en exceso es malo. Entonces me encanta que Nick le enseñe a Stuart a valorar ver un amanecer en lugar de la mugre pantalla del celular. We must learn to do that again! Yo que me voy caminando al trabajo, no saben lo que disfruto ver el cielo, las nubes (a todas les busco forma), oír a los pajaritos (les juro que sí se oyen, ¡con todo y ruido!). El otro día vi que un camión traía un anuncio pintado, creo que era de Nescafé… la cuestión es que traía unos pajaritos volando y decía algo así como “esto es lo que te pierdes cuando sólo ves tu celular”. Loved it!
6 LA EDAD: PROS Y CONTRAS. Una amiga una vez me dijo que no se valía juzgar el pasado con la luz del presente. ¿A poco no a veces nos gustaría que nos pasara lo mismo que hace cinco años, sólo para poder reaccionar diferente? Porque la experiencia da madurez. Duele un ch…orro, pero de que aprendemos, nadie lo duda. Ya si somos tercos, pues cada quien, ¿no? Pero la idea es captar la lección de la vida y dominarla para ser mejores. Entonces, por ejemplo, a mí me gusta tener 32 porque sí creo que soy mejor que hace 2, 5 y ¡mucho más! que hace 10 años, pero pues no está padre que el otro día que fui a la Anáhuac, yo juraba que pasaba por estudiante. Como iba de jeans, hasta dije ‘nombre, me veo como una alumna típica’. ¿Y cuál? A la hora de ir al centro de copiado, me dice el muchacho: ¿docente o administrativo? ¡Aaaah, caray! Casi me muero, jajaja. Hubieran visto mi cara :( Pero bueno, unas por otras. Ahora, esperen, claro que hay personas que con la edad empeoran, pero eso depende mucho de la actitud. El lema “así nací y así me moriré” no sólo es bobo, sino una gran confusión y un claro mensaje de que esa personita necesita mucha, ¡demasiada!, orientación. Por cierto, qué risa lo de “on the line”, jajajaja.
7 LAST BUT NOT LEAST, I’VE BEEN TO GOOGLE NYC!! Les presumo (jijiji) que mi prima y mi cuñado (osea su esposo) trabajan en Google, en Nueva York. Así que cuando fui en noviembre del año pasado a entrevistar a Lady Gaga, tuve la oportunidad de conocer las oficinas. Mi prima me invitó a cenar (es real que la comida es gratis), y además del menú amplísimo y deli, ¡tienen una vista espectacular! Luego me dio un tour y así como lo ven en la peli, así es la vida real. Les comparto algunas fotitos aquí abajo (a estas altura no creo que se molesten), y bueno, en su boda conocí a Justin, que también trabaja en Google, pero él sí real en San Francisco. Así que quizá el próximo año visite a mi tía y me dé una vueltecita por las instalaciones, ¡estaría increíble!, ¿no? Es que de verdad, think about it, Google ya es un verbo, ¿no es impresionante? 

Conclusión: great movie! Aplausos al equipo y a Vince (productor y guionista del filme también), porque hasta como ponen los créditos me gustó.

Google Maps, impressive!

Biblioteca virtual, muy parecida al paraíso!

"I have a meeting".

Comedor 1: taxis de NYC.

Going down... chequen las bolsas para las laps :)

Free food, deli (but can't it home, ok?)

"I am a..."

Got an idea? Write it down anywhere you can.
 

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Michael Jackson ONE (Las Vegas)


Corría el año de 1993 cuando mi papá nos trajo a mi hermano y a mí al DF para ver el concierto de Michael Jackson. Obvio no teníamos idea quién era pero bueno, nosotros felices de viajar. No les hago largo el cuento, me convertí en MJ-fanática. Saliendo compré absolutamente todo de él. ¡Todo me fascinó!: como bailaba, la música, las luces, los bailarines, la precisión en general. El show fue simplemente espectacular, era la gira de Dangerous, que terminaba con Michael volando… literal, como en una especie de cohete amarrado a la espalda. Me impresionó.  

Al año siguiente me fui a Overbrook y me llevé todo mi kit de MJ, incluyendo un calendario que me quitaron en cuanto me lo vieron. Creo que a las consas no les caía bien. Anyway…  Nunca dejé de ser fan, aunque sí admito que cuando salió el disco de “Invincible” pensé ‘este hombre ya se estancó, no ha evolucionado (como sí lo ha hecho Madonna), sino que sigue cantando idéntico que hace 15 años, ¡y ya chole!’. Pero aún así yo nunca fui de las que pensó que era un abusador de niños. Quien sí lo cree, respeto su opinión, pero no la comparto. Obviamente lo del Padre Maciel me sirvió para no meter las manos al fuego por nadie, pero para mí MJ era un genio, no un violador.

Su muerte nos cayó a todos por sorpresa. Con gira planeada y a punto de arrancar, creo que somos afortunados de tener el material de “That’s it”, una especie de documental dirigido por Kenny Ortega. Yo lo fui a ver al cine y bueeeno, casi lloro. De verdad les digo: para mí ese hombre era un genio incomprendido, cuya mente y corazón estaban muy avanzados para estos tiempos. La escena que más me sorprendió –y que se me quedó muy grabada– es cuando corrige a alguien y le dice “es por amor. L-O-V-E”. Porque, como decía una persona, lo contrario al amor es la indiferencia. Por eso creo que la pareja ideal no es aquella con la que estamos más cómodos, sino la que saca lo mejor de nosotros, la que nos hace crecer y querer ser mejores.  Y viceversa.

Así que cuando Marielita y yo llegamos a Las Vegas nos súper apuntamos para ver este show, ¡y WWOOWW! Mis respetos para todos los artistas. Calidad 100% Cirque du Soleil, es una joya. Mariel que no es tan fan hasta lloró. Neta enchina la piel. De principio a fin es genial pero amé cuando cantan “Man in the Mirror” porque es mi canción favorita. ¿Han oído la letra? Es sabiduría pura.

Por cierto, se llama ONE no porque MJ lo sea (que sí, jaja), pero porque él creía que todos somos uno. Lo mismo que dice la Kabbalah: no importa la raza, la religión, el sexo, ¡todos somos hermanos! Venimos de la misma luz, del mismo Dios. ¿Cuándo lo iremos entender –y más importante aún, a actuar en consecuencia? 

martes, 17 de septiembre de 2013

O (Las Vegas)


Ô es un espectáculo del Cirque du Soleil que de verdad NO se pueden perder si van a Las Vegas (está en el hotel Bellagio). Es IM-PRE-SIO-NAN-TE. La mente creativa detrás merece un súper mega hiper reconocimiento. Cuando crees que lo has visto todo, ¡pum!, los artistas hacen algo AÚN más increíble.
Todo es magistral y bello, pero me gustaría compartirles los 5 detalles que más me gustaron:
1 – La interacción con el público. Me gustó porque no pierden la parte de “circo”, a pesar de que nada tiene que ver ya con carpas y animales.
2 – Que hace reír (los dos payasitos ¡son lo MÁXIMO!, tres días después Mariel y yo nos seguimos riendo con el “ñañañaña”).  
3 – Que los artistas y sus actos no compiten, se complementan.
4 – Que el profesionalismo y la pasión por lo que hacen poco tiene que ver con la fama (estamos de acuerdo que si veo a cualquiera de los artistas en la calle no los reconocería jamás).
5 – Que al final del día, todos somos humanos y podemos fallar en algo aunque lo hayamos ensayado mil veces. Lo importante es cómo reaccionamos y lo que hacemos post-failure. Lo digo porque una trapecista se cayó y claro que todos hicimos el típico “¡ooohh!”, pero la chava –súper profesional– se acostó sobre un ‘hielo’ (supongo que es lo que les dicen que hagan si algo les falla) y esperó como 15 minutos para reintegrarse y terminar el número. Lo que a mí me dejó este "accidente" es que no importa caer mil veces, hay que levantarnos otras mil uno... Vivir el dolor, la tristeza, el sufrimiento, la soledad, lo que sea que sintamos; aprender de la experiencia y NEEEEXT! 
* Last but not least, ¡la música! Es una caricia para los oídos. 


Rock of Ages (Las Vegas)


El otro día me mandaron una imagen que dice: “Skinny girls look good in clothes. Fit girls look good naked”. Me quedé pensando y me pareció cierta, pero con esta obra me convencí al 100% porque las bailarinas están de OMG, ¡qué cuerpazos! Tipo que vestidas se ven bien, pero cuando ‘enseñan’, casi creo que te mueres. Igual que el actor que la hace de Stacee Jaxx, ¿¿¿QUÉ ONDA CON LOS CUADRITOS??? No lo podía creer, fue un deleite para mis pupilas. Neta mis respetos, no por los cuadritos, sino por lo que hay detrás: disciplina, voluntad y mucho esfuerzo en cuanto a alimentación y ejercicio se refiere. 


La obra obvio está basada en la película, que a su vez tiene un libro de Chris D’Arienzo. La vi con Marielita en el hotel Venetian de Las Vegas y me encantó. El único detalle que no me rayó es que mi canción favorita, “I wanna know what love is”, la ‘arreglaron’ y duró nada :( Fuera de eso, todo súper. Bueno, también me confundió un poco que unieron dos historias de dos personajes en una sola… Al final se entendió bien, pero creo que me esperaba la exacta versión de la peli de Tom Cruise y Diego Boneta.

Las estrellas del show son Sherrie, interpretada por Carrie St. Louis, y Drew, interpretado por Justin Mortelliti. No es mi tipo (súper baby face), pero muy mono. Los dos con una súper energía, están cañones. Pero el que se llevó la obra fue Lonny, interpretado por Mark Shunock. ¡Demasiado cómico, me encantó! Es un master de la improvisación #aplausos.

Por cierto, está cool que saliendo del teatro a todos nos invitaron un drink en el Bourbon Room que está a escasos metros :) Mariel y yo no lo aprovechamos, pero sí nos tomamos una fotito que les comparto. 


@ the Bourbon Room Las Vegas