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Este es un espacio de reflexión sobre películas, obras de teatro, programas de TV y libros que he visto y/o leído. Feel free to share your opinion with me :)
miércoles, 30 de octubre de 2013
miércoles, 23 de octubre de 2013
El Vestidor
Gracias
a mi queridísima amiga Mariel por invitarnos a ver “El Vestidor” (“The Dresser”,
de Ronald Harwood), la nueva puesta en escena de Héctor Bonilla y Bruno Bichir,
que se presenta en el Centro Deportivo Chapultepec, en Polanco.
Sobre
esta obra sólo puedo decir dos cosas: 1) ¡¡¡qué nivel de actores, qué
impresión!!! y 2) vayan a verla, vale toda la pena.
La
historia está muy padre, les voy a literal transcribir lo que viene en el
programa (porque está muy bien explicado): “En un teatro de alguna ciudad de
Inglaterra, durante la 2da. Guerra Mundial, una compañía de teatro itinerante
especializada en obras de William Shakespeare se prepara para dar una
representación de “El Rey Lear”. Se trata de una noche especialmente difícil,
pues además de que la ciudad está bajo bombardeo continuo por parte de la
fuerza aérea alemana, Su Señoría (Héctor Bonilla) –el primer actor y dueño de
la compañía– está enfermo y delirando. Así pues, la tarea aparentemente
imposible de que se levante el telón y Su Señoría pueda representar hasta el
final el personaje más exigente creado por la pluma de Shakespeare, recae
enteramente en Norman (Bruno Bichir), el Vestidor de Su Señoría, quien deberá
hallar la manera de preparar y motivar al desgastado actor para dar la función
culminante de su vida”.
Ok,
ahora en mis palabras: Su Señoría, el actor principal de la obra que esa noche
se presentaba en Inglaterra, se escapa del hospital para dar la función que la
tramoyista insiste en cancelar (por razones obvias), pero el Vestidor no se lo
permite y le dice que todo va a salir bien. ¡Y así es! Medio le sufren, pero
salen adelante, con un humor y un profesionalismo que ya quisiéramos todos.
Personalmente
amo ir al teatro porque hay una conexión con los actores que obviamente no se
puede dar en el cine. Cuando salió Héctor Bonilla todos aplaudimos (como
reconocimiento a su trayectoria y a su trabajo) y aunque (los actores en
general) hacen como si nada pasara, supongo que es padrísimo para ellos
escuchar el sonido de nuestras palmadas.
Por
otro lado, Bruno está espectacular. ¡¡Su personaje es lo mejor del mundo
mundial!!, súper divertido, medio gay según yo, muy simpático, amable y de una
gran calidad humana. Colaboradores así quisiéramos todos: de la realeza y no.
En
cuanto a mi novio (¡amo esa palabra!), además de las actuaciones, lo que más le
gusto –y coincido– fue el optimismo de Norman. “A pesar del desánimo de Su
Señoría, los bombardeos y la actitud en general de todos los demás, Norman
siempre le encontraba el lado positivo a las cosas”, dijo mi media naranja (jejeje,
¿así o más cursi?).
Yanni
también opinó que lo mejor fueron las actuaciones y a Marielita le llamó la
atención lo mismo que a mí: lo que pasa ‘tras bastidores’, lo que nosotros como
espectadores no vemos, de lo que ni nos enteramos siquiera… entonces cuando nos
lo muestran, aunque sea actuado, es súper interesante.
“Me
gustó el montaje y cómo veíamos lo que sucedía en backstage”, dijo mi amiga con
influencias (después de todo, gracias a ella fuimos gratis ¡y nos dieron súper
buenos lugares!). “La historia es interesante y el humor involuntario de los
personajes porque su perfil está tan bien definido, que entendemos perfecto
porqué se comportan así: Su Señoría necesita las miradas del público y el
Vestidor, las de Su Señoría. En el fondo ambos buscan el reconocimiento. En
síntesis, a Su Señoría le gusta que le den y al Vestidor le gusta dar”.
El
final está medio trágico/triste porque nadie se espera que el muerto sea
malagradecido, pero finalmente fue coherente. Si era egocentrista en vida, ¿por
qué habría de ser humilde y sencillo muerto?
Sólo
para no dejar, el resto del reparto lo componen: Verónica Langer, Pilar Ixquic
Mata, Arturo Reyes, Cristóbal García-Naranjo, Andrea Riera y Alfonso Bravo. ¡Ah!
Y la dirección es de Alberto Lomnitz.
martes, 22 de octubre de 2013
10 cosas que deberían enseñarnos en la escuela
Leí esta lista en la revista Glamour US y no puedo resistir la tentación de compartirla. Fue escrita por Kimberly Bonnell y Pamela Redmond Satran.
1. Cómo sentirnos tan románticas un lunes en Topeka como lo hacemos un sábado en Tulum.
2. El arte del 'mensajear' sin remordimientos.
3. A bailar tango. ¿No serían muuucho más divertidas todas esas bodas?
4. Cómo distinguir su silencio entre "no sé qué tipo de palomitas quiero" al de "estoy pensando en darte el anillo".
5. Ochenta y cuatro formas distintas de decir "no eres tú, soy yo"... Y otras 84 para decir "Goooey, ¡ooobvio eres tú!".
6. Cómo hacer que el amor dure 40 años más... y el sexo 40 minutos más.
7. Cómo decir: "me encanta el gesto que hay detrás de esto, pero por el amor de Dios, dime que tienes el ticket para ir a cambiarlo".
8. La seguridad que se necesita para tener relaciones con luz (natural o artificial); desde primaria hasta doctorado.
9. Cómo hacer que él haga eso que nos gusta sin necesariamente pedirle explícitamente eso que nos gusta.
10. El lugar exacto donde se lleva a cabo el casting para la serie "The Vampire Diaries". Vampiritos rechazados, no se pongan tristes; mejor permítanos consolarlos.
1. Cómo sentirnos tan románticas un lunes en Topeka como lo hacemos un sábado en Tulum.
2. El arte del 'mensajear' sin remordimientos.
3. A bailar tango. ¿No serían muuucho más divertidas todas esas bodas?
4. Cómo distinguir su silencio entre "no sé qué tipo de palomitas quiero" al de "estoy pensando en darte el anillo".
5. Ochenta y cuatro formas distintas de decir "no eres tú, soy yo"... Y otras 84 para decir "Goooey, ¡ooobvio eres tú!".
6. Cómo hacer que el amor dure 40 años más... y el sexo 40 minutos más.
7. Cómo decir: "me encanta el gesto que hay detrás de esto, pero por el amor de Dios, dime que tienes el ticket para ir a cambiarlo".
8. La seguridad que se necesita para tener relaciones con luz (natural o artificial); desde primaria hasta doctorado.
9. Cómo hacer que él haga eso que nos gusta sin necesariamente pedirle explícitamente eso que nos gusta.
10. El lugar exacto donde se lleva a cabo el casting para la serie "The Vampire Diaries". Vampiritos rechazados, no se pongan tristes; mejor permítanos consolarlos.
jueves, 17 de octubre de 2013
Agonía y Éxtasis de Steve Jobs
Típico que me imagino una cosa, no googleo, me dejo ir como las cabras y al final no es para nada lo que esperaba, a veces para mal... No así esta vez, porque la obra “Agonía y Éxtasis de Steve Jobs” sí me gustó. Un fuerte aplauso para el actor Alfonso Dosal porque pienso que un monólogo se dice fácil pero seguramente requiere de un graaan esfuerzo, así que #clapclap.
La verdad yo primero pensé que la obra, al igual que la
película (que no he visto, así que no puedo hablar mucho), era una especie de "homenaje" al
genio creador y creativo de Apple, pero no. ¡Es una crítica!, y una bastante
fuerte que hasta de pronto me hizo pensar: “¿y ahora qué se supone que haga,
tirar mi iPhone (iPod en mi caso porque, desde que me lo robaron en el aeropuerto,
yo les manejo un Android…rosa #girlycel)?”.
El monólogo está basado en un reportaje que hizo Mike Daysey, un escritor norteamericano conocido por su trabajo como autor y actor
de sus propios textos, quien tenía una relación amor-odio con Jobs. Como que lo admiraba mucho por su inteligencia, pero le daba repele que fuera tan “poco
sensible”.
En honor a la verdad la crítica es más para una empresa que
se llama Foxconn, la cual hace aparatos para toooodas las compañías de
electrónicos, sí, todas las que se imaginen: Nintendo, Sony, Toshiba, Dell, hp,
Motorola, Microsoft y Nokia, entre muchas otras. Lo que tiene esta empresa es
que es hipermega negrera, pero MAAAAL plan, o sea no se imaginen horarios
laborales de 8 o 10 horas, ¡no! Acá son de 16 o 18, a veces de 34. Y hay mallas
porque hay muchos empleados que se suicidan, entonces para prevenir muertes ya
optaron por poner protección.
Al final de la obra hubo un debate en el que participamos el
honorable público, el actor y la directora Claudia Romero. Fui la segunda en participar (pa' que no digan que andaba de apática) y lo que pregunté fue por qué –si muchas compañías trabajaban con Foxconn– la crítica era
exclusivamente para Jobs. Lo que me contestó Claudia fue que porque Jobs no era
“cualquiera”, no era un vendedor común, no era una persona tan moral como el
resto de nosotros, sino que, en su genialidad, también era bastante cruel e
incoherente, trapitos sucios que le ventila este periodista cuando hace esta
investigación, la cual tampoco es 100% verídica, ya que –por decirlo de alguna
manera– “le echó mucha crema a sus tacos” y al final sólo dijo que era “un
contador de historias” y no un documentalista profesional. Mmmhh.
Anyway. Creo que me quedo con el hecho de que fue una obra
que mueve a la reflexión... sobre todo por el debate, de verdad que enriqueció
mucho la experiencia. Pero bueno, nos hizo reflexionar (a la Annie, a Mich, a su esposo y a mí) sobre cómo la tecnología no es ni buena ni mala, sino que depende del uso que
nosotros le demos. También nos hizo pensar en que lo único que podemos hacer es
empezar con nosotros mismos y hacer cambios “humanizantes” desde nuestra
trinchera, ya sea como amas de casa (con la muchacha), en la empresa (como
dueños, empleados o subordinados), en la calle (cómo tratamos a los peatones,
los ciclistas, los demás conductores), etc.
Ah, ¿sabían que en México hay dos plantas de Foxconn?
Supongo que porque nuestra mano de obra es barata. Pero, como dijo Alfonso, yo
creo que aquí no hace tanto ruido porque en lugar de que los empleados se
suiciden, los mandan muuuy lejos o les hacen huelga primero, jajaja, ya ven que
eso de las marchas a los mexicanos como que se nos da muy bien.
Ahora que escribo, pienso otra cosa. A Jobs le critican que, cuando regresó a Apple, quitó todos los programas de acción social que
anteriormente apoyaba la compañía porque él decidió invertir el dinero en más
tecnología a fin de lograr su misión, su sueño y su más grande anhelo que era
“poner el mundo en manos de la gente”.
Pues la neta lo logró. Yo no sé, pero de verdad creo que hay
un antes y un después luego de todo este rollo del iPod, el iPhone, el iPad.
Sinceramente el cuate era un genio. Y OK, no era Steve de Calcuta o Dalai Jobs, pero creo
que gracias a él hay mucha gente que puede hacer el bien. Por ejemplo, yo puedo
mandar un mensajito de WhatsApp para donar a una fundación o sentirme más cerca
de mi novio aunque ande vacacionando en Cancún (él, no yo… ¡ojalá!) o sea, fomenta la comunicación. Ya es muy nuestro rollo si en lugar de promoverla, la
bloqueamos y en plena comida familiar sacamos el teléfono en la mesa y no
despegamos los ojos de él las siguientes dos horas #cadaquiensuscubas. Pero al
final del día, él cumplió su misión. Yo me pregunto: ¿cuántos de nosotros vamos
a poder decir eso cuando nos muramos?
El que se tiene que poner las pilas es la persona (¿será
chino?) que dirige Foxconn. Porque yo sí pienso que si llega al cielo no le van
a salir muy bien las cuentas y chance y no lo dejan entrar, así que
#ManInTheMirror & let’s make a change.
viernes, 4 de octubre de 2013
Por qué no te has casado… aún
El matrimonio es un tema, y
pasados los 30 años ¡más! (créeme). La cuestión es que muchas veces nos
quedamos en la superficie del “problema” (la soltería) y nos hacemos jaraquiri
con pensamientos tipo “ya me quedé para vestir santos”, “bien decía Juan
Gabriel: yo no nací para amar”, “nunca me va a llegar el amor”, “todos los
hombres son unos patanes”, etc. Pero pocas veces nos vamos al meollo del asunto
y reflexiones sobre qué es realmente ‘eso’ que hace que no encontremos al
príncipe azul (damn you, Disney movies!).
Cuando llegó a mis manos el
libro “Por qué no te has casado… aún”, de Tracy McMillan, ¡me emocioné! y lo
devoré en tres días. Ahora, no quiero arruinarte la lectura porque vale
muchísimo la pena, pero aquí te van los posibles 10 motivos que pueden estar
ahuyentando al amor de tu vida.
Antes de mencionarlos, cabe
decir que el ‘padre’ de todas estas máscaras es el miedo, que es lo contrario
al amor. Así que si queremos que el AMOR –así, con todas sus letras y en
mayúsculas– llegue a nuestras vidas, lo primero que tenemos que hacer es vencer
el miedo a sentirnos vulnerables y a que nos lastimen. Por que sí, ¡no es NADA
cool que nos hieran!, pero tampoco lo es vivir con una armadura porque corremos
el riesgo de que el corazón se oxide (no por nada el máximo deseo del Hombre de
Hojalata en “El Mago de Oz” era tener un corazoncito).
OK, ¿lista para enfrentar la
realidad? Pero más aún, ¿lista para querer cambiarla? Checa qué razones te
hacen más click (las enlisto a
continuación) y enfócate en modificar esos hábitos, vicios y/o creencias que
nos bloquean y no nos permiten fluir (esos los encontrarás en el libro porque
si no lo tendría que transcribir… y eso no va a suceder):
1 Eres una bruja… O cómo la ira y el miedo te impiden
casarte. “Piensas que eres tan lista,
que estás poniendo límites, o quizás eres una curiosa intelectual y te gusta
debatir mucho. Pero la verdad es que estás enojada. Con tu mamá. Con la
farmacéutica. Con Sarah Palin. Pero, sobre todo, tal vez con los hombres. Estás
más que enojada porque pueden lastimarte, porque tienen el poder de rechazarte,
porque parece que prefieren niñas de 23 años en lugar de una mujer poderosa y
encantadora como tú”.
2 Eres superficial… O cómo conseguir lo que quieres y
otras mentiras. “No te conformarás
con algo que sea bueno, tiene que ser ideal. Quieres que se te cumpla cada
deseo y necesidad, de preferencia ahora, al encontrar, salir y desposarte con
la persona que lo tiene todo. Olvides que nadie tiene todo, ¡y menos tú! El
problema del perfeccionismo es que es muy deshumanizante. Hace que veas a los
demás no como humanos sino como objetos o cosas”.
3 Eres una zorra… O por qué el sexo sin compromiso
quizá no te lleve al matrimonio. “No
quiero sonar como político conservador, pero he llegado a una conclusión
similar, aunque por razones completamente diferentes: el sexo casual es la
mayor mentira que haya existido. Siempre será una cosa que trae bebés al mundo,
construye y destruye reinos, y hace que la gente mate a su consorte. Así que si
eres del tipo de mujer que se enreda en relaciones sexuales que no te llevarán
al matrimonio (y tú quieres casarte), tendrás que replantearte tu enfoque sobre
el sexo”.
4 Estás loca… O cómo lidiar con tu Courtney Love
interior. “La locura tiene que ver
con la intensidad. Es estar fuera de control emocional, actuando contra tus
propios intereses en las relaciones; con mucho drama, siendo demandante,
susceptible, celosa, insegura y otros estados psicológicos que los hombres no
buscan como cualidades en la madre de sus hijos. También incluye desórdenes
alimenticios, llorar después del sexo y cualquier otra cosa que imagines que
Courtney Love pudiera hacer”. Dicho de otra forma, “la intensidad es cuando una
relación normal te resulta tediosa”.
5 Eres egoísta… O el matrimonio es cuestión de dar, no
de recibir. “Es cuando te acercas a
los hombres en función de ti misma: cómo te hacen sentir, cómo te hacen ver,
qué llevarán a tu vida o qué no. El egoísmo hace que las personas se comporten
como niños, que quieren lo que quieren cuando lo quieren. Piensan que el mundo
gira en torno a ellos, y no pueden ver cómo sus acciones afectan a los demás. O
pueden verlo pero no sentirlo, o no les importa. Por esta razón, ser egoísta
hace que la vida en común sea imposible. Porque no puedes juntarte (o casarte)
con un niño. Sólo puedes cuidarlo”.
6 Eres un desastre… O necesitas ordenar tu vida. “Está relacionado con tener problemas. Si tienes algo
que no dejarías (o podrías dejar) que el hombre de tus sueños viera, puedes
estar segura de que, al menos en parte, eso contribuye a que sigas soltera. Me
refiere a problemas de conducta, emocionales o psicológicos suficientemente
serios para interponerse en tu camino hacia el altar. Hay una sencilla manera de
saber si algo está afectando tu habilidad para relacionarte, y ésta es si
quieres mantenerlo en secreto. Estar en una relación seria, del tipo que llega
al matrimonio, requiere que te muestres tal como eres”.
7 Te odias… O sólo puedes amar a un hombre en la
medida en que te amas a ti misma. El
autoodio se trata de no ser lo suficientemente bueno. No es que en realidad no
seas suficientemente buena. Es la parte de ti que quiere que creas que no lo
eres, y tiene algunas maneras muy ingeniosas de hacerlo. Suele emerger cuando
lo que quieres está justo al alcance de tus manos… pero, de pronto, se aparece
este zumbido negativo de baja frecuencia. Te convences de que lo que estabas a
punto de alcanzar, eso por lo que estabas lista, va a esfumarse. El autoodio
empieza tu sabotaje”.
8 Eres mentirosa… O cómo te engañas y otras tragedias. Hay mil maneras de mentir en una relación, pero sólo
una importa: cuando tú te mientes. El autoengaño quizá sea la cosa más
destructiva que puedes hacerle a tus prospectos para una relación sana y feliz.
Si no estuvieras autoengañándote, estarías forzada a reconocer todas las formas
en que el sexo casual, la ira, el miedo, el perfeccionismo y la locura afectan
tus relaciones o la falta de ellas. Y no reconocerlas te mantiene atorada”. Una
cosa más: “mentir siempre está motivado por una cosa: conseguir lo que
quieres”. Pero ojo porque “una relación fuerte requiere de dos personas que
sean auténticas, con ellas mismas y con los demás. Un chico auténtico
‘olfateará’ tus mentiras y se alejará”.
9 Eres un chico… O cómo acceder a tu feminidad y
descubrir que eres una joya. “Hablo
de tu feminidad interna. Lo Femenino (sí, con mayúscula) no tiene que ver
necesariamente con encajes, tacones o arcoíris y unicornios. Lo Femenino es
cuando me refiero a algo que tienen tanto hombres como mujeres, de igual manera
que ambos tienen algo masculino. Y así como la tierra tiene un polo norte y uno
sur, los opuestos se atraen. (…) Las relaciones cercanas siempre tienen una
interacción entre estas dos fuerzas, la Masculina y la Femenina. Las dos partes
en una relación no pueden tener el mismo papel al mismo tiempo, al igual que,
en un baile de salón, los dos no pueden ser el que baile para atrás. (…) Un
hombre que encuentre, viva o ame a una mujer que sea muy consciente y muy
centrada en su lado Femenino es, por decirlo de manera simple, un hombre mejor,
más consciente y centrado”.
10 Eres impía… O si pudieras cambiar sola, ya lo
habrías hecho. “El amor es lo que los humanos deben aprender
en esta tierra, si realmente deciden buscarlo en la vida y mirar qué hay más
allá del dinero y los premios. Amar a alguien es aceptar sus defectos. Casarte
con alguien es darle el regalo de ser amado a pesar de sus defectos. Eso te
incluye. El amor significa posibilidades. El espíritu es la solución para tu
supuesto “problema” de soltería: ya sea que haya pocos hombres o que necesites
“establecer” con uno, o incluso si eres de cascos un poco ligeros, el espíritu
hace posible realizar cosas que parecen imposibles, poco probables o en contra
de todo pronóstico. Te dirán que necesitas una pareja que tenga la edad justa o
la belleza adecuada, o tenga el número adecuado de óvulos. Pero el espíritu
dice que eso puede ser cierto, pero no verdad. Hay una diferencia. (…) Como
ves, todo se trata del cambio interno. No importa cómo llegues; podrías
intentar desde un baile espiritual, pasando por la meditación hasta trabajar
como voluntaria en un basurero. Eso es personal”.
De verdad, si tienes 30 años
(o más) y alguna vez te has hecho la pregunta que da título al libro, ¡no
esperes más, y léelo! Está muy divertido, ameno y lo mejor es que te ofrece
técnicas/estrategias/tácticas para cambiar y transformarte (lo cual es
indispensable, sorry) que la misma
Tracy ha probado y comprobado que funcionan a fin de derribar los obstáculos y
vencer los temores que la mayoría enfrentamos o tenemos, y entonces poder estar
abiertas al amor de pareja ¡que por supuesto que merecemos! –y que claro que va
a llegar.
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