lunes, 27 de enero de 2014

Escándalo Americano (American Hustle)

¡Me gustó! El trabajo de la ambientación es impresionante, neta parecen los 70. Muy bien el vestuario, maquillaje, ¡la escenografía! No me imagino lo complicado que debe ser conseguir taaaantas cosas vintage.

Las actuaciones son muy buenas. Amy Adams enseña las boobies todo el tiempo (nadie le presentó el bra), pero está preciosa –hasta me dieron ganas de pintarme el pelo de rojo– ¡y cuerpazo! Jennifer Lawrence, ¡simpatiquísima! Cae bien, está muy piratona; cómo le voltea las cosas al marido, jaja. Christian Bale, ¡irreconocible! De pesar 10 kilos ahora pesa 110, me parece un excelente actor. Bradley Cooper, ¡qué risa con sus tubos en el pelo! Pero igual, además de guapo, talentoso. Su papel es el que menos bien me cae de todos, pero bueno, ¡ese le tocó! Jeremy Renner, como que ya lo había visto en otro lado, pero no me acuerdo en dónde. En fin, guapo y muy bien en su papel de alcalde de buen corazón. ¡Qué coraje me dio que lo encarcelaran! Yo sé que el fin no justifica los medios, ¡pero en su caso sí! Era neta que no era para él el dinero… sino para la ciudad. No sé. De verdad yo no veía causa injusta ni mala en su actuar, sobre todo dadas las circunstancias del país en ese momento (post-guerra, etc.).

Sobre esta movie me quedan dos reflexiones: 1) que todos hacemos lo que sea (literal LO QUE SEA) por sobrevivir y 2) que cada quien cree lo que quiere creer, es decir, si yo creo que a Fulanita le caigo mal, voy a ver todos los comportamientos que me demuestren que estoy en lo correcto. En cambio si creo que no le caigo mal, voy a encontrar mil razones para rechazar esta idea. Todo está en la actitud porque OK, quizá sí le caigo mal, ¿pero cuánta energía le voy a dedicar a eso? ¿Me va a quitar la paz no ser monedita de oro? Hopefully, I don't think so. 

En la peli también está la parte de los negocios sucios, la idea detrás del dinero fácil, la mentira, el engaño, la falsa amistad, los intereses ocultos, la doble moral, la corrupción “justificada”, la deslealtad, la traición, la esquizofrenia, las adicciones, la infidelidad, la pérdida de objetivos, la soberbia en su máxima expresión, ¡en fin! Miles de temas que se ven reflejados en todas y cada una de las escenas… pero yo me quedo con los dos que mencioné anteriormente.

1) Porque es cierto que el instinto más fuerte y natural del ser humano es la supervivencia. Alguna vez leí que quien se suicida tiene que tener algún grado de locura, pues de otra forma simplemente no somos capaces de atentar contra nosotros mismos (que conste que no estoy hablando de un ‘sacrificio’ consciente hecho por amor).

2) Porque sí creo que la vida la vemos según los lentes que decidamos ponernos. Si nos ponemos en el papel de víctima y de “pobre de mí”, no sólo no vamos a superar ni aprender nada de lo que nos haya pasado, sino que la vida nos dará más razones para comprarnos ese rol. En cambio, si optamos por aprender y pensar que todo como es, es perfecto y pasa por/para algo mejor, la vida nos dará más motivos para ser felices porque ya no hay resistencia de nuestra parte. Como todo es bienvenido, la abundancia se hace presente. No el miedo y la mentalidad de carencia, que lo único que provocan es que ‘eso’ tan temido se haga realidad… a fin de que aprendamos algo y dejemos de evadirlo. Lo malo es que el chip de víctima para nada ayuda, y por eso vemos gente tan estancada en el pasado y tan amargada de lo que “pudo ser y no fue”. ¡Pues no fue y ya!, move on. Hay que cambiarnos de lentes. Y bueno, en la película se ve en el sentido de que el cuate del FBI se enferma de poder y se vuelve loco con la idea de hacerse famoso –disque por el buen cumplimiento de su deber– pero naaaah. Se pierde entre tanta mentira porque su semilla –su intención real– no era buena ni pura; estaba podrida. Y así le va. Buena lección.



Está un poco larga, pero buena. 

domingo, 19 de enero de 2014

Vaselina

Vaselina fue, es y siempre será ¡Vaselina! Soy fan desde que tenía como 6 años, cuando iba a ver La Onda Vaselina. Si no la vi 10 veces, no la vi #ja! Todavía me acuerdo que mi mamá me hizo dos faldas con crinolina y yo feliz, corría por la casa rayada creyendo que vivía en los años 50. También -dependiendo de mi humor- le decía que ese día me llamaba "Mariana", "Lidia" o "Érika" #loca. Entonces cuando Marielita me sugirió ir a ver la obra, ¡no me pude negar!

Sin embargo, debo admitir que no me encantó y no sé a qué se deba:
1) Porque ya maduré
2) Porque los actores nomás no
3) Las dos anteriores

El programa  que reparten a la entrada me gustó mucho. Julissa se inspiró con su "carta", pero está bien porque es interesante y después de todo, la obra es como su hija. Ella compró los derechos, la tradujo, adaptó y conformó el elenco que estrenaría en el teatro Manolo Fábregas en 1973.

He ahí: este año es su 40 aniversario. OMG!!! Dany Seco y Sandy Tontales sí que han acompañado a muchísimas generaciones. ¡Ah!, ya me acordé. También me tocó ver esta obra con Angélica Vale y Alejandro Ibarra, nada más que luego se me confunde porque también los vi 100 veces en "Los Tenis Rojos".

En fin. Sobre la obra, Eleazar Gómez (Dany Seco) está bien, muuuuy sobreactuado pero chistoso. Paulina Goto (Sandy Tontales) es la que ¡híjole!, nada que ver. Está muy mona y baila bien, pero le falta voz. No prende NADA, cero feeling. Alejandro Speitzer (Kiko), ¡muy bien! Andrea Ibarra (Sonia), plis alguien dígame cuántos años tiene porque se ve ruquísima al lado del resto del elenco. Fuera de broma, en la escena de ella y Sandy, ¡parece su mamá!

Vadhir Derbez (Tacho) -para mí- es el mejor. Canta muy bonito y es de los menos sobreactuados. Es que neta la dirección es como de caricatura, pero bueno. Geraldine Galván (Chiquis)... sí así en la habla en la vida real, #shootme. Ximena Quiroz (Frenchi) me gustó. Regina Murguía (Paty) muy zorra en su papel, pero bien. Tiene buen cuerpo y proyecta mucha energía. Roberto Carlo (Eugenio) pues bien, pero su papel de teto está exagerado.

En fin, puuuuuro "nuevo talento" (de Televisa).

Las letras de algunas canciones están adaptadas a la modernidad, lo cual está OK y en realidad sólo lo notamos los que nos sabemos la versión original. En mi caso me las aprendí porque una prima me regaló el KCT de Timbiriche Vaselina, ¡y lo oí sin parar durante a-ñ-o-s! Así que me las sé perfecto.

Un lindo detalle es que los productores son Benny y Alejandro Ibarra, hijos de Julissa, quienes curiosamente han sido Dany Seco en alguna época de su vida. Asimismo, Jack y Ari Borovoy (OV7) participan como inversionistas de esta puesta en escena, lo cual me pareció cool porque hasta donde yo sabía habían salido muy mal con Julissa, entonces quiere decir que al menos Ari ya hizo las paces.

lunes, 13 de enero de 2014

The Wolf of Wall Street (El lobo de WS)

¡Está padrísima! ¡Ojalá que a Leonardo Di Caprio ya le den el Oscar! Se lo súper merece. “El Lobo de Wall Street” está buenísima, muuuuy divertida y tiene unos toques cómicos excelentes, me reí mucho (¡amé la escena de la “fase de la parálisis cerebral”! #jajaja).

El tema está cool porque se ve el “detrás de cámaras” del mundo de la Bolsa, que por más que no nos interese o ataña, no deja de ser interesante. Aunque no tengamos acciones, siempre el cómo le va a la bolsa es material de noticia. Ya si además conocemos a alguien a quien le fue mal (yo no conozco a nadie que le haya ido bien), pues es un extra para disfrutarla.

Por otro lado, yo sí me acuerdo que en una entrevista leí que Steve Madden había estado en la cárcel y supongo que algo habrá tenido que ver con este tema. También me gusta que al final se hace la aclaración de que no todo es real ni fidedigno, sino que algunas cosas están ligeramente “dramatizadas”, pero aún así concluí que quizá el diseñador de zapatos estuvo tras las rejas por algún episodio relacionado con esto.

Aparte del tema económico/financiero, hay tres detalles que llamaron poderosamente mi atención:

1) EL LADO HUMANO DE JORDAN BELFORT. El primer adjetivo que quiero usar para describirlo es emprendedor, el segundo yo creo que sería leal (nunca traiciona a sus amigos) y el tercero, coherente. Chequen que no digo fiel ni honesto ni ético ni respetuoso ni sano. ¡Vive en los excesos!, pero al menos es coherente con sus ideas: quiere dinero –para él y sus empleados– y actúa en consecuencia. Además, ya ven que una de mis frases favoritas es “no podemos juzgar”, pues éste es otro claro ejemplo de por qué no podemos/debemos hacerlo. A veces lo que sabemos o percibimos de alguien es la punta del iceberg. Desconocemos sus razones, motivos, historia personal… La verdad es que en varias escenas se ve que Jordan lo que quiere es ser feliz y que los demás lo sean también, lo que pasa es que sus medios no son los más correctos porque no se vale engañar ni robar, no importa si la persona es rica o pobre, simplemente no es correcto, porque a nadie nos gustaría que nos lo hicieran, ¿o si? Entonces es fácil. En esta vida no debemos hacer lo que no nos gustaría que nos hicieran #ReglaDeOro.

2) LA ESPOSA DE UN HOMBRE COMO JORDAN. La primera esposa es buena pero en la piscinada (o pool party pues), se muestra insegura y la güera (Naomi) se la traga. Ése no es pretexto para que le pongan el cuerno, claro está. De hecho, si Jordan no hubiera querido, ni siquiera hubiera pedido el teléfono de Naomi ¡y mucho menos la hubiera invitado a cenar! Como dice ella: “we are not gonna be friends”. ¡Obvio! Pero bueno, cae en la tentación, se enamora (yo de verdad creo que sí la quiere) y al final, ella le pide el divorcio. Mmhh, analizando un poco, ya se veía venir. ¿Qué se puede esperar de algo que mal empieza? ¡Que mal termine! Por otro lado, ambos se usaron durante un buen tiempo: ella le sacaba provecho a su dinero y él, a su imagen y al status que le daba tener una esposa con ese look. Y no me encanta decirlo, pero sí creo que hay muchas parejas que permanecen casadas por un interés que poco tiene que ver con el amor. Entonces cuando ese intercambio se acaba, dan el contrato por terminado porque –como no hay amor auténtico de por medio– deja de haber “ganar-ganar”.

3) EL VALOR DE LA PERSONA, ¡que nunca se pierde! Somos como un billete: lo podemos doblar, arrugar, pisar, escupirle, ¡todo!, pero nunca pierde su valor. Basta con extenderlo y listo, podemos utilizarlo. Así la persona. Aunque caigamos súper mega bajo, siempre tenemos la opción de salir del hoyo y ser la mejor versión de nosotros mismos. Es cuestión de voluntad. Así que me pareció súper cool que, al salir de la cárcel, Belfort se dedicara a dar seminarios de ventas. Después de todo, es algo que ama y que hace mejor que los demás, ¿estamos de acuerdo?

lunes, 6 de enero de 2014

Carrera Zurich

-      No se me abren los ojos…
-      ¡No te preocupes! Yo corro por los dos.
-      (¿Mh? OK) ¿Seguro?
-      Sí, claro. Llego a la meta, me regreso y vuelvo a empezar.
-      (Mmm, sounds a leeetle bit ridiculous, but…) ¿En serio no te importa?
-      ¡No! Tú duerme…
-      OK.

Volteo de reojo y veo que mi adorado novio ha puesto carita de niño asustado/triste y me dice con una vocecita: “¿En serio me vas a dejar ir solo?”. Entonces me doy cuenta que está más que listo y comprendo que nope, ¡a dormir más tarde! Ahorita más me vale levantarme a correr.
Salimos a los 10 minutos (soy rápida para alistarme, es otra de mis cualidades, jaja), caminamos al sitio más cercano y tomamos un taxi (tanta carrera me ha servido para saber que es la mejor opción), nos deja en Constituyentes (donde vemos más corredores) y empezamos “a calentar”. Digamos que no tenemos otra opción; son 7:26 y la carrera empieza a las 7:30 am.
Con la meta a la vista, al Gusi y a mí se nos ofrece al mismo tiempo apretarnos las agujetas (¡somos tan parecidos!). Luego veo un baño y no puedo resistirlo. El Gus me espera afuera y decidimos que ése será nuestro meeting point más tarde (después de haberlo sugerido, le dije a Gustavo que ni que fuéramos siameses para correr juntos; no hay nada mejor que “cada quien a su ritmo”, sobre todo porque él es una liebre y yo una tortuga –sin complejos, no se preocupen).
Justo cuando nos íbamos a meter a la pista, el conductor da el disparo/grito de salida. A los 3 minutos estamos pisando el tapete de Salida (con el respectivo sonidito del chip). Corremos el primer kilómetro juntos. “Siento que vamos muy despacio, pero yo voy a seguir a la liebre”, pienso para mis adentros. Más pronto que tarde llegamos al km. 2 y el Gusi se despide: “nos vemos en la meta, amor”. ¡Ah!, ya decía yo que el acuerdo era ése.
Llego al 3 muy bien pero de pronto me entran unas ganas locas de ir al baño. Me siento como un canguro cargando agua en mi panza (una sensación nada agradable y cero recomendable si estás corriendo). El km 4, 5 y yo creo que hasta el 6 me dedico a buscar un baño o un lugar “donde nadie me vea”… pero no tengo suerte.
Al 7 mi panza ya entendió que no hay baños disponibles por ahí. Entonces mi mente se concentra el lo hermoso del paisaje y todas las atracciones que hay en el Bosque de Chapultepec, ¡estoy impresionada! Llevo 13 años viviendo aquí y nunca me había percatado. ¡Tache!
Hay lanchitas, tirolesa, juegos, mariposario, museo, casa de espejos, ¡todo eso y más! Hago notas mentales para ir a todo a lo largo de tres o cuatro fines de semana. Lo único que me quita las ganas de inspeccionar el área es pensar en la cantidad de gente que habrá los fines. En fin…
Cuando menos pienso, estoy en el km 10. La verdad bastante enterita. Me dan mi medalla y mi kit de recuperación, ya saben: agua, Gatorade y un plátano. Y por ahí veo a mi novio guapísimo. La historia quedó en que yo hice 67 minutos y él 53. ¡Les digo que la liebre de la pareja es él!
Nos tomamos unas fotos con su teléfono y luego nos vamos al stand de prensa. Somos los únicos así que nos atendemos con la cuchara grande. Café para quitar el frío, sandwichitos que el joven que está ahí muy atento resurte rápidamente, galletitas… Y vemos la carrera de los peques #ternuritas. Gustavo y yo decimos que cuando tengamos hijos los vamos a inscribir.
Un par de fotos más y partimos hacia la posada de Paseo a Ciegas, que sería en la Quinta Colorada (una zona en la 1ra. sección del Bosque), ubicada en el km 5 aprox. de nuestra ruta. Ya de paso les presumo que de ahí nos fuimos caminando a su casa, o sea que en total recorrimos más de 17 kilómetros (sí que desquitamos nuestras piernitas).
Lo mejor de esta carrera no fueron ni mi tiempo (en la Nike hice 59) ni el clima (hubiera podido hacer un poquito menos frío), sino las siguientes 3 cosas:
1) El ambiente estuvo súper padre y éramos la cantidad de corredores correcta para que estuviera cool sin estar atascada y padecer las consecuencias.
2) La carrera fue significativa porque era de una empresa de seguros (a lo que se dedica mi novio) y la leyenda de la medalla me encantó: “que lo más valioso permanezca”, osea ¡nuestro amor! La playera también estaba padre porque le podías escribir atrás la intención por la que la ofrecías.   
Last but not least,
3) Porque fue la primera que corrí con mi novio, lo cual había sido mi sueño de toda la vida. Una vez más puedo decir que “dreams come true!”.

Gracias a Zurich por las cortesías, a Gustavo por ser el mejor novio que existe en esta tierra y a Dios por haberme mandando a la persona perfecta para mí.


sábado, 4 de enero de 2014

Six Geese a-Laying, a short story by Sophie Kinsella

Sophie Kinsella does that: she makes you laugh, makes you cry, makes you think… That is why I love her and every book she’s ever written including this short story, which she wrote for Christmas (2011 actually, but who cares if they promote it as if it were new?).

La historia es sobre un curso pre-natal que toma un grupo de mujeres que se jura súper exclusivo y privilegiado. Y sí es especial, pero no por las razones “correctas”. Cada una de las embarazadas tiene un tema sobre el cual trabajar, pero no lo tiene consciente, y en eso consiste la magia de la instructora: en abrirles los ojos de la manera más eficaz y amigable posible. Porque a nadie nos gusta que nos digan que no somos perfectas y que tenemos que cambiar.
El cambio verdadero sólo ocurrirá cuando nosotras mismas lo deseemos y estemos dispuestas a hacer los “ajustes” necesarios, a nivel conciencia primero y acciones después. Pero difícilmente alguien puede cambiar porque otro le dice, le sugiere o se lo exige. Un verdadero cambio no sucede así. Mientras la persona no quiera, es imposible un cambio real, auténtico y duradero.
Entonces la táctica de la maestra me pareció fabulosa: visualizar el futuro si siguen actuando como hasta ese momento, ya sea con la mente cerrada, el corazón duro o la boca atascada de veneno. Partos dolorosos, venganza de parte de las personas a las que les hicieron mal, hijos traumados, maternidades frustradas, etc. Pero eso es lo que puede pasar porque –then again– nada está escrito.
Lo padre es que todas reaccionan positivamente, toman cartas en el asunto y dado que lo que vieron no les gustó, cambian. A mí me gustó mucho el personaje de Ginny, fue con la que más me identifiqué… Been there, done that; no la parte de la maternidad, sino del cero valorar el tener un hombre bueno a mi lado, but I have changed that :) ¡Ah! Mi parte favorita es cuando su esposo, Dan, sugiere que si tienen una niña la llamen Bianca, ¡¡yeeii!!
Otro dato curioso: todos los personajes empiezan con “G” (menos la instructora, que se llama Petal Harmon). Son Geraldine, Georgia, Gina, Ginny, Gabby y Grace, la excepción del grupo y a la que le va mejor. Si les interesa leer la historia (a pesar de que aquí ya casi se las conté toda), la pueden ‘bajar’ del website oficial de Sophie: http://bit.ly/1dm0aoX