miércoles, 25 de abril de 2012

Espejos

En la mejor compañía fui a ver esta obra, en la que actúan Diana Bracho, Ludwika Paleta (la veo e inevitablemente pienso en el guapísismo de Emiliano Salinas), Nailea Norvind y dos hasta ahora desconocidos –por lo menos para mí– pero no por ello menos buenos actores: Juan Carlos Barreto y Hernán Mendoza. 
La puesta en escena (es el mal del editor: usar palabras “extrañas” con tal de no repetir) abarca la vida de cinco personas durante seis semanas, en las que Teresa, Sergio, Jorge y Laura toman clases de teatro con Susana, quien –según se da a entender– nunca fue una afamada actriz; pero aún así da clases con unas técnicas medio raras, if you ask me. 
A través de los ejercicios que la maestra pone, los personajes van revelando su personalidad. Así, por ejemplo, la que todos vemos como la más tonta, se jura en realidad “secretamente más inteligente que el resto del mundo”; la más bonita es súper insegura, entonces no descansa hasta que le gusta a todos, sólo para mandarlos a volar una vez que lo logra (caprichosa la muchacha pues). Por cierto, ¡¡¡qué flaca está Nailea!!! Sentí envidia... 
La maestra, que según es muy segura, pues nada. Se le cae el piso cuando se entera que al marido le gusta una alumna... y con justa razón, pero bien dicen que el que busca, encuentra, ¿no? Finalmente su unión se disuelve. Creo que el marido dice que está “secretamente enamorado”, lo cual sí es más grave que sólo “me gusta”. Qué feo,  ¿no? Eso del matrimonio sí que está cañón. La infidelidad, más bien. 
Anyways. El gordito divorciado se da cuenta que puede volver a enamorarse y el marido, pues que ya no está enamorado. Aunque siento que él hubiera seguido la relación; es Susana la que le pone fin. ¿Se han fijado que casi siempre somos las mujeres las que terminamos las relaciones? Mi teoría es que nuestro vaso (metáfora) se llena más lento, pero cuando se llena, bye. Tomamos medidas drásticas. 
Dirigida por Diego del Río, la obra es buena porque incentiva a la reflexión, a pensar y hubo dos detalles que me gustaron: el ejercicio de visualización dentro de 10 años (OMG, voy a tener 40 y literal me muero si no me he casado, jajajajaja) y que Diana Bracho “nos invitó” a escribir nuestro secreto mejor guardado en un papelito, el cual Ceci, Annie y yo depositamos en una urna. 
pd. Algo que me motivó a ir es porque el poster –desde que lo pusieron– decía “únicas 10 semanas”... Luego me enteré que es por lo alto de la nómina que la obra no puede estar más tiempo. ¿Pues cuánto ganarán? 

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