martes, 16 de julio de 2013

17 questions we really don’t want to be asked

Una de las cosas más padres de trabajar en la industria editorial es la cantidad de revistas que llegan a mis manos. Hoy les quiero contar de la Glamour UK. ¡No saben que increíble está! No hay número que no me eche de pies a cabeza (o bueno, de portada a contraportada). Cada página trae algo interesante, divertido, actual… I just looove it!!! Este mes la sección que más me hizo reír es The Glamour List, la cual habla de “las 17 preguntas que no queremos que nadie nos haga”.

1 “What are your weaknesses?” Mmhh, ok, si estamos una entrevista de trabajo, ¿cómo por qué querríamos que nuestro empleador supiera–y de nuestra propia voz– para lo que no somos buenos?
2 “Oh, didn’t you want it that short?” Las peores palabras que puede decir un estilista, sobre todo cuando le pediste ¡un ligero despunte!
3 “Is this seat taken?” ¿Será posible que la persona que la haga sea un hombre guapo y caballeroso? Hasta el momento no nos ha pasado, y la verdad es que ya no lo creemos tan posible.
4 “Have you tried switching it off and on again?” Lo primero que pensamos es “¡duh!, pues ni que fuera mensa”, pero acto seguido recordamos que no, no lo hemos hecho. Ok, lo intentamos y volvemos a llamar cualquier cosa, ¿va?
5 “Is this your new boyfriend?” Si no lo es, es #aaaawkward para todo el mundo. Y si sí, lo de ‘nuevo’ se oye medio mal, ¿no?
6 “Can I kiss you?” Chicos, si no se sienten seguros de que la chava quiere, preguntarle primero tampoco es garantía. Mejor atrévanse… Lo peor que puede pasar es que nos volteemos.
7 “Have you chosen your wine?” Sí, pero no tenemos ni idea de cómo se pronuncia. Así que vamos a terminar pidiendo una copa de “este”, por favor.
8 “Do you want fries with that?” Pues no, porque si sí, las hubiéramos pedido al mismo tiempo… Pero ahora que lo menciona, ok… sí queremos, gracias.  
9 “Do you want the good news or the bad news?” ¿Por qué el acertijo? ¡Habla ya!
10 “Has anyone ever told you that you look just like…?” Quién sabe por qué, pero nunca nos encanta parecernos a quien nos dicen… (Bueno, yo tengo una excepción: cuando una pareja me dijo que me parecía cañón a Britney Spears jajajaja, ¿en qué planeta? Casi les beso los pies por ese piropo).
11 “Do you want to share a pudding?” ¡No! ¿De cuándo acá se comparte el postre? Queremos uno para nosotras solitas.
12 “Can you do me a favor?” Si te lo dice un colega, ¡aguas! Está a punto de “cederte” un poco de su carga de trabajo.
13 “Notice anything different?” Veaaaaamos… ¿nuevo corte?, ¿nueva nariz? ¡Danos una pista! (Especialmente si no somos taaaan observadores).
14 “Hey, are you free on Saturday?” Sí, pero no lo diremos hasta que sepamos a dónde nos quieren invitar. Primero que nos digan cuál es el plan. ¡Hasta la basura se separa pues!
15 “What are the third and seventh characters of your password?” Ooookey… ‘s’ y ‘f’… digo ‘j’ y ‘1’… ah, no, perdón, ¿’u’ y ‘t’?
16 “Do you have another card we could try?” Uh-oh! Esta es oficialmente la peor porque indica que algo anda muy –¡pero muy! – mal.
17 “Do you have your receipt?" ¡Por supuesto! Sólo que no sabemos exactamente dónde lo dejamos.
 Mi papá agregaría “¿Cuántos años tienes?”, mi hermano “¿En serio son hermanos?” (porque siempre viene acompañado de la frase ‘¡no se pareceeeen!’), yo “¿Por qué no te has casado?” #cadaquiensustraumas #jaja.
¿Y tú?, ¿qué alucinas que te pregunten?

viernes, 12 de julio de 2013

Standopados



LOVED IT!!! #reímosmil 

Standopados es el show en el D.F. más recomendable para los fans del stand-up comedy (como yo). Se presentan en el Teatro de la Comedia y en El Cuevón.

Son tres cuates de lo más divertidos, pero lo que más me gusta es que es humor súper negro y ácido, por lo cual hacer reír a la gente me parece doblemente retador. Porque una cosa es un chiste, que per se es gracioso, y otra cosa es darle ese giro hilarante al contar situaciones de la vida diaria... Y lo que le decía a la Dani es que me impresiona que lo primero que hacen al entrar al escenario es burlarse de ellos mismos –cada uno con su propia personalidad y estilo–, de su defecto más “visible”: la calvicie, la gordura, la fresés o los problemas para pronunciar la ‘s’.  

SD2 lo conforman Gonzalo Curiel, Jurgan Schrifteller y Mauricio Jalife. Los conocí porque hace como dos meses porque Nivea organizó un coctel para presentar su nuevo desodorante stress-protect en el Joy de Antara (en Polanco). Fui con una amiga y nos la pasamos súper bien, risa y risa. En esa ocasión mi favorito fue @GonCuriel. ¡Fue mi crush de una noche!, me encantó.

Saliendo de ahí decidí seguirlos en Twitter (@Standopados). Ahí me enteré que el 10 de julio era su primer aniversario y que festejarían en grande, así que alboroté a dos amigas y ahí vamos, con la mejor actitud, misma que el joven de la taquilla se encargó de evaporar en tres segundos al amenazar no darnos nuestros boletos porque no sabíamos el número de orden de Ticketmaster.

La verdad es que lo apunté al reverso de una tarjeta de presentación que sabe Dios dónde quedó, y obvio no me lo aprendí de memoria… ¡osea ni siquiera me sé el celular de mi hermano!, pero bueno. Llamamos a Ticketmaster para preguntarlo y nos tuvieron On Hold durante más de 40 minutos… Nunca contestaron #HisteriaTotal #PrimeraLlamada.

Después de estar a 2 segundos de sacar a ‘la Lady’ que todas llevamos dentro (por eso no hay que ser tan duros para juzgar, ¡uno nunca sabe en que momento nuestros red bottons pueden ser demasiado presionados! –que no me oiga mi maestro de Kabbalah, jejejeje), otro señor de la entrada nos comunicó con alguien de Ticketmaster que finalmente nos dio el famoso número y ya nos dieron los boletos. Mariel pulió sus dotes de periodista y hasta filmó al hombrecillo de la taquilla porque la verdad es que tenía la peor actitud, nos trató péeeeeesimo #TremendaJeta. Pero bueno, a la otra me tatuó el número con plumón por todos lados como triatlonista.

Una vez adentro, vimos a varias luminarias: Yordi Rosado (I knooow), Facundo (me tomé foto con él), Daniel (ex Onda Vaselina), Mauricio no sé qué (un cómico), etc. También me encontré a una amiga de la universidad y a otra de la maestría. El mundo es un pañuelo.

Dos horas y mil risas después, salimos felices. Debo mencionar que los muchachones sí se notaban nerviosos, pero salieron avantes. En esta ocasión, ‘el sipisapo’ de @MauJalife fue mi favorito. Pero también Jesús Guzmán, que fue el presentador, se rifó cañón. ¡Es buenísimo! 
 
Si tienen oportunidad, no dejen de ir, la van a pasar increíble :) 

lunes, 8 de julio de 2013

Intro a la Kabbalah

Hay dos razones muy poderosas que me llevan a escribir sobre Kabbalah.

La primera es porque hace poco un amante de lo ajeno hurtó una libreta que podría haber sido considerada como mi diario (que no es lo mismo que agenda). No crean que escribía literal “Querido diario, hoy…”, pero caaasi. Así que cuando la niña a la que le encargué mi cuadernito no me supo dar razón, me puse a llorar. La verdad no fue su culpa, más bien lo adjudico a un descuido de mi parte, pero la cuestión es que se perdió y me pesó mucho. Entonces a veces me da más confianza que mis escritos vivan en una especie de 'nube' o mundo virtual que físico, porque así puedo accesar a ellos desde cuando y donde lo desee :)

Lo segundo es porque en la edición de este mes de la revista en la que trabajo damos una serie de tips sobre Blogs/Bloggers y hay un punto que dice que hay que ser constante, lo cual a mi me falla bastante. Digamos que es mi 'área de oportunidad', como dicen los de Recursos Humanos. Y dado que la clase de Kabbalah es semanal, me pareció una excelente oportunidad para reivindicarme.

En este primer post sobre el tema no hablaré sobre la clase, sino sobre: 1) la plática introductoria, 2) la Luna de Leo y 3) el voluntariado desde el punto de vista kabbalístico. Osea que siéntense porque voy para largo, jeje, ¡broma! Trataré de ser súper concisa (oootra área de oportunidad que tengo porque usualmente tiendo a alargarme).

1 PLÁTICA INTRODUCTORIA
La primera plática a la que asistí fue en enero de este año. Me llamó tanto la atención que escribí el siguiente artículo: http://www.glamour.mx/amor-sexo/articulos/kabbalah-mas-que-la-filosofia-de-vida-de-las-celebs/1248

Después de ahí llevo tres más #kabbalahjunkie. Me gusta ir porque todas las veces me toca diferente maestro y cada uno tienen una manera muy particular de introducirnos a esta sabiduría ancestral. La que más me ha gustado ha sido la de Yehuda Grundmand y lo más padre fue cuando al día siguiente que empecé el curso 2, ¡él estaba en el estrado del salón! Ahora llevo poco más de 10 semanas viéndolo cada semana porque también es mi maestro de Kabbalah 3 #soihappy. Anyways, las otras tres también han tenido lo suyo.
Ayer la dio Ariel y aquí les traigo algunos puntos extras que capté:

·      La Kabbalah explica las reglas del juego porque al desconocerlas, ganar es casi imposible, o por lo menos no es tan divertido (por la cantidad de topes contra la pared que nos damos).

·      A los kabbalistas les gusta preguntarse el por qué de todo.

·      Es una sabiduría espiritual, que ¡ojo!, a veces relacionamos la palabra 'espiritual' con iglesia, sinagoga, meditación, yoga, y nada que ver. Ser espiritual tiene que ver con conectarse con esa parte de nosotros llamada conciencia, que trasciende la fisicalidad.

·      Conciencia no es lo que pensamos, sino la intención que le ponemos a las cosas. Nosotros la determinamos y no viceversa. Hay que tener claro que según la semilla es el fruto que vamos a recibir. No es lo mismo cocinarle galletitas al novio por amor que por haberle puesto el cuerno, ¿verdad? En el primer caso nos mueve el amor; en el segundo, la culpa. Entonces no esperemos que la reacción del otro sea la misma. Por obvias razones será distinta. La mayoría de nosotros no somos tontos y con tantito que abramos los ojos podemos detectar de dónde viene el gesto: si de la cabeza (el ego) o del corazón (la conciencia).

·      Todo en esta vida es Causa y Efecto, como bien dice la Chica Dorada (Paulina Rubio para los no-poperos) en una de sus canciones. Y a veces lo que no nos gusta de nuestra vida no es lo que hacemos, sino que no tenemos conciencia de ello y los resultados no son los que esperábamos. & then we wonder why!

·      Conciencia no es igual a pensamiento y emoción. Esos existen, pero no nos determinan. Yo no soy mi intolerancia. No estamos predeterminados ni limitados, nada de que “así nací y así me moriré”. Nosotros decidimos quiénes queremos ser. Cada quien crea su propia realidad.

·      Obviamente mis emociones tienen un impacto en mí, y puedo tratar de apaciguarlas con terapia o meditación, pero los kabbalistas dicen que las emociones emanan de nuestra conciencia. Si queremos que el olmo dé peras, estamos en el hoyo, ¿cierto? Bueno, pues lo mismo pasa con las emociones. Si las quiero cambiar, primero tengo que transformar mi conciencia. El cambio, para que sea permanente, debe ser de raíz: desde la semilla, desde la causa, y no sólo como ‘curita’ del efecto.

·      Imaginemos una persona que lleva agua de un lado a otro por 75 años. Puede estar amargadísima por llevar toda la vida haciendo lo mismo. Pero un año más tarde puede estar súper agradecida de tener todavía la fuerza necesaria que esta labor requiere. Las cosas no tienen que cambiar para ser mejores. Nuestra actitud hacia ellas sí. “Cambia tu conciencia, cambia tu realidad”. No viceversa.

·      La clave aquí es entender qué tenemos que hacer y con qué conciencia para recibir lo que queremos recibir. Easier said than done, if you ask me.

·      Es súper importante reconocer que todos necesitamos ayuda. La arrogancia es el error más grande que podemos cometer. Creer que solos nos bastamos… #wrong!

·      Érase una vez un grupo de hombres en una lancha. En cierto momento, uno de ellos empieza a hacer un hoyo debajo de su asiento y otro le dice: “ey, ¿por qué haces eso?”, a lo que el primero le contesta: “¡déjame!, que lo estoy haciendo debajo de MI asiento, ¿a ti qué?”. ¡Duuuh!, ¿cierto? Tenemos que captar –y entre más pronto, mejor– que TODOS estamos conectados, y lo que hace una persona (o dejar de hacer) me afecta a mí y a todos los que le rodean. ¡Todos vamos en el mismo bote! So we better care for one another.

·      Esto también funciona en el sentido de que un aspecto de nuestra vida tiene repercusiones en otro, es decir, mis problemas del trabajo se reflejarán en mi salud, mi salud afectará a mi familia, mi familia alterará mi vida social, mi vida social afectará mi relación con el dinero, etc. ¡Todo tiene que ver! Aunque no nos demos cuenta…

·      Por eso debemos procurar el equilibrio en todas las esferas de la vida. Sólo así lograremos una satisfacción verdadera. Si no lo hacemos así, tarde o temprano una esfera afectará (negativamente) a la otra… Y es como una bola de nieve.

·      La Kabbalah no es un curso de autosuperación que ayuda a que nos conozcamos mejor. Osea sí, pero no. Sí por un lado, pero no sólo para justificar cómo somos, sino para querer cambiar y ser mejor. ¡Porque estamos destinados a la plenitud! Y cuando no queremos cambiar por la buena, la vida se encarga de que cambiemos “por la mala”. ¿Qué es mejor: aprender a ser humilde por convicción o porque nos quedamos en la ruina? ¿Querer ser más paciente de manera proactiva o porque estamos en un hospital desahuciados, sin nadie que nos cuide?

·      En síntesis, no hay que buscar transformarnos “porque no nos queda de otra”, sino porque debemos tener la certeza de que si somos mejores, las bendiciones también serán mucho mayores.

·      Y lo más importante: hay que aprender a COMPARTIR.

Continuará….

domingo, 7 de julio de 2013

Wedding Night

¡Amo a Sophie Kinsella! Es mi autora favorita. Sus libros son adictivos y una vez que los empiezo, ¡no puedo parar! Siempre he dicho que si diera un curso de “How to write your first novel” en Londres (donde viven ella y sus heroínas), no importa lo que tuviera que hacer, ¡no me lo perdería por nada del mundo!

En mi opinión, es una master en tres ámbitos que considero súper importantes en un libro: el factor sorpresa, la identificación o interés del lector con los personajes y la manera de escribir, la cual es hipercómica –al mismo tiempo que humana, porque igual te carcajeas que lloras. Por lo menos yo. Igual y soy muy cursi #puedeser.
Este libro me gustó muchísimo por varias razones.

1) Como Lottie cree que el novio le va a dar el anillo, se súper prepara, lo cual en mi experiencia es algo catastrófico. Chicos, hagan lo que tengan que hacer, pero plis que no sospechemos. Tengo el caso de una amiga, cuyo novio habló con su mamá para decirle que esa noche le daría el anillo. La mamá, que yo creo que en su vida había sentido tanta emoción en su corazón, ¡le dijo (a mi amiga)! Entonces en la cena ella juraba que el diamante venía… en el plato fuerte, el postre, la copa de vino, saliendo del restaurante… No les hago el cuento largo, el plan de él (según nos contó al día siguiente) era dárselo en la Catedral y se lo tuvo que dar antes (en el kiosco de la Plazuela –en Mazatlán) porque ella ya estaba hasta de mal humor de tanta espera. Y casos así conozco tres o cuatro (todos igual de traumantes), así que el hecho de que la mujer se las huela está pésimo. Anyways, ése no es el punto. El punto es que cuando él no se lo da y le dice que ni al caso, que sí quizá algún día se quiere casar, pero no ahora (“I… God, Lottie… I dunno. I mean, yes. I suppose so. Maybe. You know. Eventually”), ella lo corta, se levanta de la mesa (estaban comiendo) y se va. ¿Su razonamiento? “Maybe he wants to get married to someone else, one day. But not to me”. Esto me recordó un poco al año pasado: llevaba saliendo con un niño dos meses, pero la relación –desde mi punto de vista– ya era demasiado intensa. Nos hablábamos y mensajéabamos miles de veces al día, salíamos viernes, sábados y domingos, hacíamos planes para los puentes, etc. y yo nada más no veía claro... Entonces un día “salió a la plática” y le pregunté que qué onda. Y el muchacho, muy honesto (o cínico, como quiera verse) me dijo: “no, pues me la paso bien, pero no estoy seguro, necesito seguir saliendo”. Hubieran visto mi cara de What?, pero con todo y corazoncito herido, le contesté: “¡ah!, bueno, pues si no quieres ahorita, no vas a querer nunca. Entonces fue un placer, gracias por todo y mucha suerte”. Y tan tan. Hasta ahí llegamos. Y eso de bloquear gente del Facebook funciona perfecto porque tampoco volví a saber de él. Hay veces que creo que si las cosas se alargan o posponen demasiado, pierden la magia… A lo que quiero llegar es a lo cañón que está COINCIDIR en esta vida con alguien más en gustos, deseos, sueños, tiempos y ritmos. Por eso me encanta ir a bodas, porque me dan esperanza de que sí es posible encontrar a alguien que quiera lo mismo que nosotros ¡al mismo tiempo!

2) La forma en la que está escrito me pareció súper original. En lugar de nombres de capítulos, te dice quién “habla”: Lottie o Fliss… o Arthur en una ocasión. Me encantó porque ves los dos lados de la misma moneda, es decir, cuando pasa algo, primero te lo cuenta Lottie y en el clímax del asunto (les digo que maneja el factor sorpresa a las mil maravillas) o para darle continuación, cambia a Fliss. Este switch de interlocutores me dio un perfecto ejemplo de varias cosas: a) cada cabeza es un mundo, b) todo depende del cristal con que se ve, c) solemos juzgar –personas y situaciones por igual– de acuerdo con nuestra visión limitada de las cosas, d) en ocasiones creemos que como nos fue a nosotros en la feria les va a ir a los demás, lo cual nos hace pensar, hacer y decir cosas que no necesariamente son verdaderas y ciertas para los demás, e) a veces preferimos centrarnos en los problemas de los otros en lugar de resolver los nuestros primeros, f) eventualmente por el miedo “al qué dirán” mentimos o inventamos cosas, desde grandes cosas que ni nosotros mismos creemos hasta pequeños detallitos (para echarle más salsa a nuestros tacos).
3) Me quiero concentrar en el último punto porque en el libro me dio mucha tristeza que entre las mismas hermanas ocultan sus verdaderos sentimientos para no darle la razón a la otra. Obviamente luego la situación se compone, pero en el inter me hizo reflexionar sobre cómo hemos aprendido a protegernos haciéndonos pasar casi casi que por alguien más, ocultando lo que en realidad sentimos o pensamos. Ejemplo: el otro día una amiga me decía que quería empezar a estudiar Kabbalah porque me veía más tranquila, lo cual me tomé como un halago, pero después –según yo– era más en el sentido de que dos personitas del sexo opuesto nos dejaron de buscar. Y mientras que ella estaba ansiosa y lloraba, yo estaba tranquila, leyendo. Esto podría dar la impresión de que el cuate me valía ¡y cero! Entonces le tuve que aclarar que claro que me pesaba, que claro que me sentía triste (sobre todo por la decepción y que mi ilusión se quedó sólo en eso) y que claro que había días que le quería marcar, osea que la Kabbalah te ayuda a fluir y a aceptar, pero no a dejar de sufrir… pero he ahí. Imagínense que para ser el rol model de mi amiga me clavo en el: “estoy feliz, no me importa”, “él se lo pierde”, “pues no era y ya”.  Entonces esa amistad no sería auténtica porque aunque sí pienso eso (jejeje, en cierta medida al menos), la realidad es que sí me hubiera gustado que las cosas hubieran sido diferentes… ¡y que sí me hubiera llamado! Obvio hay que saber con quién, pero por lo menos con nuestros seres queridos yo sí recomendaría ser muy honestos, porque son los que nos quieren ver bien y nos pueden ayudar. Pero si mentimos o fingimos, pues está cañón. No son adivinos y por lo pronto no nos podrán ayudar. Y vivir con una máscara tampoco creo que sea tan atractivo ni saludable.

4) El cuarto punto es que una vez más compruebo que el interés tiene pies. ¡Oh, sí! Yo sé que se oye muy feminista o del siglo pasado eso de que si no te llama “he’s not that into you” y así, pero chicas, ¡es cierto! En el libro, no saben lo que Richard hace por Lottie, ¡WOW! Yo quiero encontrar a un hombre (ok, otro, porque al primero lo dejé ir) que me adore, me ame, me cuide, se preocupe por mí y obviamente que sea recíproco y que los dos saquemos lo mejor de cada quien (o del otro, no sé cómo explicarlo). Yo sí les digo que tengo la fortuna de haberlo vivido (que él me adore) y también la no-tan-agradable experiencia del otro lado (que él sea un patán), y no se compara la sensación. Cuando estaba en el primer caso, era la mejor versión de mí misma: detallista, alegre, sonriente, positiva. Y cuando he andado con niños con los que nomás no, me he sentido insegura, a la defensiva, gris, sin iniciativa, ansiosa. Claro que no hay que caer en un exceso. Yo no digo que el hombre me tiene que poner un altar; ese extremo tampoco funciona porque el ser humano tiende a abusar, y créanme, uno saca provecho. Hablo de relaciones igualitarias, equilibradas, en donde los dos le entremos parejo y pues sí con miedo (ni modo, es la realidad y la edad no ayuda), pero sí con disposición y apertura a enamorarse y al compromiso. Amé estos capítulos del libro porque se ve perfecto Lottie con Richard (la mejor versión de ella… ok, hasta que él “mete la pata”) y Lottie con Ben (que le provoca todo –básicamente lust– menos seguridad, estabilidad, admiración, amor y compromiso). Pero de verdad que esos capítulos de Richard luchando por el amor de Lottie son lo máximo. Devela muchas cosas sobre la psicología masculina, además.
5) Yo no sé si mi educación o forma de pensar es de la era de las cavernas o qué, pero eso de que la mujer sea la que le llegue (como decimos en Sinaloa) o se le declare al hombre nomás no me checa. Justo me acabo de enterar que una amiga lo hizo (jajajajaja) y me encanta; se lo respeto y admiro ¡y bien por ella!, pero yo no podría. O bueno, a ver, analicemos. Lottie y ella tienen algo en común: los hombres han sido buenos hasta que ellas han tomado la decisión de no seguir con la relación, pero después ellos las vuelven a buscar, y quién sabe si por la culpa o por el deseo de equilibrar las cosas, ellas toman el primer paso hacia una reconciliación definitiva. Pues puede ser, ¿no? Porque de otra forma no creo que funcionaría. Osea si yo me le aparezco al niño que me dejó de hablar y le digo que si quiere ser mi novio (jajajaja, ¡NUNCA!) pues una, quién sabe si me conteste o me abra, y dos, yo creo que me diría que no, porque volvemos a lo mismo, si no me habla es que no le intereso, y como por qué alguien quisiera andar con alguien que no le interesa, y viceversa (que yo le valga). ¡NO!, me rehúso. Yo creo que tanto en el libro como con mi amiga esta acción va más por el lado de decir: “quiero que olvides la jalada que te hice, el daño que te ocasioné, y ésta es la mejor forma que encuentro para decirte que me arrepiento y que veas que siempre sí quiero contigo ¡y bien!”. Eso me hace más sentido.

Aparte, en el caso de Lottie, ¡qué oso que no le guste el anillo que escogiste! Jajaja, pero ese es otro tema, ¡pobres hombres! La verdad sí no la tienen tan fácil. Pero then again, por eso me gusta ir a bodas, para festejar el amor en grande con los valientes.
++ Sea como sea, amo que las novelas de Sophie siempre tienen heroínas de la actualidad, muy reales… medio locas pero seguras, aventureras y divertidas, y que siempre –aunque no se vea cómo– el amor triunfa por sobre todas las cosas.

viernes, 28 de junio de 2013

The Great Gatsby (El Gran Gatsby)


¡Qué feo final!, ¿no? Or maybe not... Me Consuela pensar que murió con una sonrisa en la cara creyendo que Daisy sí le llamó, cuando la condenada se fue -¡huyó con todo y marido e hija!- y poco o nada le importó el súper guapo y mega enamorado de Gatsby :( Una espantosa equis para ella.

Una reflexión que se me viene a la mente es acerca de los ríos de tinta que se han escrito sobre las bondades del amor. Poemas, canciones, sonetos, ¡hay una GRAN cantidad de ellos que hablan sobre el lado luminoso del amor!, de la sensación tan maravillosa que es estar enamorado.


Pero como todo en esta vida, también tiene un lado oscuro, y es que por amor también somos capaces de matar, mentir, herir, llorar, sentir una ansiedad terrible y eventualmente una tristísima decepción, entre otras cosas no tan agradables –ni de admitir ni de mencionar.

Para mí Gatsby es un reflejo de este lado no tan brillante del amor porque detrás de él hay una falta de aceptación súper gruesa. 

La parte de la superación me gusta, ¡qué bien que se esfuerce por tener más!... pero no a costa de sacrificar su persona, empezando por su familia. Avergonzarse de sus papás por su economía como que no checa, ¿no? #soSad

Supongamos que el que se junta con lobos a aullar se enseña. Pensemos entonces que ser tan caballeroso, amable, fashionista y demás bondades que tenía el Gran Gatsby ya forman parte de su personalidad; aún así, el negar su origen e inventarse una vida no puede ser reflejo de una mente y espíritu sanos.

Quizá el error de Gatsby fue ser “víctima” del amor a primera vista. Been there, jeje. Pero bueno, después uno aterriza y analiza si la persona conviene o no. Y si no nos acepta como somos, por la razón que sea, pues entonces él o ella is not the One for us. Y tan amigos como siempre. NEXT!

¡El reto es confiar! Tener fe en la vida para dejar ir a esa personita que creíamos que era, y nada, que nos falló... Ya llegará la persona adecuada y perfecta para cada uno de nosotros. La onda es no clavarse, como Gatsby. Él como que se obsesionó, ¿cierto? Y en ningún aspecto es esto recomendable; ni en las dietas, ni en las relaciones, ni en el trabajo –literal en nada.

Sobre Daisy, qué horror vivir así, francamente... y no lo digo por la casa. Pero again, en esta vida cada quien sus cubas. Afortunadamente somos libres de elegir nuestras prioridades, y la #1 para ella queda claro que es el dinero, ¡ni modo! Pero no se me antoja su vida :( No me parece que sea auténticamente feliz porque no hay coherencia entre lo que piensa, lo que dice y lo que siente. ¿Qué tanta paz puede dar vivir así? Aunque sea en una mansión increíble. O bueno quizá sea posible, pero habría que haber silenciado la conciencia durante muchísimo tiempo para lograr de plano no oírla nada y que no nos incomoden sus “reclamos” o peticiones de cambio de rumbo.

Me gustó mucho que intercambiando impresiones con una persona a la que admiro cañón, me platicaba que para él Daisy no era una persona tal cual, sino que representaba un estereotipo: el de las mujeres que se casan para que las mantengan o que se acostumbran a que el marido tenga “otra” a cambio de tener ciertas comodidades o status. Me pareció muy interesante su opinión. ¡Ah! Otra cosa que me decía es que –casualmente– la bala que lo mata le da justo en el corazón. Qué simbólico, ¿no? Muere por amor :(

Por otro lado, claro que cuesta (porque de repente es nadar contra la corriente), pero yo comulgo más con la idea de Michel Domit: primero hay que esforzarnos por SER (preguntarnos qué tipo de persona queremos ser; cuando dejemos este mundo, ¿cómo nos gustaría ser recordad@s?), después enfocarnos en el HACER (¿cómo somos –trabajo de autoconocimiento– y qué tenemos que cambiar para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos?) y entonces, por añadidura, vendrá el TENER. Por coherencia entre lo primero y lo segundo, no al revés.

Para muestra, ¡nuestra sociedad! Estamos a veces tan preocupados y ocupados por el carro, el celular, la ropa, la casa, que se nos olvida alimentar nuestro espíritu y al rato andamos todos “depres”, sin saber por qué, pero sintiendo un vacío tremendo que sólo dejaremos de experimentar cuando nos conectemos al 100% con nosotros mismos y aquello que consideramos divino o superior (Dios, Alá, Mahoma, you name it!).

Bueno, ya me desvié. Siguiendo con la peli, aplausos para los encargados del set. ¡No quiero ni pensar en el trabajal (como dice mi mamá) que les llevó hacer las tomas de las fiestas o el Nueva York de aquellos años! Supervisar cada prenda, cada peluca, decorar la casa de esa manera, ¡wow!

Ambientar un filme en una época pasada me imagino que debe ser un reto enooorme. ¿Dónde se consigue todo? Seguramente los de la producción no lo consiguen, lo construyen; he ahí que Gatsby seguramente tuvo un gran presupuesto. Si alguien sabe de cuánto fue la inversión (ya que desde donde escribo esto no cuento con acceso a Google), le agradecería mucho que me compartiera la información. Y ya entrados en el tema, pues cuánto recaudó en EUA también sería interesante. Ya ven que las cifras luego imponen.

También lo saco a colación (hoy amanecí con un léxico muy dominguero… y miren que apenas es lunes) porque la Academia se niega a aceptar que Leo DiCaprio es un gran actor, y de verdad que a mí sí me lo parece. Baby face, sí, al mil por ciento, ¡pero es muy buen actor! ¿Qué tiene de malo que esté guapo y además sea talentoso? Sí es posible, Óscar, así que por fis, considéralo en tu próxima ceremonia. BTW, si mal no recuerdo, leí que va a cumplir 40 años… WTF??? ¡Que me pase la receta!

Last but not least, mi mama estaba traumada porque nadie fue al velorio. “De la gorra no hay quien corra, pero a ver, ¿por qué no fueron a verlo cuando se murió?”, dijo al salir de la sala. Pero lo que yo alego es que él tampoco nunca se tomó la molestia de conocer y abrirse a los demás. Para la mayoría de los invitados a sus fiestas, él era alguien desconocido, lejano, una especie de leyenda. No lo conocían y en realidad no les interesaba –ni a ellos ni a Gatsby, así que les funcionaba muy bien “el sistema”. 

Pero ¿qué pasa cuando se desnuda (metafóricamente hablando) ante Nick? ¡Aaaahh! Entonces hace un amigo… y él es el único al que le duele su muerte.


La diferencia es que Gatsby se tomó tiempo para conocerlo y le contó la verdad de su vida. Se mostró vulnerable en varias ocasiones. Nick lo vio y acompañó en los momentos más oscuros, que usualmente es donde se prueban las amistades, así que habían creado una conexión. 

Ésa es la magia de los amigos… Y por eso no tenemos tantos como quisiéramos. Pero más vale pocos y buenos, que muchos y falsos. O bueno, eso digo yo. Pero como ven en el título, esto es sólo mi humilde opinión :) Habrá quien piense diferente y se respeta.