miércoles, 20 de junio de 2012

Blow (Inhala)

Usualmente no apoyo la frase “infancia es destino”. Sin embargo, en esta película, yo no sé si por la edición o qué, pero creo que a George Jung (Johny Depp) lo marcó muchísimo –para mal– el excesivo apego que su madre tenía por el dinero y los bienes materiales (aunado al “qué dirán”). Aunque su papá trataba de minimizar esto y enseñarle a su hijo lo contrario, a veces pueden más las malas influencias.

En mi opinión, cada vez que la señora humillaba a su esposo (gritándole, yéndose de la casa, etc.) por no darle todo lo que “ella merecía”, el niño reforzaba la idea de que el dinero era lo más importante en la vida y que cada quien vale según lo que tenga. Eres millonario, vales oro; tienes problemas económicos, no vales nada.

De ahí su aversión a ser pobre y, por el otro lado, lo tentativo de ganar “dinero fácil”. Lo pongo entre comillas porque sí trabajaba, pero vamos, hacía cosas ilegales, y como todo en la vida, cada acción tiene una reacción. Y hay que atenerse, hacerse responsable. Tarde o temprano la verdad sale a la luz y tenemos que ser lo suficientemente valientes para afrontar las consecuencias de nuestros actos (para bien y para mal).

Lo que más me pesa es que la hija nunca lo visita (por lo menos hasta que se filmó la peli). Lo que yo creo es que Cristina (la susodicha) no tiene la culpa. Su padre va a la cárcel cuando ella es aún muy chica; tiene uso de razón, pero no podría haber agarrado un taxi y visitar a su papá. A esa edad se depende mucho del otro padre. Y la mamá, Mirtha Jung, ya sabemos que era una adicta que sentía todo menos amor por George (de hecho repite el mismo patrón que en su casa, qué mala onda), así que en su ausencia obviamente no le iba a decir cosas buenas de él, para que la niña creciera con una buena imagen paterna y llegado el momento lo buscara. ¡No! Seguramente le llenó la cabeza de tonterías e ideas negativas, y la verdad es que si creció sin él, ¿por qué habría de necesitarlo 10 o 12 años después?, ¿qué necesidad de buscar a alguien que nunca la quiso y que, según le dijeron, nunca mostró ningún interés/amor por ella?

Mi lógica es que cuando Cristina cumpliera 18, con fortuna (para George), sentiría indiferencia hacia su padre, pero dado el comportamiento tan errático de su madre, yo diría que chance y creció odiándolo. Lo cual es muy difícil cambiar una década después, así, de la nada…

A mí personalmente me da terror la gente cizañera e hipócrita. Imaginen por un momento que tienen ustedes (persona A) un amigo (persona B) que les cae “x”. De repente llega alguien (persona C) y les dice: “¿ya viste cómo te vio?”, “¿te fijaste que no te saludó?”, “¿notaste el tono de voz, lleno de envidia?”, “¿qué onda en la forma de saludar a tu novi@?”, “¿te enteraste que organizó una fiesta?, ¿no te invitóooo?”. Le doy días a la persona A para empezar a detestar a persona B.

Creo que la única forma que esto no pasaría sería si A y B supieran, platicaran y aclararan todo. Fuera de ahí, C tiene todas las de ganar. Para mí, en la película, A es la niña Cristina, B es George y C es la mamá, interpretada por Penélope Cruz. A y B no se comunican porque B está en la cárcel y C es una serpiente venenosa (en mi ex trabajo hay una, por cierto). Qué triste, ¿no? Por donde se vea…

El resto de la película es buena. Tiene elementos para reflexionar muy padres: la novia que se muere de cáncer dejando al novio con mucho dolor, la novia zorra que se iba a casar con un cuate, para en la siguiente escena besarse con el amigo; los amigos traicioneros que prefieren el dinero y los placeres a una amistad sincera (¿dónde he oído eso antes?), lo corruptible y vicioso que puede ser el ser humano, lo tentativo que es querer ganar dinero fácil y rápido (sobre todo si ya se ha hecho antes), los negocios sucios –taaaaan redituables– contra los que tanto pelea Calderón en México…

En fin. Ya googlée y Boston George saldrá en noviembre de 2014, a los 72 años. A ver si no se muere antes... ¿Alguien sabe si Cristina lo visitó después de la movie? ¡A lo mejor la vio y la motivó a buscar a su padre! We never know :)

*** El diseño de vestuario está lo máximo, así que me fijé en los créditos: corrió a cargo de Mark Bridges, ganador del Oscar por su trabajo en “The Artist”.

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