martes, 12 de abril de 2011

The Adjustment Bureau (Los Agentes del Destino)

Siempre me ha llamado la atención el tema de "voluntad de Dios (destiny) vs. voluntad del hombre (free will)". ¿Qué tanto de lo que nos pasa es porque estamos "predestinados" para ello y qué tanto es producto de las decisiones que tomamos nosotros - por nosotros mismos? 

Con este tema en mente, Matt Damon y Emily Blunt actúan en The Adjustment Bureau, nombre del departamento al que pertenecen los hombres que "deambulan" a lo largo de la película con una peculiar vestimenta - sombrero y gabardina incluídos. 

Lo que más me gustó es que, en el fondo, es una película de amor. Tiene acción y drama, pero es una película rosa :) ¿Por qué? En mi opinión, porque los dos se buscan (sin saberlo), se encuentran, "se pierden", se extrañan, se reencuentran, (los) separan y, finalmente, él la busca de nuevo, esta vez para siempre y sin importarle las consecuencias. 

Hubo dos escenas que me fascinaron: la primera, cuando un agente le dice al otro "the chief has the plan, we only see part of it". Me hizo pensar en todas las veces en las que he desobedecido a mis jefes (sobre todo, pero también a mis papás y a mis amigas) porque yo no sé "el plan" completo, sino sólo una parte. 

Y si nos ponemos a filosofar, creo que ese fue el gran ejemplo que nos dio Jesús. Él sí sabía cuál era la voluntad del Padre, Él sí conocía el "plan", entonces obedeció hasta el final. Claro que le costó, pero lo logró porque conocía bien su misión. Creo que nosotros tenemos el gran reto de descubrir cada día cuál es nuestra misión - a largo y corto plazo. Para ello necesitamos orar. Momentos de reflexión diarios, por difícil (o mocho) que parezca. 

La segunda escena es cuando "el ángel" (o bueno, el agente) le dice al protagonista (David Norris, un político guapo, joven y talentoso, pero impulsivo) que quedarse con Elise Sellas (bailarina interpretada por Emily) sería suficiente ("would be enough"); que por eso no lo dejan eligirla, porque entonces no buscaría afuera lo que ya tendría adentro. Es decir, sustituiría su ambición desmedida, sus sueños de fama y fortuna, por una vida cotidiana, sin grandes sobresaltos, muy parecida a la del 90% de la gente. 

Ahora, ¿cuántos ejemplos de estos tenemos? Jóvenes (niños y adultos también) queriendo llamar la atención de mil y un formas. Las adicciones, desde mi punto de vista, son eso: buscar en otras cosas (o en ocasiones, personas) lo que me falta. Y entonces, como en teoría David se convertiría en presidente de los EEUU, casarse (e incluso sólo tener una pareja) lo ataría y distraería de su objetivo. Por que, de hecho, sí, el amor es suficiente... 

Cuando él se aleja de ella la primera vez es un poco forzado (le quitan el teléfono y lo amenzan), pero cuando se aleja la segunda vez, lo hace por amor (en esa escena casi lloro!!). Por que a él no le importa su futuro, pero sí el de ella. Y entonces cuando el agente le dice que de ser una gran bailarina acabara dando clases a niños de 6 años, él decide ceder su felicidad por la de Elise. 

Pero oh, sorpresa! Ella tampoco es feliz!! Y el día que se va a casar, el popular político reta toda autoridad y la rescata en pleno registro civil. Y huyen en un acto de confianza mutua y amor pasional. Wow!!! Además, ¿quién dijo que la fama, el dinero y el reconocimiento traen consigo la felicidad? Quizá la madre de familia, esposa y maestra de ballet de niños pequeños sea igual o más feliz. Nada está escrito y cada cabeza es un mundo. 

A lo largo de la película hay un sinfín de frases dignas de reflexión. Aplausos para los guionistas :) Hay que ir con ganas de escuchar y sacar mensajes para que, cada vez que estemos a punto de darnos por vencidos, recordar que el amor todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta. Para mí, ese fue el mensaje principal de esta película. ¿Para ustedes? 

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