Espacio interior

Hace como 10 o 12 años, cuando estudiaba en la Anáhuac, escuché la conferencia del arquitecto Bosco Gutiérrez Cortina. Me marcó impresionante.

Cuando terminó, me colé al backstage para saludarlo y me dijo que yo había sido una de las tres caras que había tomado “como referencia” para hacer eye-contact con todo el auditorio. Sobra decir que yo obvio lo había sentido, por lo cual había puesto muchisísisisima atención. Así que hasta la fecha me acuerdo de muchos detalles que quizá –usualmente– ya se me hubieran olvidado.

La historia la he compartido miles de veces con un montón de gente, dependiendo de sus necesidades. La última vez fue hace como tres semanas, cuando platicaba con una persona que lleva ocho meses desempleada. Le dije que en la medida de lo posible se apegara a una rutina, como Bosco. A mis ex compañeros del Reforma les contaba cómo la comunicación entre los secuestradores y la familia era por medio de anuncios en el periódico (desde entonces las cantidades que aparecen no las veo igual). Y así…

Cuando me enteré que habían hecho la película, casi muero de la emoción. De inmediato corrí al cine (no está en tantas salas ni horarios como esperaba, pero bueno, suele pasar) y la verdad creo que está súper bien hecha.

Soy de las que detesta decir que está mejor el libro que la película, porque además de obvio, sería como decir que una escultura es mejor que una pintura. Simplemente no son comparables porque son artes diferentes.

Entonces en este caso, yo podría decir que es mejor la conferencia que la peli, pero sería una tontería. Así que mejor les voy a contar los detallitos que no se ven en el filme, pero que Bosco comparte en sus conferencias :)

·     Cuando lo secuestraron, Bosco iba saliendo de misa, pero los secuestradores gritaron algo así como “¡judiciales, judiciales!”… por eso nadie hizo nada.

·     En la peli, algunas de las muchas veces que recuerda a su mamá, no es literal su mamá (que había fallecido tres años antes), sino la Virgen.

·     Lo que usa para escaparse (la palanquita) la tomó de una medicina para el estómago que alguna vez pidió, pero a la hora de devolverla, recortó un pedacito. Si me permiten, esa idea se la sopló el Espíritu Santo.

·     Cuando se escapa, se fija muy bien en las calles… se las memoriza. Y cuando se sube al taxi, no sabía que estaba en Puebla, hasta que el chofer le dice. Es entonces que le pide que lo lleve al D.F., a casa de su papá.

·     Coincidencia o no, el secuestro ocurrió cuando Bosco tenía 33 años (la edad de Jesús al morir), tenía 7 hijos (es un número cabalístico), duró 9 meses encerrado (el tiempo de gestación de un bebé) y se escapó el 12 de mayo (‘sin querer queriendo’ porque se quería encerrar otra vez), aniversario de bodas de sus papás.

·     En Navidad, además de rezar con los secuestradores, les lee el Evangelio y al terminar se estrechan la mano.   

Lo que aprendí de esta historia tan macabra fue a / que:

• No dar por sentado algo tan preciado y frágil como la libertad.
• Las mejores cosas son gratis: rezar, abrazar, platicar, besar, reír, correr.
• La disciplina da estructura y en momentos caóticos evita la locura.
• En las peores situaciones, aún tenemos el poder de elegir y fortalecer la voluntad (episodio del ‘whisky flush’, como lo llama Bosco).
• Compartir con otros nuestra fe. Como dice la Madre Teresa, “el que no vive para servir, no sirve para vivir”… ¡en todos los sentidos!
• Hay que aprovechar las oportunidades, pero no actuar por impulso. Tomar acción cuando debemos de, siempre de la mano de Dios.
• La ropa tiene un doble papel; cuando nos la quitan a la mala causa vergüenza y humillación.
• La importancia de la oración y la meditación; de hacernos ese tiempo para interiorizar y crecer.
• Dios no le da a nadie más peso del que pueda soportar. Nadie nos conoce mejor y nadie desea más nuestra felicidad.
• Entender o al menos aceptar que los episodios que consideramos negativos en nuestra vida, la mayoría de las veces son los que nos forjan el carácter y nos impulsan a ser mejores personas en todos los aspectos.

Finalmente, Bosco cuenta que regresó a la casa donde lo tenían sus captores en un helicóptero de la policía porque para él era muy importante volver a ese espacio con dignidad. También dice que desde entonces ha estado involucrado en el tema de la seguridad, promoviendo medidas más estrictas, como una ley que prohíba el pago de los secuestros y dé penas más fuertes a los secuestradores, como lo han hecho Colombia, Italia y Brasil, entre otros países, donde ha disminuido el número de secuestros. 

Por otro lado, aunque nunca agarron a los maleantes, Bosco nunca abandonó el país y cabe mencionar, finalmente, que hoy se sabe que el grupo que realizó estos secuestros (incluido el de Harp Helú) estaba encabezado por el subcomandante Marcos, quien buscaba dinero para financiar el movimiento que más tarde le daría en toda la torre al gobierno de Salinas.