miércoles, 28 de septiembre de 2011

Larry Crowne (El amor llama dos veces)

Para mí esta película es sobre nuevos comienzos (new beginnings), aunque si es nuevo es comienzo, pero bueno, da igual, me gusta como se oye...
Mi cabecita me llevó a deducir que Tom Hanks tiene ¿qué? como 70 años, ¿no? Entonces tiene amigos que se han divorciado y se han quedado, además de solos, desempleados con la tan llevada y traída crisis ecónomica. 
La verdad es que a mí la palabra “crisis” ya me es muy familiar, la oigo desde 2do. de secundaria un día sí y otro también. Pero creo que para los “grandes” sí fue muy triste darse cuenta que hoy por hoy, por más que trabajes, comprarte un carro resulta difícil, no se diga hacerte de tu propio depa y ni pensar lo que te cuesta comprar tu propia casa (de metros cúbicos decentes)... Cuando antes era relativamente –o por lo menos– más fácil. 
Entonces siento que esta cinta está dirigida a esas personas, ese es su target según yo: gente que, habiéndolo tenido todo, lo pierde para volver a empezar. Y la mejor manera de hacerlo es con una actitud positiva. No por nada dicen que “al mal tiempo, buena cara” (o buen orgasmo, jajaja). 
Mi primera reflexión es sobre la primera parte de la película. El cuate, Larry Crowne, había sido Empleado del Mes 8 o 9 veces, entonces él jura que va a una junta por su tradicional reconocimiento, pero no contaba con la astucia de los jefes, quienes –por no tener carrera– ¡¡lo despiden!! La actitud de Hanks me encantó porque es de ecuanimidad, pero no por eso no demuestra sus sentimientos. Al contrario, hasta llora :( 
Esta escena me llevó a reforzar la idea que tengo que el trabajo no debe ser nuestra prioridad número 1 en la vida... ¡Nuestra vida debe serlo!, el trabajo es una distracción (así lo definía la Madre Teresa). 
Cuando veo gente que se entrega en cuerpo y alma al trabajo, sacrificando todo lo demás (sobre todo cuando el negocio no es de ellos –propio tal cual–, sino que trabajan para alguien más), me pongo a pensar si el día que los despidan les van a dar, siquiera, las gracias. ¿Vale la pena entonces tanto sacrificio? I don’t think so. Yo no digo que no hay que ser responsables, pero creo que hay que equilibrar familia-amigos-deporte-hobbies-etc. para que mañana no haya arrepentimientos. 
De ahí me brinco a la escena en donde se enamoran la maestra de Oratoria (Julia Roberts) y el alumno de la tercera edad (prueba de que nunca es tarde para volver a las aulas, ¡¡¡mamáaaaaaa!!!). Pero bueno, este blog no es para aventar pedradas, entonces, continuando con el asunto del amor, citaré un párrafo que leí recientemente en un librito muy simpático: 
“(El corazón) también parece que se nos pierde. Como las llaves, como la cartera, como el control. Pero está claro que no se pierde físicamente, sino que se pierde cuando, por varios motivos, no nos permitimos sentir. Después de que se rompió, se volteó, se lastimó, nos cuesta trabajo encontrarlo. ¿Mecanismo de defensa? Puede ser. ¿Terapia intensiva? Tal vez. ¿Apatía? En una de esas. 
Pero de repente, después de buscarlo por un tiempo, ahí está, donde menos lo esperamos. Lo encuentras cuando estás caminando un día cualquiera por un camino cualquiera en un momento cualquiera y sientes un leve salto en el pecho que te avisa que lo encontraste otra vez. El equivalente a encontrar el control de la tele adentro del refri. ¿Cómo llegó ahí? Quién sabe, pero sería el último lugar donde buscaríamos. Y ahora sí, ya le puedes cambiar de canal”. 
Eso es lo que siento que les pasa a los personajes de esta película: ella tiene –primero– una actitud nefasta, todo le da flojera y es bastante jetona. Pero cuando se enamora ¡¡pfff, es otra!! Sonríe, se divierte, da sus clases con entusiasmo... “El amor hace nuevas todas las cosas”. 
Él, por su parte, está tristísimo porque tuvo que vender su casa (la cual creyó que verían sus hijos), aceptar un empleo que  creía haber superado (especialista en gourmet o algo así, jajaja), en fin; en su nueva situación se da cuenta quiénes son sus verdaderos amigos, hace algunos nuevos, y bueno, cuando se enamora también se renueva. 
Lo único que creo que le faltó (quién sabe si en una de esas encuentro esa escena en el DVD en la sección de “Deleted Scenes”) es que Larry le advierta a su nueva amiga (medio MUY zorra, by the way) la importancia que tiene terminar sus estudios universitarios. 
Osea, si a mí, Bianca, me corren del trabajo por no haber terminado la maestría (¡¡¡me faltan sólo tres meses!!!) y de repente conozco a alguien que la deja a medias con la mano en la cintura, lo primero que haría sería ir a tomarme un café con esa persona y SENTENCIARLA: “Como me ves, te verás. Por piedad de Dios, si tienes la oportunidad, termínala. Estás a tiempo, es la mejor edad, es la época “ideal” para hacerlo. No la dejes. No te dejes llevar por el trabajo y que ya ganas tus pesitos (bueno, dolaritos). Haz el esfuerzo, vence el placer del momento por el bien mayor de tener una carrera”. ¡Y eso Larry no lo hace! Sólo la visita en su nuevo negocio y le dice que quién sabe si podrá ir a la inaguración “pues algunos tienen finales”... WTF??!! 
Pero el mensaje final es bueno: no hay edad para estudiar ni para enamorarse ni para ser feliz. Si la vida te da limones, haz limonada. Aprende a soltar (let go), a fluir, a no hacer dramas y a ser feliz con lo que tienes en ese momento. Por algo pasan las cosas, PARA algo pasan las cosas. Let’s find out with the biggest of our smiles :) 
pd. por cierto, ¿qué onda con la traducción del título de la película? ¡como para demandarlos! jijijiji :) 
pd2. también me dio risa que siempre tienen que deletrear su apellido, como yo cuando digo: Bianca con "b" grande. Lo de "i" de punto y "c" de casa ya se me hace una exageración, pero hay veces que sí ocupo decirlo :0

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